Con la moderación del caso y admitiendo que el objetivo era ganar y se consiguió, la imagen deslucida, opaca y básica de la selección invita, cuánto menos, a tomar el toro por las astas y revisar esta actuación. No basta con el conformismo del resultado -que sirve y era fundamental conseguirlo- porque, en ese caso, estaríamos viendo el árbol y no el bosque. El árbol fue la victoria, pero el bosque fue una actuación desteñida ante un equipo que no hizo otra cosa que lo que todo el mundo sabía que iba a hacer. Y máxime cuando se dio una circunstancia que siempre ayuda en este tipo de partidos: marcarle un gol en el arranque a un equipo que viene a defenderse, es lo mejor que puede pasar para abrir el partido, tranquilizarse y jugar con menos presión.
Tenés que leerScaloni, tras la ajustada victoria de Argentina: "El único balance que se puede hacer es que se ganó, que es lo más importante" No era necesario ser un erudito para saber que Alfaro iba a plantear el partido que planteó. Pero frente a ello, ¿qué hizo Argentina?, ¿cuál fue el factor-sorpresa?, ¿cuáles fueron las variantes?, ¿qué tipo de movimientos empleó para complicarle la vida al rival?. A saber:
* 1) No hubo sorpresa con la proyección de Montiel y Tagliafico, que jugaron contenidos y no supieron, en ningún momento, construir alguna sociedad por los costados, ya sea con Ocampos y Messi (por derecha) como con Acuña (por izquierda).
* 2) Los dos volantes centrales, imprecisos en el manejo de la pelota y tapados por los rivales, jugaron en la misma línea, no "rompieron" apareciendo por sorpresa a las espaldas de los volantes adversarios y no metieron pases filtrados para superar esa primera pared defensiva que había armado Alfaro entre el único delantero neto que puso y la línea de cuatro defensiva.
* 3) Muy pocas veces se atacó el espacio vacío como lo hizo Lucas Ocampos (de lo poco para rescatar individualmente), en la jugada del penal (clarísimo y me cuesta entender que se esté polemizando sobre esa jugada). Ocampos apareció solo, a espaldas de los volantes rivales, en el callejón del "8" para recibir la descarga de Messi y encarar decidido a meterse en el área rival.
* 4) Cuesta también entender qué lectura hizo el técnico del partido. Scaloni, quien generaba sospechas e incertidumbre en su designación, pero que cambió ese concepto con la actuación de su equipo en la última Copa América, hizo cambios muy "cantados". El equipo perdió la poquita compostura que había tenido en el primer tiempo, a partir de los 10 minutos del segundo tiempo. Ahí se animó Ecuador que hasta nos quitó la pelota. Y frente a ello, la respuesta de Scaloni fue cambiar para que nada cambie. Todas modificaciones "puesto por puesto", sin entender que se necesitaba otra cosa, que había que recuperar dominio en el mediocampo para intentar asegurar el resultado. Es cierto que no hubo sufrimiento, pero el margen era estrecho y peligroso. La poca jerarquía y peligrosidad del rival ayudó bastante para que se gane el partido, con justicia pero sin relevancia futbolística.