La Municipalidad de Santa Fe organizó la primera ronda de diálogo con especialistas. El objetivo: impulsar una mesa de conversación con instituciones y referentes de distintas disciplinas que contribuyan, a través del análisis y la reflexión, a comprender el impacto y el alcance de la crisis generada por el Covid-19 en la ciudad, más allá de lo estrictamente epidemiológico.
El intendente Emilio Jatón fue quien encabezó la primera reunión. Mariano Granato, secretario de Integración y Economía Social, fue uno de los funcionarios que lo acompañó y quien dialogó con El Litoral para brindar detalles del encuentro. "Convocamos a todas las universidades y especialistas de la ciudad con objetivos claros: fortalecer el debate público respecto de la pandemia, intentando salir de la visión estrictamente sanitaria. Y empezar a pensar alternativas que tienen que ver más con las personas, con lo social y con los efectos no deseados de la pandemia para salir de la discusión epidemiológica, que marcó todas las decisiones hasta el momento".
Según el funcionario, "debemos ampliar la mirada, incorporando distintas disciplinas que pueda pensar la sociedad en su conjunto, y que no tiene relación con el comportamiento del virus, sino con el de la gente y con las consecuencias que está teniendo el distanciamiento en términos sociales, psicológicos y vinculares. De esta manera -prosiguió-, también recuperamos una tradición de la ciudad de relacionar el conocimiento científico a la política pública. Es el desafío de cualquier gestor, y Santa Fe tiene la particularidad de contar con toda esta producción de conocimiento. Y el rol del Estado es juntarlos en la misma mesa para articular todo en un solo sentido".
Para Granato, "todo sirve al momento de construir estrategias que van con un cambio de 'chip', de dejar de esperar que llegue la normalidad o se termine la pandemia, sino que tenemos que empezar buscar estrategias y alternativas que giren en torno a incorporar hábitos que nos permitan convivir con el virus. Las medidas de restricción del Estado paternalista fueron hasta acá ineficientes. Tuvieron una primera etapa de mucha efectividad, pero a medida que pasó el tiempo se fueron debilitando cada vez más".
En la primera ronda con especialista se trabajó en formas distintas de nombrar las cosas, "de quitarle carga negativa a algunas medidas como para tener estrategias más positivas", explicó. Y dio un ejemplo: "El concepto de restricción tiene una carga muy negativa, y lo que se planteó fue empezar a construir nuevos hábitos. La idea de obligar a alguien a usar barbijo es muy diferente a la idea de crear el hábito de usar barbijo cada vez que se está en contacto cercano con alguien".
Martín De Palma, rector de la Universidad Católica de Santa Fe (UCSF), fue uno de los invitados a participar de la reunión. En comunicación con este medio, ponderó como "muy productivo y oportuno" el encuentro: "Era necesario para ser conscientes de la situación en la que estamos. Porque no podemos esperar a que pase la pandemia. En la medida que tengamos los debidos protocolos y que la situación sanitaria no sea extrema, me parece que hay cosas en las que se pueden avanzar, sobre todo en lo relativo a las prácticas educativas en carreras como kinesiología, farmacia o veterinaria. Y también generar alguna posibilidad con los alumnos de primer año que prácticamente no pudieron asistir (a clases presenciales)".
Las relaciones sociales, las laborales y la salud mental "son cosas que debemos ir viendo. Nuestra postura fue propositiva para ayudar en lo que podamos", dijo el rector, y añadió: "El acompañamiento de las instituciones es muy importante para los gobernantes. Hay que rediscutir o repensar qué entendemos por actividades esenciales. Y la educación es una actividad esencial. Sin perder la conciencia, debemos perder el miedo, no temer a quedarnos paralizados".
Magalí Quinteros es la directora de la Escuela de Psicología Social de Santa Fe, una institución que trabaja desde hace más de 30 años. Tiene su anclaje -entre otras cosas- en tareas comunitarias, como cuando formó parte del comité de crisis durante la inundación de 2003. "Es muy importante para nosotros desde lo institucional que nos hayan convocado y que podamos llevar nuestra práctica, experiencia y saberes a compartir en una mesa de diálogo", compartió su conceptos con El Litoral.
"Parte del objetivo es encontrarnos para pensar en esta situación de pandemia que se convirtió en un punto de urgencia, que irrumpió en nuestra cotidianeidad en este 2020 y que tenemos que poder pensarla como un proceso, porque no tenemos una fecha de finalización. Mientras no aparezca la vacuna, es un tiempo que tenemos que aprovechar para empezar a planificar cómo será esta convivencia con el virus. Lo importante en este momento es poder ver cómo ese proceso, a lo largo del tiempo, se va modificando y va teniendo cambios", declaró Quinteros.
"Las medidas que se pueden ir pensando conjuntamente con el aporte de distintos espacios, tienden a acompañar el protagonismo de la comunidad. Es muy importante que las medidas que se puedan proyectar tengan una clase en territorio, es decir que la incidencia en el ámbito comunitario debe tomar las voces de sus protagonistas", consideró.
El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnica (Conicet) tiene en Santa Fe una base muy importante, y Carlos Piña, su director, también fue uno de los protagonistas de la reunión. "Desde el Conicet ofrecimos lo que caracteriza al Consejo, que es la capacidad de generar conocimiento, información datos, y poder analizarlos. Trabajar con el municipio en evaluar estrategias es la idea", contó.
"No creo que sean menos de seis meses más los que estemos en cuarentena, o en esta fase de distanciamiento. Entonces, hay que tener estrategias que no sean sólo el cierre. Hay países que tienen conductas diferentes a las latinas y lo pueden hacer", dijo Piña.
"Los protocolos funcionan. Por ejemplo, acá en el Conicet, de todos los que tuvieron Covid-19, ninguno se contagió en su lugar de trabajo. Pero, ¿cómo se discuten los protocolos en sus casas?", se interrogó. Es muy bueno que los discutamos, que incluyamos otras cuestiones en la ecuación. Cuando hay una restricción los números bajan, pero eso tiene costos sociales muy altos, y no sólo desde lo económico. Somos seres sociales, y estar aislados nos cuesta muchísimo", concluyó.