Los gritos de un niño de 2 años advirtieron que su madre estaba amenazando a punta de pistola a un hombre en la plaza del gitano, ubicada en la zona Oeste de la ciudad capital. La mujer, que se resistió al arresto, fue imputada por dos hechos y permanecerá en prisión preventiva según lo dispuesto por la jueza Susana Luna.
El fiscal Agustín Nigro atribuyó a Roxana Rosalía Lobo (29) los delitos de “lesiones leves” y “amenazas”, por un hecho cometido el 24 de noviembre de 2019, y la autoría de “portación ilegal de arma de guerra”, “amenazas calificadas”, “lesiones leves” y “atentado a la autoridad” por lo ocurrido la madrugada del 18 de octubre.
Lobo, que cuenta con el patrocinio del defensor público Javier Casco, comenzó el Día de la Madre en la plaza ubicada en la intersección de calle Tucumán y Pasaje Mitre, en compañía del más pequeño de sus hijos. Eran aproximadamente las 2 cuando, alertadas por los gritos del niño que corría desesperado, dos transeúntes vieron la escena que tenía a Lobo como protagonista y alertaron al 911. La mujer tenía en sus manos una pistola semiautomática calibre 9mm y con esta amenazaba a un hombre: “Te voy a matar, por culpa tuya perdí todo”, le decía, mientras lo golpeaba.
Cuando la policía arribó al lugar, observaron que la víctima de los ataques -quien resultó ser la actual pareja de la madre de la imputada- estaba con el torso desnudo y con su remera intentaba detener la sangre que brotaba de su rostro, ya que había recibido al menos un culatazo.
Lobo tenía el arma en su cintura, y luego de que los agentes la retiraran de su poder comenzó a resistir el arresto, arrojando golpes de puño y patadas contra ellos, dirigiéndose especialmente a la oficial mujer, que resultó herida.
Se dio intervención al organismo pertinente para que se hicieran cargo del niño de 2 años, quien fue institucionalizado. Su madre fue imputada este martes, y en la misma audiencia la jueza Susana Luna ordenó que permanezca en prisión preventiva, tal como lo solicitó la fiscalía, que le atribuyó un hecho del año pasado.
La noche del 24 de noviembre de 2019, Lobo arribó a una vivienda ubicada en la intersección de Pasaje Bolívar y Roque Saenz Peña, donde reside su hermana de 16 años, y comenzó a golpearla. El padre de la menor, que tiene 80 años y padece las secuelas de un ACV, se interpuso y terminó siendo agredido y amenazado por Lobo, que le dijo que prendería fuego su hogar.
Por ese hecho la mujer fue citada a la sede del Ministerio Público de la Acusación, pero nunca se presentó. El fiscal Nigro utilizó esto como uno de los argumentos para solicitar la medida de encierro preventivo. Además, señaló la falta de arraigo familiar y laboral de Lobo, sumado al hecho de que brindó un domicilio viejo y realizó especial hincapié en el miedo de los testigos y en que en ambos hechos las víctimas son personas de su círculo familiar.
La defensa alegó que Roxana Lobo no posee antecedentes condenatorios, que es ama de casa y se dedica a cuidar a su pequeño hijo. También solicitó a la jueza que se tenga perspectiva de género a la hora de resolver, ya que se trata de una imputada de género femenino.
Para la magistrada los elementos aportados por la fiscalía resultaron “sólidos y contundentes”, y analizó principalmente el hecho más reciente, el cual describió como “una situación altamente compleja, en una plaza pública, con una criatura de dos años”. Lobo tuvo una “actitud altamente temeraria y totalmente despreocupada hacia todos los presentes, esencialmente hacia alguien para con quien tiene el deber supremo del cuidado, que es su propio hijo”.
En cuanto a la solicitud de la defensa, aclaró que “los jueces tenemos que analizar con perspectiva de género cuando hay violencia de género”, algo que no sucede en esta situación. Sin embargo, señaló que sí debe tener “una mirada de la niñez”, ya que hay “una criatura de dos años que ha sido totalmente expuesta, en una acción sumamente violenta de la cual incluso hasta pudo llegar a resultar víctima”. Por esto resultó “poco creíble” el argumento de que la imputada deba transitar el proceso en libertad bajo el argumento de que “tiene que cuidar a su hijo”.
La jueza Luna dio por acreditados los hechos y las calificaciones legales escogidas, y ordenó la prisión preventiva de Lobo, rechazando las medidas alternativas que propuso oportunamente la defensa.