La comedia dramática de Sebastián Tabany y Fernando Díaz, ambientada en el mundo de la magia, está protagonizada por Juan Grandinetti, Carolina Kopelioff, Thelma Fardin, Lautaro Delgado y Romina Gaetani. Se estrena esta semana en Cine.ar TV y Cine.ar Play, y El Litoral conversó con los creadores como anticipo.
Gentileza Apima Martín (Juan Grandinetti), croupier y mago, se enamora de Sofía (Carolina Kopelioff), la novia de otro ilusionista (al fondo el afiche de Henry Evans, campeón de magia y coach de los actores).
El jueves 17 y el sábado 19 a las 22, Cine.ar TV estrenará “Giro de Ases”, una comedia dramática con Juan Grandinetti, Carolina Kopelioff, Thelma Fardin, Lautaro Delgado y Romina Gaetani. La película está dirigida por Sebastián Tabany y Fernando Díaz. La misma quedará en exhibición por una semana en forma gratuita en la plataforma Cine.ar Play, a partir del viernes.
Martín (Grandinetti) trabaja de croupier en el casino por la noche y, durante el día, se dedica a estudiar y practicar magia con cartas. Martín es muy amigo del Rubio (Delgado), cuyo talento mágico es ser carterista. Martín y el Rubio son habitués del local de magia de Mariana (Fardin), donde se reúnen para hablar, practicar trucos y compartir momentos de camaradería.
Los tres suelen ir a nuevos shows y recorrer la escena mágica de la ciudad. Uno de esos nuevos espectáculos es de Arben (Esteban Pérez), un mago de grandes ilusiones. La noche del estreno, Martín conoce a Sofía (Kopelioff), la novia de Arben, y queda prendido de ella. Es amor a primera vista.
De manera remota (Grandinetti desde Madrid, incluso), los directores y protagonistas recibieron a la prensa, oportunidad para que El Litoral pueda dialogar con ellos.
Gentileza Apima Mariana (Thelma Fardin) es la dueña del bazar de magia donde se reúne el grupo, y vive su propia historia de amor con el personaje que interpreta Ema Graña.
Mariana (Thelma Fardin) es la dueña del bazar de magia donde se reúne el grupo, y vive su propia historia de amor con el personaje que interpreta Ema Graña.Foto: Gentileza Apima
Puntos de partida
-¿Cómo fue el proceso de gestación?
Tabany: -Es una peli que hicimos con mucho amor desde todos lados. Es un proyecto que llevaba un montón de años. Fue muy complicado, trabajoso; hubo varios falsos comienzos pero todo sirvió para que todo se pueda dar. Estoy orgulloso de la peli.
Díaz: -Este proyecto si se pudo llevar adelante fue gracias al empuje y al entusiasme que le puso Sebas permanentemente; a un elenco que se puso la película al hombro y la llevó para adelante. Se había caído, se iba a hacer otro año, en el interín fue cambiando un equipo técnico que iba pasando a otras películas.
Sebas tiene un entusiasmo que transmite en el set a todos, al equipo técnico. Incluso llegó a engañarme a mí: me transmitió un entusiasmo que no es el que tengo cotidianamente cuando las cosas no están como quisiera.
Esto parte de un excelente guión, sobre algo que él conoce mucho por estar en el mundo de la magia. Además tiene condimentos de comedia romántica, pero a partir de elementos de fantástico; y yo hace tiempo que estoy produciendo cine fantástico, que me interesa muchísimo.
Entre las cosas que hizo bien está la elección de un casting que me sorprendió muchísimo en algunas personas que no conocía. Confié y descubrí actrices y actores que por ignorancia mía no tenía incorporados. Hoy veo la película terminada y digo “guau”, qué bueno esto, y cómo cada uno creó unos personajes, una vida que no estaba en el guión.
-¿Cómo fueron las vivencias de cada uno de los intérpretes?
Grandinetti: -La magia fue siempre para mí que de chico me llamó la atención: me acuerdo de mis cumpleaños de pequeño con magos contratados que sacaban palomas de la galera, y que eran un espectáculo increíble a mi corta edad. Me acuerdo de regalos de cumpleaños, sets de magia. Cuando llega esta propuesta el entusiasmo de poder meterme de alguna manera en ese mundo, que a medida que fueron pasando los años me había alejado, pero siempre estuvo presente. También están el amor, la amistad, condimentado o atravesado por la magia.
Ese falso comienzo fue desalentador, por el entusiasmo que venía generando todo eso; por nuestra clases con Henry (Evans, campeón de magia y coach en la película, en la que también aparece); la ansiedad fue creciendo. Se paró casi un año, elegí no ilusionarme: “si se da será”, pero no poner la expectativa, porque podía pasar de nuevo. Por suerte se encaminó de la mejor manera y el segundo comienzo por suerte fue el definitivo: la verdad que fue un disfrute el rodaje con el resto del elenco y el equipo. También el desafío de ver qué truco le tocaba a cada uno y cómo le salía, o cómo lo había preparado.
Kopelioff: -Fue una peli muy esperada. Recuerdo que en cada encuentro con Sebas había un truco de magia. Era muy especial, y uno sin tener idea se siente un niño. Eso atrapa a querer hacer este proyecto, con ese plus, por más que mi personaje, Sofía, no hace magia; pero está rodeada de este mundo. Y para uno como actor meterse en un mundo que no tiene nada que ver con uno es de las cosas más lindas que pueden pasar en esta carrera. Y bueno, unos compañeros zarpados: creo que todos los personajes quedaron muy marcados, concretos.
Delgado: -Nos habíamos encontrado con Sebastián y mi amigo Mirko Callacci, veníamos tratando de escribir algo. Me cuenta lo de la película, yo tenía otro personaje en el casino, no iba a ser el Rubio: iba a ayudar con la dirección de actores. El actor que lo iba a hacer no pudo y estuvo la posibilidad: me encanta ese personaje. Como decía mi abuela: es un atorrante, un bandido, un buscavidas. Es especialista en el “pickpocket”, el arte del hurto, es muy vistoso: los que hacen pasar a alguien del público y le sacan todo sin que se den cuenta. Hay una película que amo de Robert Bresson que se llama “Pickpocket” justamente.
Esta película es mágica, cálida, tierna, amorosa. Tiene una sencillez y una luminosidad que me conmovió cuando la vi. Los personajes de Caro y Juan, que son los que llevan la historia, los felicito por ese recorrido. En esta época tan triste, donde uno está un poco rengo, por la falta del otro, tan en Zoom (risas), es una película que va a hacer mucho bien.
Fardin: -Lauti, me faltan un par de cosas del rodaje, me las habrás afanado vos (risas). Fue hermosa la película, atravesada por la magia durante el rodaje. Mi personaje, Mariana, es la dueña del bazar de magia donde se encuentran todos; que además tengo entendido que en el origen era Mariano, un hombre. Vino bien que yo apareciera en la segunda, cuando ya era una mujer; y está bueno como mensaje: poner a la mujer en un lugar de magia, el mismo guiño que hace con el personaje de René: se está esperando al hombre y aparece Romi. Porque dentro de la magia son pocas las mujeres.
No quería saber el detrás, porque me gustaba la idea de que exista la magia, me copaba la ingenuidad de eso y no la quería perder. Entonces durante todos los días de entrenamiento se ocupaban de enseñarme el truco que me tocaba en la película (fueron tres), y hacerme un truco que no entendiera, como para conservar eso de “hay cosas que todavía pueden ser producto de la magia real”. El último día de rodaje Sebastián me hizo aparecer una carta abajo de mi asiendo.
Fue un rodaje en un momento especial: siempre le agradecí a Sebas: en un momento delicado a nivel personal se bancó que organice una conferencia de prensa en el medio, porque salió la acusación (contra Juan Darthés). Corrieron unas horas y me esperaron para que llegue a grabar. Fui muy contenida por todo el equipo.
Es muy jugado animarse a hacer un género que acá no está visto, eso es muy loable.
Gaetani: -La magia nunca la vi cerca de mí, claramente no me gustaba, no la entendía, me distraía. Cuando Sebas viene con el personaje de René, me sorprendió que lo ponga como mujer, decisión que tomé con mucha alegría y mucho amor.
Con René Lavand sí tenía un amor de chiquita, y fue maravilloso, encontrarme con eso. Cuando volví a meterme y buscar los archivos de René me emocioné muchísimo: me acordé de todo lo que lo admiraba y me cautivaba. Cuando vi la peli, y vi el trabajo de los demás (estuve dos o tres jornadas, pude compartir muy poco) me emocionó. Cuando estaba esperando mi escena, y veía a mis compañeros practicando sus trucos en los rincones era emocionante; ahora los felicito, hicieron un trabajo hermoso. Me llevó muchísimo la música, la fotografía, vi un trabajo ensamblado del equipo.
Gentileza Apima El Rubio (Lautaro Delgado Tymruk) es un mago pickpocket , carterista y atorrante.
El Rubio (Lautaro Delgado Tymruk) es un mago “pickpocket”, carterista y atorrante.Foto: Gentileza Apima
Complementarios
-¿Juan: cómo armaste el personaje?
Grandinetti: -Escuchando a Romi recordé que vi mucho a René Lavand, porque en su momento mi viejo tenía un teatro, estaba obsesionado con él y lo llevaba mucho. Yo era chico y siempre que había un show iba.
Lo hice a partir de las clases que tuvimos con Henry, con Augusto (Scalise) y con Sebas. También lo importante era tener la base y la firmeza de todo lo demás; de la firmeza de cualquier persona que se dedique a cualquier cosa. Es lo que cada persona atraviesa en la vida, cómo lo atraviesa, por qué momento está pasando. Sí sumarle después la parte técnica que era lo que yo no tenía. Creo que esos procesos se terminan en los rodajes mismos: uno puede ensayar, estudiar, maquetar un personaje; pero después lo que sucede en el rodaje, junto con los compañeros y las compañeras, es lo que termina de dar forma y moldear lo que uno va preparando, en la acción.
-¿Y en tu caso, Thelma?
Fardin: -Me gusta algo que dijo Sebas de salir del estereotipo de cómo es una mujer gay. Lo hablamos bastante de salir del lugar común y transitarlo de otra manera: que la seducción en ella estuviera puesta a partir de la sonrisa: de hecho la primera escena es seduciendo a Ema Graña, hermosa compañera. Se venía a los ensayos y jugábamos, nuestra primera escena juntas es de seducción y con un truco complejísimo, con fuego: teníamos mucho miedo de quemarnos.
Por otro lado hay pocas magas mujeres: la que más me quedó grabada fue Dolly Kent, hice una investigación. Igual salí de buscar una mujer como referencia: mis profesores eran varones, como mi maestro Julio Chávez. Y creo mucho que este personaje tenía la misión de iluminar al personaje de Juan, por el vínculo de amistad: ese es su rol fundamental más allá de su propia historia de amor con Ema. Ahí nos sirvió que con Juan nos conocíamos desde antes; me puso muy contenta, porque nunca habíamos trabajado juntos, nos conocíamos del espacio del estudio de Julio, pero no compartimos más que las fiestas. La complicidad de esas fiestas se transmiten en nuestros personajes: esa química que se ve entre ellos es una de las cosas que más me gustó del resultado final.
-Thelma había ganado notoriedad por fuera de la actuación. ¿Se evaluó eso a la hora de sumarla al elenco?
Tabany: -Toda decisión artística es política. Todas las que hacemos en el día: si decido comer un sandwich de queso o de jamón, si soy lactovegetariano. La política no tienen que ver con los partidos, sino con la ideología y los conceptos y la esencia que tiene cada uno para desarrollarse en la vida y con el resto de las personas. Cuando la llamo a Thelma es una decisión política: implica más allá de la elección de ella como actriz, sino como persona. Es importante asociar a las personas no solamente con los que son sino con lo que hacen, como un todo.
El tema de separar al artista de su ideología es muy complejo, no vamos a entrar en eso. Pero en este caso si elegí a Thelma es por algo, es una decisión política porque sé cuáles son las implicancias extracinematográficas que puede llegar a tener. Me atengo a esas consecuencias, porque creo en esa elección y todo lo que implica.
Gentileza Apima El personaje de René (Romina Gaetani) tiene sus guiños a René Lavand, de quien la actriz es admiradora.
El personaje de René (Romina Gaetani) tiene sus guiños a René Lavand, de quien la actriz es admiradora.Foto: Gentileza Apima
Alma de fantasía
-Se destaca el trabajo de fotografía de Pigu Gómez.
Tabany: -Pigu viene más del palo del documental, pero tiene muchas películas argumentales, especialmente con Tamae Garateguy. Fue laburar especialmente el color. Fue siempre una instrucción de “dale color”. Generalmente cuando dan color siempre tiene que estar justificado: si hay un rojo, ¿de dónde viene? ¿Es una luz, una sirena? Si hay un verde, ¿es de un tubo fluorescente? Acá fue “metele colores, no hay que justificar exactamente todos”, porque estamos en un género que permite eso.
Una vez que hablamos eso con Pigu fue “ya está”, busquemos colores primarios, secundarios, opuestos, etc. Colores locos que ayuden, no por el hecho de hacerlo porque sí.
-¿Tomaron otras películas de magos como referencia?
Tabany: -Primero que no todas las películas son de magia, sino con magos o de magos. Puede ser un mago en un drama, pero lo principal es el drama. Y lo que siempre me llamó la atención es que los efectos no los hacen los mismos actores: los hace un doble, cortan la cámara, o están muy editados para zafar.
Una de las primeras cosas que les dije cuando nos empezamos a juntar fue:”Van a tener que entrenar magia, y no vamos a cortar, no va a haber dobles”. Por suerte aceptaron ese desafío: tengo que felicitarlos porque se pusieron la técnica y el entrenamiento al hombro todos. Yo soy mago hace años, me imagino que aprender en unos pocos meses es difícil y lo hicieron excelente.
Coincido con Lautaro en “Pickpocket”; “El ilusionista” con Edward Norton me gusta; una de Samuel Fuller que se llama “Pickup on South Street”, con Richard Widmark, me parece una de las mejores. Pero si tomamos películas con el concepto de magia, “Nueve reinas” de Fabián Bielinsky debe ser la mejor película de magia/no magia que existe.