El delantero sabalero Tomás Chancalay, que este miércoles fue titular en el once que plantó el "Barba" Domínguez en el césped del estadio Brigadier López, aparece en el centro de la escena del Mundo Colón. Es que si bien desde el relato todas las partes (jugador, representación, dirigentes) hay coincidencia en "buscar la mejor salida para todos", la realidad es que los días pasan pero la firma de renovación del contrato no aparece por ningún lado. Con vencimiento en junio 2021, el almanaque se les vino encima a los dirigentes sabaleros y las diferencias en cuanto a números son cada vez más importantes. Con menos "ruido", pasa lo mismo con Tomás Sandoval.
La realidad es que los chicos, formados en el semillero, tienen contratos vigentes hasta la mitad del año que viene. Pero, luego del "Fantasma Galván", ya nadie quiere en Colón que se llegue a diciembre de 2020 con el contrato abierto y en el aire. Como se sabe, de un tiempo a esta parte, la FIFA autoriza a los futbolistas a firmar un acuerdo con otro club a seis meses de finalizar el contrato vigente. Ejemplo: ni más ni menos que lo que hizo Brian Galván con Los Rápidos de Colorado para irse libre a la MLS.
De palabra, lo de Chancalay, está todo bien. Pero en los papeles, no hay avances. El jugador, que será papá, manifiesta que le gustaría "quedarse a vivir en Colón". La representación, con Adrián Ruocco a la cabeza (es el mismo del "Apache" Carlos Tevez), aclara desde su oficina que "nuestro estilo no es sacar jugadores libres de los clubes, pero la realidad es que Colón viene cambiando demasiado los interlocutores). Finalmente está el club, con sus distintos emisarios de negociación (dirigentes, abogados), que hace circular que ofreció "un nuevo contrato con un aumento muy importante del salario", algo que muchos se animan a triplicar.
Es por eso que, a pesar que en la teoría está todo bien, en la práctica no aparece la firma y las dudas se agrandan mirando el correr de los días y el almanaque. A pesar de ello, en el once contra once que hizo el "Barba" en la hierba del Cementerio de los Elefantes, ayer Tomás Chancalay arrancó entre los titulares, con un detalle no menor: los dos futbolistas más experimentados en el ataque (Lucas Viatri y "Pulga" Rodríguez) aparecieron con sendas molestias, por lo que no estuvieron en ninguno de los dos equipos. Tampoco lo hizo el zurdo Rafael Delgado, otro con molestias. Y, a la lista de los "faltazos", hay que agregar a Rodrigo Aliendro (acusó un tema personal).
El once titular de Eduardo Domínguez, en el Brigadier López, arrancó con: Leonardo Burián; Emanuel Olivera, Bruno Bianchi y Facundo Garcés; Alex Vigo, Christian Bernardi, Federico Lértora, Santiago Pierotti y Eric Meza; Wilson Morelo y Tomás Chancalay. En el equipo rival, plagado de juveniles, aparecieron los dos refuerzos (el colombiano Yeiler Góez y el zaguero Gonzalo Piovi) y Brian Fernández, entre otros.
En cuanto a Tomás Sandoval, manejado por su histórico amigo Manuel Montaño y desde hace un tiempo por Pedro Aldave, la situación es la misma: contrato vigente hasta junio del año que viene y una diferencia del 30 por ciento entre lo que exige el jugador para renovar y lo que ofrece Colón. Tampoco hay, a pesar que está Aldave (con Vignatti vendieron juntos a Lucas Alario) en el medio, un acercamiento contundente para poder esperar la firma de Tomás Sandoval.
Los otros dos casos de jugadores con contratos vigentes eran refuerzos 2020: uno sigue en Santa Fe (Lucas Viatri, supuestamente lesionado) y el otro (Rafa García) ya se volvió a Uruguay. Con el primero, sigue el tire y afloje para renegociar los números; con el segundo, se irá directamente a juicio en medio de lo fue su despedida de Santa Fe, a pura cara documento y presencia de escribanos.
"Son cosas que pasan", dijo Rafa García
Rafael García, zaguero que se fue en medio de un conflicto con Colón, ya está en Uruguay y habló de su futuro: "O juego el Intermedio acá o me voy. Un club es de un país cerca y el otro está lejos".
En la nota con "Ovación" de Uruguay, el zaguero no le da demasiada importancia a lo que sucedió en Colón, club con el que jugó cuatro partidos, y mira hacia adelante. "Son cosas que pasan; que a veces se dan así y hay que aceptarlas".
García fue cuatro veces Campeón Uruguayo con Nacional, la última y la que más valora por lo que les costó, el año pasado con Álvaro Gutiérrez como entrenador. "Fue un año muy difícil. Al principio dejamos muchísimos puntos y tuvimos que pelearla siempre de atrás. Nunca podíamos estar tranquilos. Peñarol había ganado el Apertura, tenía las finales aseguradas y con la posibilidad de conseguir el tricampeonato. Pero al final tuvimos la alegría de salir campeones. Cumplimos con el objetivo", recordó.
"Soy fuerte y no me doy por vencido. Soy un jugador que intenta hacer las cosas lo más sencillas posibles. Y que usa la cabeza a la hora de tomar decisiones en la cancha. Estoy constantemente pensando porque necesito pensar para poder igualar a jugadores que técnicamente son mejores que yo. Pero a veces esos jugadores no entienden tan bien el juego. Yo trato de jugar igual en todos los partidos. Siempre en un nivel parejo, nunca juego un partido de nueve puntos y tampoco nunca lo voy a jugar", reconoció con humildad. "Es mi forma de ser, no la voy a cambiar y vivo muy tranquilo a pesar de que muchas veces me han criticado", añadió.
Rafa nunca tuvo representante, salvo en alguna circunstancia puntual. "He sido afortunado porque nunca tuve la necesidad de buscar equipo. Por ejemplo, cuando fui a México fue porque el Morelia me vino a buscar". Y esta vez no es la excepción porque hay cuatro equipos interesados en contar con sus servicios y es él quien maneja las posibilidades que tiene y quien decidirá cuál es la mejor opción.