El quinteto capitalino realizará su primer streaming internacional el 10 de octubre, para celebrar su 90° show en La Trastienda, al tiempo que publican reversiones de viejos temas. El cantante Ricardo Tapia le abrió la puerta a El Litoral para mostrar algo de ese universo en reinvención constante.
Gentileza Martín Rissetto Tapia al frente, escoltado por Gustavo Ginoi (guitarras), Juan Carlos Tordó (batería), Claudio Cannavo (bajo) y Gastón Picazo (teclados)
La Mississippi abre la etapa de shows en streaming festejando La Trastienda número 90. La banda se prepara para brindar su primera experiencia en vivo en plataformas online, estrenando escenario en este formato desde San Telmo. La cita es el 10 de octubre a las 18 de Argentina, Uruguay y Brasil, pero también se podrá ver desde el resto de América y Europa; las entradas se pueden adquirir en https://areaticket.tv.
Además el quinteto (Ricardo Tapia en voz, armónica y guitarras rítmica, slide y de 12 cuerdas; Gustavo Ginoi en guitarras eléctrica y acústica; Claudio Cannavo en bajo; Juan Carlos Tordó en batería y Gastón Picazo en teclados) no para: desde que comenzó el aislamiento están versionando clásicos elegidos de sus más de 30 años de carrera. Este material integra una lista llamada "Adentro", la cual ya cuenta con los videoclips de las canciones "Piso de madera", "Ermitaño", "Valentín Alsina (ritmo y blues)", "El último blues" e "Incidentes en la ruta", editados en forma remota y disponibles en el canal de YouTube de la banda (formarán parte de un EP con fecha de lanzamiento el 30 de octubre en todas las plataformas digitales).
De todo esto conversó El Litoral con Tapia, para entrar en un universo de sonidos clásicos pero renovados.
Hacia el mundo
-¿Cómo fue animarse a dar el salto al streaming? No era tan habitual para la mayoría tocar sin el público.
-Cuando vas a la televisión estás haciendo algo parecido. Tu predisposición mental tiene que ser la misma que cuando estás haciendo cualquier otra cosa; la única diferencia es que lo estás haciendo para todo el mundo. Si estás acostumbrado con tus compañeros a tocar y divertirte no te cambia nada: es lo mismo que si un actor estuviera pensando: "En esta película me va a ver en todo el planeta" (risas). No tiene mucho sentido pensar en esas cosas, hay que tocar y divertirse.
Es que es un show mundial, no sé si todo el mundo está acostumbrado; me parece que muy poca gente todavía. Y cuando se acostumbren se va a dejar de usar, o se va a usar en ciertos momentos. Lo interesante es que uno puede lograr hacer una cosa con clima dentro del streaming: no hace falta pararse adelante de una cámara y sentir que estás solo. No es esa la cuestión, sino saberse acompañado por los demás.
Vamos a armar un streaming con un poco de gente, porque se permiten unas diez personas: habrá unas mesitas con gente sentada. Va a ser una especie de cabaret/night club de blues.
-¿Cómo va a ser el repertorio?
-Nunca lo digo, porque si no, no tiene gracia. Pero va a haber de todo: cosas electroacústicas, del nuevo EP "Adentro"; temas clásicos y también internacionales clásicos. Cuando viajamos afuera más allá de nuestro repertorio tocamos temas clásicos de blues, porque estás en otra parte del mundo y no todos hablan español. Si nosotros durante años hemos tocado blues tradicional eso te queda, y lo agregamos a la lista de temas.
-Es como un enganche para abarcar a otros públicos.
-En realidad esa es la gracia. La Mississippi tiene un doble público: no solamente es una banda de rock argentino que toca para los argentinos que estén afuera, sino que podemos tocar en festivales internacionales de blues, lo hemos hecho, en el circuito internacional de blues.
Puertas adentro
-Esta va a ser La Trastienda número 90, que en realidad iba a ser en abril. ¿Cómo vivieron esa suspensión?
-Las suspensiones a veces ocurren en los shows. El problema no fue la suspensión en sí, sino que se hiciera tan larga; que todo esto tuviera tantos desfasajes, idas y venidas, contraórdenes entre Nación y Ciudad. La estirpe política mostró una gran descoordinación, todos los políticos de la Argentina: nos dijeron que estaban todos de acuerdo pero no fue así. Así terminamos en este caos, que hay que ver cómo se sale.
-¿Cómo están llevando este tiempo a nivel personal y como grupo humano?
-Los demás no sé, yo lo llevo en mi casa haciendo muchas cosas. Estoy escribiendo, terminando un libro; terminando una muestra de pintura que me la debía, porque es lo que estudié, durante años dejé de pintar y volví a pintar hace un tiempo. Y trabajé en temas nuevos, estamos componiendo, y preparando un par de autoshows, esos que se hacen con automóviles ahora.
La verdad es que no me enfoqué mucho en la angustia. Inicialmente sí me angustié un poco, por mis hijos, porque están lejos: hablé con ellos, pregunté cómo estaban de salud, cada uno en su casa. Era un panorama bastante dramático, después cuando se vio realmente la afección de la enfermedad ya nos quedamos más tranquilos.
-¿Cómo surgió la idea de grabar el EP "Adentro", y cómo fue versionar las canciones?
-Eso lo empecé yo en casa, haciendo una versión de "Piso de madera" (la portada de los temas es la puerta de mi casa), y porque indudablemente "Adentro" era la palabra que describía mejor todo. Aparte es el "adentro" de la zamba (risas). Empecé con eso, se fueron enganchando mis compañeros para ir haciendo un nuevo repertorio; cambiamos muchos temas, los deformamos, los tocamos de otra forma, les dimos una vuelta diferente para divertirnos, que siempre nos gusta hacerlo. Así se nos fueron los meses, trabajando.
-Algunas canciones van a llegar en esas versiones al show.
-Claro, vamos estrenar algunas de esas versiones nuevas. El show va a tener un color medio electroacústico, va a estar lindo.
Lejos de España
-¿Qué otros planes tenían para este 2020 que ya hayan suspendido?
-Nada de esto era un plan. Ahora tendría que estar saliendo de Barcelona para Madrid: teníamos una gira que la pasamos para el año que viene, mayo-junio. Se pasó porque los pasajes, que eran de una empresa que parecía que no trabajaba más en la Argentina, los pasaban para el año que viene. Y bueno, aprovechamos y restablecimos toda la agenda.
El plan era hacer un disco acústico allá, es lo que estábamos componiendo hasta que se truncó con todo esto: medio que no nos pudimos ver más para seguir componiendo. El disco se iba a empezar acá y se iba a terminar en España, con invitados como Raimundo Amador, Javier Vargas, Luis Pardo; artistas argentinos y españoles.
-Estabas trabajando con el dúo catalán Yo Mismo.
-A los chicos los conocí allá, nos hicimos muy amigos. Entonces les propuse trabajar en un disco acá. El día antes de que se largara todo esto suspendieron los vueltos; ellos decidieron muy atinadamente suspender la idea y hacerla más adelante, porque se iban a quedar varados acá. Lo pospusimos para más adelante, seguramente el año que viene, pero a ellos también se les pospuso todo: tuvieron que empezar a demear y grabar, trabajar un poco ellos. Todo lo que eran proyectos laborales pasaron para más adelante: a todo el mundo le pasó.
En paralelo
-Tocaste mucho en trío acústico con Los López Tapia. ¿Qué posibilidades te da ese formato que no tenga una banda más grande?
-Son formatos diferentes con un contacto diferente con el público. La palabra es diferentes, uno charla más; toco sentado, en La Mississippi no toco sentado nunca: me la paso yendo de un lado al otro del escenario.
Toco sentadito, armamos un repertorio bastante raro, que tiene de todo: desde canción hasta blues, hasta música africana. Tiene esa cosa de relajación que es como la gimnasia para después poder seguir trabajando es un relax de tocar con mi hijo (Iván) y un amigo (Fede López), y viajar en camioneta con dos o tres cosas encima nomás.
Es un show liviano, que sirve para viajar a cualquier parte, no solo a nivel nacional sino también internacional. Se puede hacer en cualquier lugar, y con muy poco en lo tecnológico suena muy bien. La verdad es que hemos tocado desde en lugares pequeños hasta motoencuentros. No es un trío acústico suave para nada: toco con mi guitarra dobro o eléctrica con octavadores; el cajón tiene un sonido tremendo, porque Iván lo toca como una batería, le da un power tremendo; la armónica por equipo. Tiene un sonido eléctrico muy particular.
Clima laboral
-¿Cómo se sostiene un proyecto como La Mississippi durante tantos años, y cómo se renuevan las energías para seguir queriendo hacer cosas con los compañeros?
-Lo primero es no pensar que es un proyecto, sino que es una empresa. Un proyecto es una cosa que uno proyecta que puede ocurrir o no; La Mississippi es una empresa, un grupo formado de trabajo. Hay que proyectar trabajos, justamente: lo que mantiene un grupo, lo que le da continuidad es tener proyectos y cumplirlos. Y que sea autosustentable: que no sea un gasto, sino que vaya generando ganancias y se vaya moviendo.
Siempre pensamos de esa forma, por eso siempre tuvimos proyectos hacia adelante, los vamos generando. Y vamos creando discos nuevos, ideas nuevas: La Asociación de Blues y Reggae, las Giras Interbarriales. Siempre surge alguna idea nueva hacia adelante: lo que mantiene viva cualquier empresa es tener proyectos a futuro e intentar lograrlos.
Si no tenés eso, no tenés nada: un grupo de música es solamente un montón de gente que se junta a tocar y se puede divertir o no, pero no significa que sea un proyecto laboral ni un proyecto de vida. Y también un humor interno que tiene que estar acorde a como somos nosotros: conocernos para tener un humor interno positivo.