"Es el técnico del equipo que actúa en la Liga Santafesina de Fútbol, campeón siete años consecutivos", decía con orgullo el doctor Marcelo Casabianca cuando le agradecía a Adio Enrique Frana, colaborador directo del Pulpa Etchamendi en aquél título de campeón de 1966. Era el reconocimiento para un hombre al que muchos lo rescataron a lo largo del tiempo por su gran conocimiento del juego y por la enorme cantidad de jugadores que fueron descubiertos y formados en aquellos años de éxito contínuo en la Liga.
Casal, Lapalma, Cocco, Borgogno, el Loco Mendoza, Forti, "Pichón" Vitale, los Zanabria, Figueroa, Barreto y muchos de los que vinieron más tarde como el "Patón" Rossi, Toyé, el "Torito" Zuviría, el "Nene" Escalante, Garzón y otros con los que, seguramente, se estará cometiendo un grave error histórico, fueron alguna vez jugadores de Frana.
Uno de esos títulos referenciados por el doctor Marcelo Casabianca, se consiguió en forma invicta. Y después, como ocurrió luego a través del tiempo con muchos otros, Adio Frana fue el hombre al que Unión recurrió cuando había que ejercer algún interinato.
Recordado por su capacidad y entendimiento del juego como así también por su hombría de bien, Frana integró aquél cuerpo técnico con Washington Etchamendi y el inolvidable profesor Carlos Hurtado que posibilitó el ascenso de 1966 a Primera División. A los 90 años, Adio Frana, abuelo de Juan Francisco Ponce, el entrenador del equipo de básquet, un hombre inquieto, que luego transitó por distintas canchas de nuestra ciudad y hasta se dio el gusto de fundar ligas amateurs que permitieron despuntar el vicio a miles de santafesinos, dejó este mundo en forma física pero no el recuerdo, que permanecerá inalterable.