Este 4 de noviembre, Mirador cumple ocho años. Nació un 4 de noviembre de 2012. Se presentó en sociedad en la Bolsa de Comercio de Rosario, pero desde el primer día se distinguió por lo que orgullosamente es: el primer periódico -al principio- y diario -después- netamente provincial, por cuanto su distribución alcanza todo el territorio, y porque su agenda de temas contempla cada rincón de la geografía santafesina.
Santa Fe es una provincia diferente a las demás en materia de prensa gráfica. Si uno está en Cruz del Eje, en el norte cordobés, o en la sureña Laboulaye, seguramente los habitantes de ambas ciudades leerán la Voz del Interior. Y así con la mayoría de los estados, que tienen “un” diario, por lo general histórico, en la capital de la provincia y de allí irradia al resto de cada territorio.
Santa Fe, desde siempre, tuvo dos diarios: La Capital, en Rosario; y El Litoral en Santa Fe, ambos más que centenarios y comandando las dos áreas metropolitanas más importantes de la Bota. Pero, en materia de distribución, La Capital era y es Rosario y el sur; y El Litoral, Santa Fe, centro y norte. La línea imaginaria de esa tradicional división fue Barrancas, en el centro de la autopista Santa Fe-Rosario. Desde luego, tampoco es una línea precisa dibujada, o zanja trazada tipo Maginot o la muralla china. Hoy esas divisiones fueron zanjadas -justamente- por internet y el poder de cada web, donde la marca de cada diario tiene su peso a la hora de elegir dónde encontrar información y opinión confiables.
Mirador fue el primer periódico provincial porque su distribución y área de cobertura no eran las mismas de La Capital y de El Litoral, sino todo el territorio, al usar la distribución de Clarín, que tanto llega a Venado Tuerto como a Tostado; a Rafaela como a Reconquista, a Cañada de Gómez como a San Cristóbal…
Por primera vez también, se arma un medio provincial, con el expertise del Multimedios santafesino más importante -El Litoral- y la asociación con el medio nacional de mayor tiraje -Clarín- cuya agenda no es la misma de Rosario o de Santa Fe. Se alimenta también de ellas, pero bucea principalmente en cada una de las ciudades y pueblos de la Bota -365 localidades para explorar-, cada una con su historia, sus particularidades, sus tesoros, sus sueños, sus reclamos, sus personajes. ¡Tantas historias para contar! Es la tarea que hemos asumido con alegría y responsabilidad, hace ya ocho años.
Por lo mismo, Mirador tiene (además de su propio cuerpo de redactores, periodistas, fotógrafos, infógrafos, web, redes) corresponsales en toda la provincia. Es la otra agenda, diferente de las que propician Santa Fe y Rosario, y en ella late la Santa Fe profunda; y en la comunión de todas esas agendas -creemos-, la Santa Fe verdadera...
Santa Fe y Rosario tienen fluidas estructuras en materia de comunicación. Porque además de sus diarios, radios, webs, están los propios municipios, los gobiernos, los diferentes poderes, y hasta las entidades y organizaciones representativas que cuentan con capacidades técnicas y humanas para comunicar. Conforme nos alejamos del radio de influencia de las dos áreas metropolitanas más importantes de la provincia -ubicadas ambas en una misma línea, junto al río y separadas sólo por 160 kilómetros: nada al lado de la extensión total de todo el territorio-, que además concentran dos tercios de la población total, esas capacidades múltiples se van perdiendo y queda una enorme extensión que tiene “su” propia agenda, tan trascendente como la otra, y menos posibilidades de expresarla y ponerla en valor.
Esa es la función de Mirador: detectar aquí y allá, en cada rincón de la provincia, las notas constitutivas de esa agenda, elevarla, darle valor y sobre todo, ponerla a discutir con la agenda tradicional que las dos grandes ciudades marcan. En ese diálogo, esa discusión, esa visibilización, se promedian y equilibran las fuerzas y aparece en su totalidad la verdadera cara de una provincia vasta, rica, diversa: la nuestra.