Todo lo material que nos rodea funciona por y gracias a la energía, y su consumo y derroche va en aumento. Es por eso que la acción de gestionarla propone ventajas interesantes para los usuarios, sobre todo aquellos que deben pagar costosas facturas en una empresa u otro tipo de organización.
La necesidad de abordar este tema que, además de generar ahorro monetario permite reducir el impacto ambiental (ya se explicará porqué), hizo que se cree en Santa Fe la carrera de Especialización en Gestión de la Energía, que ofrece la Facultad de Ingeniería Química de la UNL, y que es la primera que trata el modelo para gestionar la energía en el país.
"Esto nació a partir de que nuestros egresados nos preguntaban cómo podían pagar menos energía, sea de electricidad, gas o combustibles líquidos. Vimos que la necesidad iba creciendo por el aumento en general de los costos y porque surgía el tema ambiental de la energía", comentó el ingeniero químico Daniel Fertonani, coordinador de la carrera y docente en uno de los cursos.
El posgrado, reconocido por la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau), comenzó a principio de septiembre con estudiantes de distintos puntos de la Argentina, con clases virtuales. Participan profesionales de diferentes ciencias, desde ingenieros, arquitectos hasta contadores y abogados. La demanda de inscripción, una vez cerradas las listas, obliga al coordinador a pensar en una Cohorte 2021.
"La gestión de la energía la planteamos desde el punto de vista del usuario, cómo hace para pagar menos", sostuvo el especialista en gestión de calidad. Al mismo tiempo explicó que "gestionar la energía" refiere a "mejorar el desempeño energético de una empresa u organización. Lo que significa hacer uso eficiente de la energía, que sería producir lo mismo pero gastando menos energía".
Fertonani detalló la necesidad del aspecto económico y saber "comprar energía". "En tu casa no lo ves porque sos usuario domiciliario y tenés una sola tarifa y punto. Pero cuando sos usuario comercial, tenés distintos tipos de tarifas", indicó y dio un ejemplo: "Podes pasar ciertas actividades a la madrugada, si vos contratás con la EPE tenés lo que se llama tarifa desdoblada`, con un precio durante el día y otro de noche, y si vos consumís durante la madrugada pagás mucho menos el valor del kilovatios. Al final de mes consumiste la misma cantidad de energía pero pagás mucho menos".
En Argentina, según datos del 2018 analizados dentro del Balance Energético Nacional, se destaca que el consumo energético se distribuyó entre los sectores: transporte (30 %); actividad industrial (25 %); sector residencial (25 %); sector agropecuario (6 %); y aproximadamente el 9 % a la actividad comercial y pública. El 5% restante se utiliza como "no energético", por ejemplo en la industria petroquímica.
La demanda energética, en constante crecimiento, generó consecuencias decisivas en los campos tecnológicos, políticos, sociales, económicos y ambientales. "Es imposible imaginar el mundo contemporáneo sin un abastecimiento suficiente, sostenible, confiable y económicamente accesible de energía. Existe una relación directa entre la calidad de vida de la sociedad y su consumo de energía, pero las actuales tendencias en su uso no son sostenibles. A medida que aumenta la población mundial y las economías se industrializan, las fuentes de energía no renovables se tornarán más escasas y costosas", sostienen desde la coordinación del posgrado de la FIQ.
Entre los objetivos de las Naciones Unidas, fijados en la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible, uno de ellos es sobre energía, denominado: "Garantizar el acceso a una energía asequible, fiable, sostenible y moderna para todos".
A nivel internacional, la Agencia de Energía planteó distintos escenarios de consumo de energía primaria en el mundo. Uno de ellos es el "Escenario 450", en el cual los países se ajustan a los acuerdos de la cumbre de Copenhague, donde se fijó un tope de 450 ppm (partes por millón) de dióxido de carbono en la atmósfera. Para alcanzar este escenario para dentro de 15 años, se estima que el 67 % del ahorro energético se deberá a eficiencia en el uso final de la energía.
Según la Organización Latinoamericana de Energía, no hay que descuidar el daño ambiental que produce la liberación de contaminantes contenidos en las fuentes fósiles a la atmósfera. "Es importante que cada país de la región fortalezca su capacidad de análisis y planificación de su sistema energético, con el fin de asegurar un desarrollo económico sostenible y eficiente".
"La energía está muy relacionada al cambio climático al ser uno de los mayores productores de gases de efectos invernadero", resaltó el ingeniero químico y repasó un dato duro, "a nivel internacional se calcula que el 53 % del ahorro de gases de efecto invernadero para el 2035, se va a deber a aplicación de gestión de la energía a nivel mundial. O sea que aplicando estos sistemas se dejaría de generar contaminación".
Al ser consultado sobre cómo se actúa en otras partes del mundo para quienes adoptan la gestión energética, el especialista comentó: "En Argentina estamos atrasados en el tema, pero en Europa varios países han implementado ayudas impositivas y crediticias para quienes aplican sistemas de gestión de la energía en sus empresas".
Además, recordó que hasta el año pasado, el gobierno de la Provincia de Santa Fe impulsó un sistema para Pymes, "habían propuesto una auditoría energética, donde el gobierno subvencionaba una parte de la contratación del gestor para implementar el sistema de gestión y eficiencia energética".
Al concluir el ingeniero subrayó que para avanzar en la gestión de energía en la provincia, tiene que darse "la decisión política, pero acompañada de educación y concientización".