Los colectivos volvieron a circular este lunes en la ciudad de Rosario tras el paro de 18 días ininterrumpidos por las deudas que las empresas de transporte mantienen con los trabajadores.
Los colectivos volvieron a circular este lunes en la ciudad de Rosario tras el paro de 18 días ininterrumpidos por las deudas que las empresas de transporte mantienen con los trabajadores.
Los vehículos de gran porte retornaron a las calles de la ciudad del sur provincial en un alto en la cadena de huelgas de los choferes que comenzó el 11 de mayo pasado. Hasta el domingo 13 de septiembre, el gremio de los colectiveros sumó 74 días sin trabajar. Un récord nunca visto en la historia de esta urbe.
En el microcentro de esta ciudad, se vio circular con fluidez a los colectivos. Se observó poco movimento en la zona céntrica debido a las restricciones impuestas por el gobierno provincial que culminarán el viernes 18 próximo a las 12 de la noche.
Pocas personas abordaron los ómnibus, por atrás como se viene haciendo en estos meses para prevenir el covid-19. La ocupación de los vehículos fue escasa. Todos los pasajeros viajaron sentados y abundaron los espacios para sentarse. Muchas unidades se mostaron vacías o semivacías pese a pasar por la zona con mayor actividad como la céntrica.
No todo saldado
Los empleados del transporte público regresaron a sus puestos de trabajo a pesar de que falta pagar una parte de lo adeudado. Aún les queda por recibir el 60% de los salarios de agosto. Para ello, se espera del aporte del Estado nacional que aún debe transferir a las arcas de la Municipalidad de Rosario 105 millones de pesos asignados para subisidiar a las empresas transportistas.
En declaraciones a la prensa, el secretario general de la UTA Rosario, Sergio Copello, afirmó que si ese dinero no llega en los próximos días, los trabajadores volverán al paro por tiempo inderterminado.
Escaso movimiento
Por otra parte, en las peatonales Córdoba y San Martín tampoco se advirtió demasiado movimiento de gente. Unos pocos negocios abrieron sus puertas. Como el caso de las entidades bancarias, donde el público hizo cola en las afueras de cada sede. Los pocos locales abiertos, como las grandes tiendas de electrodomésticos, también debieron restringir el acceso a los cliente, y aplicar medidas de higiene y distanciamiento.