Era un domingo fantástico, luminoso, lleno de primavera. Colón estaba ya palpitando su histórico paso a la final de la Sudamericana pero todavía le faltaba más de un mes para jugarla. Unión tenía por entonces la ilusión de mejorar lo que había logrado hasta ese momento, con un plantel que se había renovado en algunos nombres ya con el alejamiento de jugadores importantes en el funcionamiento de aquél equipo que llegó a recitarse de memoria. El 15 de Abril estallaba de gente, el fútbol santafesino volvía a tener su clásico y la tarde de domingo parecía todavía más luminosa con semejante pasión y bullicio.
Ese 6 de octubre, el partido se jugaba como cualquier clásico, con dientes apretados, quizás sin tanto fútbol pero con la intensidad de esos partidos distintos. Porque el clásico es eso, un partido distinto. Como alguien dijo alguna vez, "los clásicos y las finales no se juegan, se ganan". Y algo de cierto hay, por más que uno esté totalmente convencido que las formas importan y que es mucho más fácil llegar a un resultado a través de jugar bien, o por lo menos hacerlo mejor que el rival.
Tenés que leerSe cumple un año del último clásico santafesino: Fue victoria TatengueDesde Grecia, Nicolás Mazzola interrumpió una sesión de fotos programada por su club, el Panetolikos, para hablar en La Primera de Sol y recordar lo que él mismo reconoce como su mejor momento en el fútbol desde que comenzó a acunar sueños de grandeza.
-¿Qué imagen te queda de aquélla tarde?
-Es toda la secuencia... Pero me quedo con el festejo, que hasta un poco se hizo viral haciendo el dedito de loco, que te lo juro que fue lo que me salió en el momento... Me acuerdo de mirarlo al Chaco Acevedo que recibió la pelota y enseguida me miró y vio que corría para ganarle las espaldas a los defensores, me acuerdo que la pelota que queda ahí cerquita, que se me ocurre picarla en el momento y me acuerdo de ver cómo entraba... Toda la secuencia fue espectacular... Pero si me preguntás por una sola imagen, me queda la del festejo del gol... Es una barbaridad que haya pasado un año.
-¿Te diste cuenta en el momento de lo que habías conseguido con ese gol?
-Con el correr de los años quizás me dé cuenta. Hasta el día de hoy me siguen escribiendo los hinchas de Unión, con algunos me sigo hablando, en Unión me tocó vivir momentos espectaculares tanto en lo grupal y lo personal. Así como mi apellido quedará en la historia del club, el club quedará en mi corazón y para siempre por lo que me hicieron vivir, a mí y a mi familia.
-Todavía recuerdo cuando recién llegado a Mar del Plata, en la pretemporada de comienzos del 2019, lo primero que preguntaste fue: "¿Estos muchachos corren siempre así?"
(Risas) - ¡Me acuerdo...! Resulta que recién había llegado y los veía correr, me pasaban por al lado... Yo venía del fútbol chileno, que se corre pero no tanto... Después, a medida que fui entrenando y entrando en ritmo, fui un loquito más que corría... (risas).
-¿Ese gol fue el más importante o uno de los más importantes de tu carrera?
-Fue uno de los más importantes, porque el otro al que no le quiero sacar importancia fue el que hice en la Copa del año pasado, contra Independiente del Valle... Los dos goles más importantes de mi carrera están en Unión, tuvieron un significado gigante desde lo emocional.
-¿Te acordás de ese día, qué hiciste, a qué hora te levantaste, estabas nervioso?
-Me acuerdo que me levanté, desayuné, tomé mate con los chicos, no hablamos mucho del partido porque desde lo emocional era muy grande si te lo "maquinabas" desde temprano, entonces no exageramos en hablar del partido... Hice hincapié en tratar de disfrutar porque sabía que la cancha iba a estar "explotada" de gente como estuvo. Ese partido lo disfruté en lo personal y en lo grupal, se notó que nosotros estuvimos tranquilos y fuimos superiores al rival. Fue completo por todo, no sólo en lo personal por el gol.
-¿Cuando se juegan estos partidos, da lo mismo que al gol lo convierta cualquiera?
-En estos partidos, no tengas ninguna duda... Que al gol lo convierta cualquiera, hay que ganar cómo sea, pero que se entienda bien el cómo sea... Ganar es lo importante en estos partidos, pero tratando de jugar bien y en forma legítima.
-¿Cómo la llevás en Grecia?
-Es una ciudad chica, linda, tranquila, los griegos son súper amables, acá se está jugando desde hace tiempo y en eso les sacamos una ventaja a ustedes.
-No daba la sensación de ciclo cumplido en tu caso, pero el club decidió no renovar. ¿Vos también tuviste la sensación de que el ciclo no estaba cumplido?
-Voy a decir lo mismo que dije en su momento: lo que yo esperaba era que nos sentemos a charlar porque en el club estaba bien y creía que iba a continuar, yo quería seguir... La dirigencia pensó otra cosa y es respetable. Yo no me ofendí por la decisión, porque el club está en su derecho de elegir y toma decisiones en ese sentido... Fueron las formas las que me molestaron. Y después, el dolor porque estaba espectacular, una ciudad de diez, un grupo hermoso, gente espectacular, muchos amigos... Por eso, el cariño que tengo hacia Unión no lo va a cambiar nadie. Ojalá pueda volver y si no, volveré a la tribuna a ver algún partido de Unión.