Juan Chiummiento
Desde el interior de la provincia, centenares de pequeñas y medianas empresas hacen oír su voz en un proceso en el que se sienten marginados
Juan Chiummiento
Mientras el nuevo directorio de Vicentin retoma el diálogo con sus principales acreedores, un numeroso grupo de productores, acopiadores y corredores del interior siguen haciendo fuerzas para oír su voz. A diferencia de las grandes firmas, no tienen espalda suficiente para seguir esperando por una "alternativa superadora" que encarrile la operatoria de la agroexportadora (la cual, con mucho optimismo, podría llegar para mediados del año próximo). “Para muchos fue una destrucción comparable a una caída de granizo sobre la cosecha”, contó a Mirador Provincial Florencia Trucco, responsable de La Clementina, que pelea por recuperar una deuda generada por venta de granos a lo largo de 2019.
Trucco, cuya empresa tiene sede en la localidad de San Jorge, es una de las impulsoras de “Sumando Cabezas”, un grupo que se armó al calor de la crisis de Vicentin, integrado mayormente por firmas pequeñas y medianas del interior santafesino y cordobés, que necesitaron hacer causa común frente a la tormenta que se les avecinaba. Con ese mismo objetivo organizaron esta semana una movilización hasta el centro rosarino, frente a las oficinas del estudio jurídico que asesora a la sindicatura concursal.
El reclamo tuvo dos motivos principales: oponerse a una eventual pesificación de su deuda y exigir el traslado de la causa. "Los productores, cooperativas y acopiadores quieren que exista un proceso concursal independiente porque la apertura de concurso fue totalmente irregular y sin balances", dijo sobre la vereda de Paraguay al 700 Nicolas Galli, vocero de Sumando Cabezas.
En realidad, los objetivos declamados por los manifestantes son de muy difícil cumplimiento. Por ello, por lo bajo reconocen que antes que ello su meta es hacerse escuchar. Decirle al nuevo directorio de Vicentin “acá estamos”. Pueden sentirse satisfechos: la convocatoria fue un éxito y tuvo gran repercusión en medios locales y nacionales. La promesa ahora es realizar una caravana hasta la propia sede del Juzgado de Reconquista: a fin de cuentas será el juez Fabián Lorenzini quien tenga la última palabra.
De los 2.638 acreedores que la agroexportadora presentó al momento de solicitar su convocatoria, 1.894 se relacionaban con el comercio granario. Al momento de presentar avales, 640 desistieron de continuar el litigio y hoy solo 1.254 batallan por recuperar sus créditos. De estos últimos, 375 exigieron que el pago se haga en moneda extranjera: en total reclaman 158 millones de dólares.
“En el grupo hay gente a la que dejaron debiendo 30.000 dólares y otros 5 millones. Pero no pasa por el monto: el tema es que para muchos se trataba del ahorro que necesitaban para cubrirse por si una cosecha le falta. El daño fue tremendo, sobretodo para Santa Fe y Córdoba. Esa plata que hoy no está es mucha de la inversión que hoy estaría moviendo la economía”, reflexionó Trucco, quien reconoció que su empresa pudo sobrellevar el descalce y hoy sigue operando con normalidad.
La decisión de movilizarse hasta el centro rosarino no fue azarosa. Allí se encuentran las oficinas del estudio Baravalle & Granados, uno de los cuatro que asesora a la sindicatura concursal. Esta debe presentar el próximo 13 de noviembre los informes que le servirán al juez Lorenzini para determinar la composición final de la deuda. Durante la etapa de impugnaciones y observaciones -que finalizó hace algunas semanas-, tanto la propia concursada como los principales acreedores exigieron a la Justicia que la deuda originada en el comercio de granos sea pesificada.
“Las leyes son muy claras. La deuda que se originó en dólares, por ejemplo con los bancos extranjeros, debe ser abonada en dólares. Lo que es operaciones de granos, como cualquier deuda por productos o bienes, se convierte a pesos, a la cotización al momento de la apertura del concurso”, indicó Roberto Baravalle, titular del estudio Baravalle & Granados.
Mientras la disputa por el futuro de la deuda se dirime en los Tribunales, el nuevo directorio de Vicentin -nombrado por la última asamblea realizada en octubre- inició una ronda de diálogo con los principales acreedores. El lunes la compañía mantuvo una reunión con la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA, principal acreedor comercial), el martes con la Sociedad Gremial de Acopiadores y el miércoles con el Centro de Corredores de Cereales de Rosario. Según pudo conocer este medio, el objetivo de estos encuentros es limar asperezas después de meses en los que la empresa se comportó de un modo "desprolijo", según reconocen quienes mandan ahora en Avellaneda.
Más allá de "ratificar la voluntad compartida de contribuir a alcanzar una solución consensuada" (tal como planteó el comunicado oficial de Vicentin sobre la reunión con ACA), por ahora sigue sin haber una propuesta en firme sobre cómo imagina la concursada hacer frente a sus compromisos. Según confirmaron fuentes con acceso al directorio de la agroexportadora, la misma se pondrá sobre la mesa de acuerdo a los tiempos que marque el concurso. Según los plazos fijados oportunamente por Lorenzini, hay tiempo para lograr un acuerdo con los acreedores hasta el 3 de septiembre de 2021.