El ansiado retorno a la actividad en el Hemisferio Sur fue largamente compensado por un gran partido, que como bonus especial tuvo un final atrapante. En Wellington, Nueva Zelanda y Australia igualaron en 16 puntos, luego de un trámite signado por la intensidad y -en general-, un marcado equilibrio.
Pero lo más impactante llegaría en los más de 9 minutos de tiempo extra, iniciados con un penal desde mitad de campo, que pudo haberles dado la victoria a los Wallabies. El remate de Reece Hodge se estrelló en un poste, e increíblemente, la distracción neozelandesa permitió que los visitantes recuperaran la pelota, iniciando una serie de intentos ofensivos, "asomados" al ingoal anfitrión.
La solidez defensiva kiwi impidió que nada de eso ocurriera; pero además, tras recuperar la pelota, los All Blacks se lanzaron en busca del try de la victoria. Tuvieron varias situaciones factibles en el otro extremo de la cancha, hasta que finalmente una imperfección menor permitió que el partido culminara.
En cuanto al desarrollo, demostró claramente que el remozadísimo elenco australiano está en condiciones de pensar en cuestiones importantes. Quizás mucho tenga que ver el flamante head coach: el neozelandés Dave Rennie (de vasta trayectoria con los Baby Blacks y Chiefs, entre otros...)
Por su parte, los All Blacks lucieron muy solventes en defensa y, en la primera ocasión de dispusieron, denotaron su habitual capacidad para aprovechar las situaciones propicias. Fue a través del ensayo de Jordie Barrett, luego de una muy buena acción, que paradójicamente, había contenido un error de un juez asistente, que no observó que Rieko Ioane había pisado la línea de touch en uno de los movimientos previos.
El resto de la etapa se desarrolló en un contexto similar, cerrándose 8 a 3 en favor de los anfitriones, que básicamente fueron más efectivos en ataque y muy sólidos en defensa.
Más allá que los primeros puntos llegaron a través del try del siempre eficiente Aaron Smith, el complemento tendría como característica principal el marcado protagonismo de los Wallabies, que se vería compensado por dos ensayos consecutivos.
Junto a un par de penales compartidos, el encuentro se direccionó hacia la igualdad con la cual finalmente se cerró, luego del descripto e inolvidable desenlace. En definitiva, fue un buen partido, sobre todo teniendo en cuenta la falta de competencia que a nivel de seleccionados ambos sufrieron, como consecuencia de la pandemia de Covid-19.
El próximo domingo se desarrollará el segundo partido, en el Eden Park de Auckland, que seguramente lucirá colmado, producto de la autorización gubernamental para que vuelva a haber público en la región central de la Northen Island, que pudo retornar al Nivel 1 de aislamiento.
Los dos restantes matches de la emblemática competición, estarán inmersos en la Rugby Championship, que sabido es se desarrollará íntegramente en territorio australiano.
145 partidos se disputaron hasta ahora en el marco de la Bledisloe Cup. Los All Blacks ganaron 101; los Wallabies 37; mientras que se registraron 7 empates.
Escenario: Sky Stadium de Wellington.
Referee: Paul Williams (NZ).
Nueva Zelanda: Joe Moody, Codie Taylor y Ofa Tuungafasi; Patrick Tuipulotu y Samuel Whitelock; Shannon Frizell, Sam Cane (capitán) y Ardie Savea; Aaron Smith y Richie Mo'unga; George Bridge, Jack Goodhue, Rieko Ioane, Jordie Barrett y Damian McKenzie.
Suplentes: Dane Coles, Karl Tu'inukuafe, Tyrel Lomax, Tupou Vaa'i, Hoskins Sotutu, TJ Perenara, Anton Lienert-Brown y Caleb Clarke.
Australia: James Slipper, Folau Fainga'a y Taniela Tupou; Lukhan Salakaia-Loto y Matthew Philip; Harry Wilson, Michael Hooper (capitán) y Pete Samu; Nic White y James O'Connor; Marika Koroibete, Matthew To'omua, Hunter Paisami, Filipo Daugunu y Tom Banks.
Suplentes: Jordan Uelese, Scott Sio, Allan Alaalatoa, Rob Simmons, Rob Valetini, Jake Gordon, Noah Lolesio y Reece Hodge.
Tantos locales: tries de J. Barrett y A. Smith; más 2 penales de J. Barrett.
Tantos visitantes: tries de Koroibete y Daugunu; más dos penales de O'Connor.