Nadie debe conocer tan profundamente a Unión, en estos últimos años, como Madelón. Y su salida, más allá de un desgaste jamás escondido por el técnico, fue clara: "Cuando me dí cuenta, el único que había quedado era Bottinelli". Leo asumió, allí, una realidad que ya se le venía manifestando desde unos meses antes: la desjerarquización del plantel. Es verdad que en dos mercados de pases se le fueron 6 o 7 jugadores. Pero también es cierto que no hubo una renovación acorde a lo que se necesitaba. Se vendió mucho, hubo un desahogo económico y cuentas por cobrar. Lo que no hubo, o al menos no se ha demostrado, es un salto de calidad.
Con la prudencia del caso, sin el fervor que puede llevar a la equivocación y admitiendo que si algo bueno tiene Unión es que la llave está abierta y el rival no es ni por asomo de temer, esa incógnita que se planteaba antes del partido para saber si el equipo daba señales que conduzcan a la ilusión, se disipó de la peor manera: Unión fue poco, muy poco. Y ahora la gran incógnita es saber si realmente hay potencial como para aspirar a más.
Es el primer partido, sí, pero es un primer partido que puede dejar a Unión fuera de su objetivo principal que está planteado en el torneo internacional. Sin promedios, sin riesgos porque se suprimieron los descensos (estos cambiantes dirigentes resolvieron que así sea hasta 2022 pero no da para creerles demasiado) y con la posibilidad de apostar de lleno y sin urgencias secundarias al torneo internacional, la prioridad de Unión está puesta en superar a Emelec. Pero la puesta en escena que se hizo, después de todo este tiempo de trabajo, dejó un amplio margen para la preocupación.
Tampoco es prudente caerle con todo el rigor al técnico por un solo partido. A su favor, que es un equipo nuevo, que debió conocer a muchos jugadores y que seguramente no pudo traer todo lo que quiso o pidió (Peñailillo es un ejemplo, aunque no sería el único). En su contra, que tuvo tiempo para trabajar más allá de la inactividad y que hay cuestiones que son propias de los jugadores y otras que atañen exclusivamente a lo táctico y son errores de funcionamiento.
Un ejemplo claro es la integración del mediocampo. Si Azconzábal va a jugar 4-3-3 sabe que puede perder numéricamente ante cualquier equipo que sume uno o dos volantes. Eso requiere no sólo colaboración del resto del equipo, sino la capacidad del propio para manejar el juego. Eso, el juego, fue algo evidente en lo que Unión falló. Primero, porque la pelota salió generalmente mal jugada desde atrás; segundo, porque Assis y Leyes pueden ser "patrulleros" en el medio pero no van a aportarle demasiada claridad al juego. Y entonces, todo queda reducido a lo que pueda hacer Cañete. Y no se puede depender de un jugador que es una buena promesa, pero que necesita sumar experiencia y que no ha llegado a este plantel como una tabla de salvación.
Otro tema. Después del partido, Azconzábal explicó que la idea de ubicar a Troyansky por derecha y a Cabrera por izquierda era para que se diera una jugada como la más clara que tuvo Unión (la del primer tiempo). Es decir, que ambos metan diagonales, se cierren y les quede el arco de frente. En los amistosos jugaron al revés, pero supongamos que haya sido la idea y que se haya trabajado en las prácticas. Pero Azconzábal también explica que el desborde por afuera debía ser de otros, por ejemplo de los marcadores de punta. Ni Vera ni Corvalán lo consiguieron. Eso le quitó amplitud al ataque (algo recuperado cuando entró Zenón) y no se entiende, en consecuencia, por qué no apostó por Gerometta (titular en la mayoría de los amistosos), que podría haber entendido mejor esa función táctica de utilizar el carril hasta los últimos metros del campo rival.
1) Falta de creatividad en el mediocampo; 2) errores defensivos en la salida; 3) poca generación de situaciones de peligro; 4) el no aprovechamiento de una situación, la de Troyansky en el primer tiempo, que pudo cambiar el partido; 5) ausencia de referentes adentro de la cancha que se carguen el equipo al hombro como por ejemplo lo hizo el uruguayo Rodríguez, figura de Emelec y del partido. Este es el resumen futbolístico de un equipo que conjuga deuda y dudas. Las dos cosas. O quizás una venga de la mano de la otra. Y todo esto, con un agravante: el jueves que viene define la llave de la Sudamericana, pero en diez días suma este partido de ida que se perdió con los ecuatorianos y los dos primeros (Arsenal y Racing) de un torneo local en el que sólo jugarán por un premio ambicioso los dos que salgan primeros en la zona.
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Algunos integrantes de la Comisión Directiva de Unión que preside Luis Spahn no ocultaron su molestia y disconformidad con algunas cosas que ocurrieron antes del partido de la Copa Sudamericana contra el Emelec de Ecuador. Por un lado, quedaron decepcionados por la manera que se manejaron las ubicaciones que habilitaba la Conmebol para este partido en el 15 de Abril. Por el otro, el "volantazo" de la AFA cambiando el día del partido con Racing.
"Si por Covid-19 hay 10 lugares y esos 10 lugares son para dirigentes del club no pasa nada, son las reglas del juego. El tema es cuando uno se entera que los lugares que había para la Comisión Directiva los ocuparon personas que no son dirigentes de Unión; éso es una falta de respeto", deslizaron. El otro motivo de preocupación es la forma sorpresiva que la AFA le cambió el partido de Unión frente a Racing, "perjudicando lo deportivo". Como se sabe, Unión volverá a la madrugada del viernes 6 desde Ecuador y el partido de local con Racing irá el domingo. "Ni siquiera habrá 48 horas de descanso para el plantel, es una falta de respeto de la AFA; estamos representando al fútbol argentino en la Sudamericana".
El vuelo a Guayaquil será el miércoles y la idea de Azconzábal es llegar el día previo, no realizar ningún entrenamiento y directamente salir del hotel para jugar el partido y volverse de inmediato. En las próximas horas se definirá también la cantidad de dirigentes que viajará acompañando a la delegación y si el DT llevará los 23 que firmarán planilla o sumará alguno más.