Fue poco antes de la medianoche cuando la policía tomó conocimiento de un hecho de sangre ocurrido en barrio Barranquitas.
La víctima tenía 18 años. Un disparo en el pecho terminó con su vida. No hay detenidos.
Fue poco antes de la medianoche cuando la policía tomó conocimiento de un hecho de sangre ocurrido en barrio Barranquitas.
En rigor, los distintos avisos telefónicos que habían llegado al 911 daban cuenta que en la zona de Iturraspe y Gaboto, en cercanías de un complejo habitacional, varios hombres protagonizaban un enfrentamiento a tiros.
Cuando los primeros uniformados llegaron al lugar observaron a un grupo de personas, las que estaban intentando reanimar a un joven que se encontraba tendido sobre la vereda del citado complejo.
Casi en simultáneo los agentes entrevistaron a una mujer, que se identificó como la novia del muchacho herido, la que reclamaba a viva voz para que llamen a una ambulancia.
En medio de la dramática situación se solicitó una unidad sanitaria mientras comenzaban las primeras averiguaciones respecto a lo sucedido.
Fue así como se pudo saber que el herido era José Antonio Perotti, de 18 años.
El nombrado fue trasladado con premura hasta el hospital Cullen, donde pese a los esfuerzos realizados, arribó ya fallecido.
De acuerdo al informe de los médicos se determinó que el nombrado presentaba un impacto de bala con orificio de entrada a la altura del pecho, y orificio de salida en tórax posterior (espalda).
En su recorrido el proyectil le perforó el corazón, lo que provocó su deceso prácticamente en el acto.
A todo esto los investigadores pudieron dar con un familiar del fallecido quien aportó un dato revelador.
El joven Perotti hacía solo unos pocos días que había recuperado su libertad, tras purgar un condena por robo.
Antes del fatídico suceso, una de las últimas cosas que hizo José fue visitar a su abuelo Atilio, en barrio Mariano Comas.
"El estuvo conmigo anoche y se quedó hasta cerca de las 22. Lo ví contento y estaba de muy buen ánimo. Habíamos quedado en volver a vernos el sábado, porque me quería presentar a su novia", dijo Atilio en diálogo con El Litoral.
"El no merecía terminar así, porque era un muchacho bueno. Lo que pasó es que la droga lo corrompió completamente", cerró con amargura.