Un narco barrial de la ciudad capital fue sentenciado a 4 años de prisión y multa de $ 243.000 por haber montado, en la casa que compartía con su pareja y su pequeña hija, un bunker de venta de drogas.
Una denuncia anónima lo expuso ante las autoridades que le allanaron la casa el 21 de septiembre del año pasado.
Un narco barrial de la ciudad capital fue sentenciado a 4 años de prisión y multa de $ 243.000 por haber montado, en la casa que compartía con su pareja y su pequeña hija, un bunker de venta de drogas.
Si bien la condena se dio en el marco de un juicio abreviado al que arribaron el fiscal general Martín Suárez Faisal y el defensor público oficial Julio Agnoli, el mismo contó con el consentimiento del imputado, Leonardo Ariel Budiño, un pintor de 33 años domiciliado en barrio San Martín, en el norte de la ciudad.
La sentencia, dictada el pasado viernes por el juez del Tribunal Oral Federal (TOF), Luciano Lauría, señala a Budiño como autor penalmente responsable del delito de “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización” (art. 5 inc. c de la ley 23.737), por la que recibió pena de 4 años de prisión y multa equivalente a 45 unidades fijas, lo que hace a un total de $ 243.000. Asimismo, el magistrado ordenó la “destrucción del estupefaciente”.
"Operativo Primavera"
Budiño fue apresado el 21 de septiembre del año pasado en una vivienda de la calle Lamadrid 7068, entre Espora y Vieytes, unos 200 metros al oeste de la avenida Peñaloza. El “operativo Primavera”, estuvo a cargo de la Brigada Operativa Antinarcóticos I, cuyo personal secuestró desde el inmueble 70,6 grs. de marihuana dentro de 47 envoltorios de nailon; y 19,2 gramos de cocaína en 25 paquetes de papel glasé y una bolsa de nailon. Además, se incautaron 5 celulares, un tubo eppendorf, dos pipas, dinero en efectivo y otros elementos de interés para la causa.
Unos siete meses antes, una denuncia anónima a la línea de atención ciudadana de la Dirección Provincial de Asuntos Internos, señaló a Budiño como el vendedor de “fasos” del barrio San Martín. Allí se mencionaba que vivía en Lamadrid 7068 con su esposa e hija y que se sospechaba que la droga la escondía en la casa de otro familiar, en un kiosco ubicado a metros del lugar.
Por el caso se abrió una investigación judicial que quedó en manos de la Fiscalía Federal, desde donde se solicitaron las primeras diligencias.
Según señala el juez Lauría en su sentencia, “las labores de inteligencia permitieron constatar esa actividad delictiva, ya que se lograron observar y registrar fílmicamente la llegada de personas a su domicilio, que se retiraban minutos después manipulando pequeños envoltorios de nailon, como así también se pudo apreciar la venta en la modalidad que comúnmente se conoce como ‘pasa manos’ en la vereda del domicilio en cuestión. Tal como consta en los partes preventivos, son clara muestra del proceder ilícito”.
Budiño, que permanece tras las rejas en el penal de Coronda, fue procesado el 8 de octubre de 2019 por el juzgado Federal Nº 1; y el 16 de diciembre la fiscalía requirió la elevación a juicio por el mismo delito por el cual finalmente resultó condenado.