El juez penal Rodolfo Mingarini condenó a 5 años de prisión de cumplimiento efectivo a Uriel Vicente Sanabria, quien a sus jóvenes 22 años sufrió un impasse en su incipiente carrera delictiva, la cual se inscribe en una larga lista de nombres de uno de los clanes más famosos de la zona oeste de la ciudad.
Cuatro hechos le atribuyó la fiscal Carolina Parodi, -de menor a mayor- comenzando por el arrebato de un celular en 2019, hasta ser apresado en julio pasado con un arma de fuego, tras asaltar a una mujer y sus dos hijas en plena tarde, en las calles del barrio San Lorenzo.
Aunque asumió su responsabilidad, Sanabria mantuvo la mirada desafiante y altanera ante los operadores del sistema penal, a quienes desde muy pequeño le enseñaron a ver como enemigos.
La sentencia fue dictada en forma oral el 16 de septiembre por el juez Mingarini, en una audiencia a la que asistieron la Dra. Parodi por el Ministerio Público de la Acusación (MPA) y el abogado particular Héctor Tallarico, junto a su representado.
El joven Sanabria fue declarado autor de los delitos de “hurto, robo, robo calificado por empleo de arma y robo agravado por empleo de arma de fuego en grado de tentativa”.
El primer hecho por el cual fue señalado, ocurrió el 18 de mayo del año pasado, a las tres de la tarde, en la parada de colectivos de Entre Ríos y Juan Díaz de Solís de barrio San Lorenzo. Allí sustrajo un teléfono celular a una chica que estaba esperando el colectivo y salió corriendo.
El 26 de julio de 2019, a las cinco de la tarde, le arrebató la cartera a una mujer que caminaba por avenida Freyre y calle Corrientes. Según estableció la Justicia, Sanabria iba en una moto Corven de 110 c.c. roja y negra, la cual fue abandonada en la huida, por calle Moreno, tras impactar contra un auto.
La escalada de violencia fue en aumento, hasta que el 1° de agosto del año pasado, apenas iniciada la jornada, Sanabria decidió asaltar a un chofer del servicio de Radiotaxi. El muchacho se subió a un Chevrolet Corsa y a poco de iniciado el recorrido amenazó al conductor con un arma blanca en las inmediaciones de la avenida Presidente Perón y calle Artigas, en Barranquitas. Aunque la víctima no resultó herida, fue despojada de sus pertenencias, entre las que enumeró $ 1.700 en efectivo, un celular y las llaves del auto.
El último capítulo transcurrió en plena pandemia por el coronavirus, cuando el 5 de julio de 2020 a las 16.30, asaltó a punta de revólver a una mujer que caminaba por las calles de barrio San Lorenzo, junto a sus dos hijas de 4 y 15 años. El atraco -se llevó un celular- se consumó en la esquina de San José y Uruguay. Las mujeres comenzaron a pedir ayuda y fueron auxiliadas por efectivos de la Brigada Motorizada que casualmente patrullaba la zona y que atraparon a Sanabria una cuadra más adelante, en calle Jujuy. En su poder secuestraron el teléfono robado y un revólver calibre 22 de color negro.
El de “Los Sanabria” fue uno de los clanes criminales más conocidos de la ciudad de Santa Fe durante la década de 1990 y principio del siglo XXI, cuando entró en decadencia a causa de encarcelamientos y de feroces enfrentamientos familiares, que derivaron en asesinatos y culpas cruzadas.
Uno de los protagonistas de esta historia escrita a sangre y fuego fue el papá del ahora condenado Uriel Vicente Sanabria. “Sandu” -Norberto Vicente-, fue asesinado a traición cinco años atrás, en venganza del crimen nunca esclarecido de su tío “Chanchi” Ernesto Sanabria (55), cometido a mediados de 2011 en Estrada y Lisandro de la Torre, detrás de las vías del ferrocarril, donde “Los Sanabria” echaron sus raíces.
A “Sandu” lo mataron al mediodía, en la vereda de Córdoba y Juan Díaz de Solís del barrio Barranquitas, donde se había mudado tras salir de la cárcel. Tenía 37 años y fue acribillado a balazos calibre 9 mm y rematado a puñaladas en la puerta de la casa de una prima. La crónica de El Litoral del 22 de octubre de 2015 da cuenta que en total, los médicos contabilizaron 17 heridas de bala y arma blanca.
Aunque pasó largos períodos de encierro, fue absuelto el 1° de agosto de 2015 por el homicidio de su tío; por el cual quedó detenido en abril y fue procesado con prisión preventiva en mayo de 2014, tras estar más de tres años prófugo. La absolución estaba apelada pero su deceso frustró todo plan de revisión de la causa.
“Sandu” fue acusado de vaciar dos cargadores de 9 mm contra su tío Ernesto, el 16 de junio de 2011. Cuando lo indagaron acusó a “Andy”, otro familiar llamado Fernando Sanabria, pero los testigos lo señalaban a él. En aquella pelea prometió a “Chanchi” que “le iba a matar al hijo”, cosa que finalmente ocurrió al día siguiente, cuando Francisco Aurelio Sanabria, alias “Pancho” recibió una decena de balazos de regreso del entierro de su padre. Por ese hecho fue acusado su primo “Andy”, atrapado mayo de 2012 en un tiroteo en calle Aguado al 2200.