Hubo cierto beneplácito de la justicia de la provincia de Santa Fe y también la federal, confió una fuente tras las decisiones de la Legislatura sobre los fiscales del sur, que esta semana tuvo en un caso un epílogo previsible (Gustavo Pones Asahad fue removido del cargo y espera en prisión un fallo judicial por coimas al juego ilegal) y en el otro, una definición que muestra madurez de ese Poder.
Mauro Blanco, de Venado Tuerto, no ha logrado explicar sus vínculos con un narcotraficante de esa ciudad. Al fiscal suspendido por medio año sin salario y con la chance de que su proceso sea reabierto por la Legislatura no le sacaron tarjeta roja, pero tampoco puede decirse que sea sólo una amarilla.
Los legisladores dejaron la puerta abierta para una pena más dura (en realidad el paso siguiente es su remoción) si se prueba algo más grave que el "mal desempeño en sus funciones" ya sancionado. ¿Habrá relación entre el avance de causas penales y el juicio político que ya produjeron ambas Cámaras?.
Debe acotarse que el dictamen de la Comisión de Acuerdos, votado por unanimidad, suspendió parte del trámite disciplinario sobre hechos en los que se buscaba determinar si hubo o no la "comisión de delito doloso".
Con el caso de Blanco había quienes querían ya la expulsión, y otros apenas una amonestación y que vuelva a ejercer su cargo como fiscal en apenas un par de meses. Lo importante es que todos los integrantes de Acuerdos y los bloques legislativos vieron una falta grave en su proceder.
Sin unanimidad de criterios pudo haber ocurrido un papelón: que unos votaran por la tarjeta roja y otros por la amarilla, con lo que no hubiera alcanzado para sacar ninguna… Parece un desatino pero ese fue el pedido que hubo a los senadores justicialistas, la semana anterior, alrededor de una ricas empanadas matizadas por los goles de Brasil y Bolivia. "Marquemos la diferencia desde el justicialismo", se sugirió sin éxito.
Es curioso, porque las leyes que requiere el gobierno provincial van a salir sólo si hay consenso. En ambas Cámaras lo hubo para acordar el juicio político a los fiscales y -sin intromisiones- deberían subsistir esas reglas de juego, las de la negociación.
Queda poco de un año cargado de frustraciones y reproches a cualquier autoridad. Se trata de mantenerse a salvo y llegar a marzo (también se dice mayo) de 2021.
En las sesiones de cada Cámara, posteriores a la reunión conjunta sobre los fiscales del sur, se vio con facilidad el fracaso o el éxito de conversar y así construir mayorías sólidas.
De lo primero da cuenta el proyecto de ley que pidió el gobierno provincial para crear Santa Fe Redes, que en el Senado aprobó con una engañosa unanimidad: se abstuvo toda la UCR opositora, como un preanuncio de lo que piensa Diputados.
Salió como quería la Casa Gris, sin tocarle una coma. Pero de la Cámara baja no podrá más que volver (si lo hace) con modificaciones que habrá que volver a tratar en la Cámara alta.
De lo segundo, de las chances de que funcionen los ahora virtuales pasillos de la Legislatura y haya contactos para que se logren aprobaciones, es una muestra la adhesión a la Ley Nacional de ART que reclamaban los empresarios santafesinos, que nació en el macrismo y que la actual Casa Rosada recomienda a las provincias, aunque al día siguiente de sancionada haya gremios que la critiquen. ¿Vale lo mismo ausentarse del recinto físico que del virtual de las sesiones por videoconferencia? Los cronistas parlamentarios en Diputados usaron lupas para ver qué cuadraditos de las cámaras encendidas estaban vacíos. Tal vez, con el tiempo, para las telesesiones se pueda pedir, como en el fútbol internacional, el VAR, o se pueda ir a llorar al TAS.