Los taxistas de una ciudad al noroeste de China hace poco recibieron una directriz inusualmente contundente del gobierno: deshazte de tus tatuajes.
Los taxistas de una ciudad al noroeste de China hace poco recibieron una directriz inusualmente contundente del gobierno: deshazte de tus tatuajes.
La orden se dio en agosto cuando funcionarios de transporte en Lanzhou, la capital de la provincia de Gansu, lanzaron una campaña para mejorar la imagen de los taxistas locales. Ostensiblemente, la prohibición de tatuajes tenía como objetivo evitar que algunos pasajeros se sintieran incómodos.
También coincidió con las iniciativas nacionales para desalentar la creciente popularidad de los tatuajes entre las generaciones más jóvenes, las cuales adoptan cada vez más el arte corporal que alguna vez fue estigmatizado.
No obstante, un conductor en Lanzhou deseaba conservar la tinta en su cuerpo y, a través de un foro gubernamental en línea, emitió un educado pero mordaz rechazo a la orden de la ciudad.
“Cuando solicitamos nuestro permiso para conducir, entregamos documentos que demuestran que no tenemos antecendentes penales”, escribió el conductor, quien no se identificó en la publicación y no pudo ser localizado para que comentara al respecto. “Nuestros tatuajes no nos convierten en hombres malos y criminales”.
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El taxista señaló que retirar los tatuajes era doloroso y caro, ya que requiere varias visitas para quitar los rastros de la tinta permanente en la piel a través de tecnología láser. El proceso también puede dejar cicatrices y zonas con manchas de tonos diferentes al de la piel.
La orden del gobierno era simplemente discriminatoria, dijo el conductor.
No obstante, en una respuesta pública del 7 de septiembre, el comité de transporte de Lanzhou no cedió. Sin aportar evidencia, dijo que los “tatuajes grandes en los conductores pueden causar angustia a los pasajeros que son mujeres y niños”.
El comité también insistió en que “los conductores que ya tienen tatuajes deberían quitárselos a través de procedimientos quirúrgicos en la mayor medida posible”.
No quedó claro cómo harían que cumplieran con la remoción de los tatuajes o quiénes pagarían por ella. Cuando fueron contactados a través de una llamada telefónica el martes, los representantes del gobierno de Lanzhou se rehusaron a hacer comentarios.
La respuesta del comité al conductor fue ampliamente difundida por toda China, lo que revivió un debate antiguo en un país en el que los tatuajes son cada vez más aceptados entre los más jóvenes, pero todavía son rechazados por aquellos que los consideran una marca de criminalidad.
Después de la contrapropuesta, el comité de transporte de Lanzhou dijo que los conductores podían esconder los tatuajes grandes que tuvieran en brazos y cuellos, pero dieron a entender que sería una solución temporal.
“Aquellos que sean incapaces de retirarlos por completo por el momento deben cubrirlos”, dijo el comité en su respuesta al conductor.
Otras reacciones en línea al incidente han sido mixtas. En una encuesta informal en redes sociales en la que se les preguntó a 3000 mujeres si viajarían con taxistas que tienen tatuajes, 850 dijeron que sí lo harían y 1000 dijeron que no.
Cabe señalar, que la cultura del tatuaje comenzó a florecer en China a medida que el país se abrió al Occidente con motivo de los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008. Las influencias y la cultura pop de Occidente resonaron con la sociedad china. Más figuras del entretenimiento y el deporte comenzaron a exhibir tatuajes en apariciones televisadas, incluido Lin Dan, un campeón olímpico de bádminton que mostró sus brazos tatuados durante las competencias.