Es el viejo terraplén de defensa previo al que se levantó junto a la circunvalación oeste tras la inundación de 2003. Está ubicado en la intersección de Estado de Israel (al fondo) y la traza del viejo proyecto del Acceso Norte, en barrio Las Lomas. Es el límite oeste de la ciudad y allí viven algunas de las familias más postergadas. La semana pasada llegó a ese lugar un camión hormigonero que arrojó cemento. Era para construir la platea de una de las primeras viviendas de material de los vecinos, que en su mayoría viven de changas o del cirujeo. Esa construcción es en el marco del proyecto que encaró el gobierno provincial junto al movimiento Los Sin Techo para erradicar los ranchos de la ciudad. Y al lado de donde cayó el cemento fresco está el reservorio, lleno de basura. Lleno. Y no de agua.
Guillermo Di Salvatore Basura. Todo el fondo de este reservorio está así.
Basura. Todo el fondo de este reservorio está así. Foto: Guillermo Di Salvatore
La falta de lluvias en toda la región provocó que durante los últimos meses los reservorios se vayan quedando sin agua. Hasta ese punto viaja por los desagües de gran parte del norte de la ciudad el agua que se escurre por las alcantarillas. Como no llueve, los reservorios se secaron. Y esa sequía dejó en evidencia la gran cantidad de residuos sólidos que los habitan. Desde heladeras viejas o restos de lavarropas y otros electrodomésticos hasta neumáticos y tachos. Todo entremezclado en el fondo -ahora seco- con bolsas de residuos domiciliarios.
Guillermo Di Salvatore Pobreza. Las familias excluidas y postergadas que habitan la zona subsisten en su mayoría del cirujeo.
Pobreza. Las familias excluidas y postergadas que habitan la zona subsisten en su mayoría del cirujeo. Foto: Guillermo Di Salvatore
Se presume que gran parte de los residuos que hay en los reservorios es producto del descarte de la recolección informal. Mientras que otra parte de esos residuos viaja por los desagües. Y lo que no queda en el fondo, como se observa ahora ante la sequía, provoca inconvenientes en el funcionamiento de las casabombas que extraen el agua de los reservorios y la vuelcan al río Salado.
Para sanear este problema de manera integral, la anterior gestión del gobierno municipal encabezada por José Corral había proyectado transformar una zona de los reservorios en la denominada Reserva Natural del Oeste. La obra debía estar lista en mayo del año pasado. Su infraestructura contemplaba senderos, accesos, un vivero y señalética, como también la limpieza integral del reservorio. Sin embargo la basura acumulada sigue allí. El Litoral consultó a las actuales autoridades municipales al respecto, quienes admitieron el problema. Pero no hicieron referencia a la solución.