Gente necesaria: un puente solidario en el medio de la pandemia por el Covid-19
En abril se puso en marcha esta modalidad que acerca a unos y a otros en un contexto en el que quedarse en casa es la solución pero a veces puede ser un problema. ¿El objetivo? Vincular necesidades con respuestas desinteresadas que provienen, literalmente, de personas de buena voluntad.
Flavio Raina Se puede colaborar de muchas maneras; también como hace Agustina cada día cuando saca a pasear a las mascotas de Daniela.
La pandemia por Covid-19 universalizó conceptos, estadísticas y recomendaciones: usar barbijo o tapabocas, mantener las distancias, lavarse las manos con frecuencia, quedarse en casa. Pero para las personas mayores, con factores de riesgo y con discapacidad el aislamiento social, preventivo y obligatorio abrió un enorme interrogante sobre cómo podrían sobrellevar esa última condición: quedarse en casa podía ser sinónimo de no realizar trámites, no comprar medicamentos o estar en soledad. A comienzos de abril se puso en marcha en la ciudad el programa Santa Fe Capital Unida que canaliza esas necesidades a través de un voluntariado.
Once instituciones de la ciudad ya participan en esta instancia que permite hacer un nexo entre quienes pueden colaborar y quienes necesitan escucha, acompañamiento o solución a trámites simples pero irrealizables en las actuales condiciones. Éstas son el Concejo Municipal, la Universidad Católica de Santa Fe, Ex combatientes de Malvinas, Mesa Interreligiosa, Consejo de Pastores Evangélicos, Parroquia San Juan Don Bosco, Fundación Fénix, El Arca del Alba, Asociación 2 de Abril y Asociación Vecinal Barrio Dr. René Favaloro. A todas ellas se sumó recientemente la Parroquia San Agustín.
¿El resultado? 145 vecinos y vecinas residentes en 28 barrios de la capital provincial reciben algún tipo de asistencia por parte de 275 voluntarios y voluntarias.
De todas las historias posibles entre unos y otros, de los entrecruzamientos de experiencias, agradecimientos y anécdotas, relatamos dos que en realidad son cuatro. Las de Agustina y Daniela, y la de Facundo y Betty. O mejor, dejemos el relato en manos de sus protagonistas.
Agustina
"Mi nombre es Agustina Gatti, tengo 19 años y estudio Licenciatura en Psicopedagogía en la Universidad Católica de Santa Fe. Por el Instagram de la institución me enteré del voluntariado y me contacté a través de Carina Giles que hace de nexo con el programa de la Municipalidad.
"En mi caso es para asistir a Daniela que está en silla de ruedas: normalmente saco a pasear a sus tres perras; una vez la acompañé a ella a dar una vuelta por el barrio y, si me lo pide, hago trámites chicos como ir al almacén o a la farmacia -siempre dentro de la zona- para que ella no tenga que salir sí o sí.
"No tengo una respuesta formada acerca de por qué decidí sumarme al programa. Pero que la Facultad y otras instituciones ofrezcan esta tarea está muy bueno, y sumar un poco de mi individualidad, mi granito de arena es positivo, aunque sean simples cosas.
"Es importante para las personas adultas mayores y para la gente que está aislada y muy encerrada en su casa a partir de todas las medidas de seguridad, salir a dar una vuelta por su barrio, charlar por teléfono con alguien, contar cómo están; son mínimas cosas que sirven mucho para la salud mental.
"Recomendaría a mis pares que se sumen, pero entiendo que es una decisión personal y colectiva porque está destinada a la comunidad de la que somos parte. Es una experiencia que está buena la de ayudar a un otro, compartir con otros, pero es una decisión personal".
Daniela
"Me parece perfecto que se hagan proyectos nuevos. Es de una utilidad bárbara. Me enteré del voluntariado porque vi el programa de televisión Recreo Diario donde Gabriela Bruno presentaba el tema y decía que había una lista de gente como voluntaria para acompañar y asistir a personas en riesgo, mayores o con discapacidad. Es lo que pasa en mi casa: mi mamá tiene 76 años y yo 54, pero soy discapacitada y hay cosas básicas que no puedo hacer, como sacar a las perras a pasear.
"Agustina empezó a venir a casa y a sacar a los animalitos por tandas. Además hizo algunos mandados cercanos. Con ella hay una confianza.
"Con la pandemia me quise quedar en casa, me dio esa cosa de reclusión, de no querer salir casi nada: un poco por miedo y otro poco por una sensación de protección, de que no te va a pasar nada si estás en casa.
En cuanto a este programa, agradecemos la sensibilidad, que hayan pensado en la cantidad de gente relativamente sola o que necesitamos ayuda al no poder hacer algunas cosas.
"Hay personas que están pasando por situaciones difíciles o están preocupadas y otra gente que no se entera de las dificultades ajenas. Por eso es importante que la atención haya ido básicamente hacia las personas mayores o que no tienen otra ayuda. Ojalá mucha gente más se siga enganchando".
Facundo
"Soy Facundo Garrido, tengo 30 años y trabajo en el Poder Judicial de la provincia. Me enteré por un mail de la Universidad Católica de Santa Fe del programa de voluntariado.
"Me pareció una buena idea ayudar a gente mayor, darle una mano. Es una compañía, cuando me necesita estoy, sea para hacer un mandado o un trámite, para brindarle confianza y contención.
"Para las personas adultas mayores lo más importante es no salir -para no exponerse al virus- y es necesario generar un espacio para que se sientan apoyadas y resguardadas, aunque sin salir de sus casas.
"Con Betty intercambié mi número de teléfono y si necesita algo me lo pide. Trabajo y podría hacer otra cosa en el tiempo libre pero hay que darnos una mano entre todos. En este momento las personas mayores son vulnerables y siempre considero que están al margen de la sociedad y que no se les da la real importancia que tienen. Así que es importante colaborar con quienes nos bancaron en todas.
"Recomendaría el voluntariado a mis pares porque es una experiencia que les sirve a todos, y todos tenemos que dar una mano".
Gentileza Facundo acude al llamado de Betty cuando hace falta resolver un trámite. Y ella, agradece la actitud y la buena disposición.
Facundo acude al llamado de Betty cuando hace falta resolver un trámite. Y ella, agradece la actitud y la buena disposición.Foto: Gentileza
Betty
"Hacer un voluntariado con personas grandes como en mi caso lo muestra a Facundo de cuerpo entero y así se lo hice saber todas las veces que vino a hacerme unos mandaditos que necesitaba, no porque yo no lo pueda hacer: soy grande pero los puedo hacer aunque la cuarentena manda cuidarse.
"Con un mensajito sentí la necesidad no sólo de darle las gracias sino de valorar su obra, y le comenté que me gustaría que a los padres les llegue el mensaje porque van a estar orgullosos de tener un hijo así.
"Antes de la pandemia vivía más adentro de los colectivos que en mi casa porque siempre tenía alguna cosa que hacer. Me gusta salir, tengo alguna actividad que me motiva porque pienso que la vida no es estar sentada esperando que termine y que si se puede hacer algo no hay que dejar de hacerlo. Desde que empezó la cuarentena no subí más a los colectivos, primero porque hubo un paro prolongado de colectivos. La primera cuarentena la cumplí a rajatablas y me manejaba bien porque la mayoría de los comercios hacen envíos.
"Y las cuarentenas que siguieron... Soy una persona de buena salud, estoy en la trinchera más alta de los que están en peligro por la edad. No me la preguntes pero es bien elevada. Pero no sé hasta qué punto favorece esta obligación. Es cierto que tenemos que cuidarnos, pero ¿vale la pena estar encerrada y dejar de hacer lo más lindo que es, por ejemplo, abrazar a un nieto? Yo, en la medida de que no tengo necesidad, no salgo y si lo hago uso barbijo y mantengo el distanciamiento y acá estoy. Y si lo necesito a Facundo, lo voy a llamar".
Dónde acudir
Las personas mayores, con discapacidad o en riesgo pueden solicitar la ayuda del voluntariado a través de la línea gratuita 0800-7775000
En cuerpo y alma
Antes de que Agustina, Facundo y los 273 voluntarios que participan del programa comiencen con su tarea de acompañamiento, recibieron una capacitación de Cruz Roja Argentina y Gestión de Riesgo junto con elementos específicos de bioseguridad y para su identificación. La tarea de quienes se inscriben tiene dos dimensiones: una presencial para las personas en riesgo que necesiten realizar algún tipo de trámites y demás, y otra de escucha activa, que brinda cercanía a las personas que están solas, tal cual lo explicó el director de Derechos y Vinculación Ciudadana de la Municipalidad Franco Ponce de León.
La necesidad de hablar, de encontrar una escucha atenta aparece como una realidad frecuente en el balance que realizan el funcionario y Florencia Costantini, Coordinadora Ejecutiva de Identidad Barrial y Ciudadana.
"Arrancamos este proceso comunicándonos con el área de Adultos Mayores de la Municipalidad y de Deportes. para ver quién necesitaba ayuda. Y hoy articulamos también con la Dirección Provincial. Cualquier persona que necesite ayuda en estos términos puede llamar al 0800-7775000 del municipio", concluyó Ponce de León.
Hasta ahora el resultado es positivo. Y la prueba está en la gente que sigue urdiendo esta necesaria trama de solidaridad.