Especialistas califican la situación como un "extremo bajo hidrológico"
La falta de lluvias y el río bajo complican el abastecimiento con agua subterránea en la Costa
Muchas bombas dejaron de extraer agua. Creció la demanda para realizar perforaciones más profundas, pero no siempre son una solución. La imposibilidad de abastecimiento conlleva un riesgo sanitario.
Gentileza AV Perforaciones. Santa Fe tiene buena cantidad y calidad de agua extraída por perforaciones, pero la situación actual dificulta su extracción.
La conjunción de la prolongada permanencia de la bajante del río Paraná, que lleva más de un año con niveles muy leves en la zona, y la escasez de lluvias abundantes provocaron que muchas perforaciones de aguas subterráneas domiciliarias e industriales en la zona de la Costa dejen de extraer el líquido necesario para el consumo. Esta situación se agrava en los casos en los que el agua de pozo es utilizada para el consumo humano. Y puede conllevar, en consecuencia, un problema sanitario.
El fenómeno que es natural y depende de distintos factores se da no sólo en la zona de la Costa santafesina sino también en toda la región, en la que tiene incidencia el río Paraná. Por otra parte, hay que señalar que también el río Salado se encuentra muy bajo.
Por otra parte, cabe mencionar que con el actual nivel del Paraná (0,58 metros en el Puerto de Santa Fe) este problema no impacta -hasta el momento- en el normal funcionamiento de las bombas de extracción de agua (captación) pertenecientes a la empresa Aguas Santafesinas, las que abastecen a la Planta Potabilizadora de la ciudad ubicada en barrio Candioti Norte. Las mismas se encuentran una sobre el cauce del río Santa Fe (Canal de Derivación Norte) y la otra sobre el río Colastiné, en la Costa. Además, a pocos metros de esta última, sobre el río Ubajay se encuentra la toma de agua de la planta potabilizadora de la ciudad de Rincón. Estos tres cursos de agua forman el sistema hidrológico del río Paraná.
En cuanto a las aguas subterráneas, desde la Facultad de Ciencias Hídricas de la Universidad Nacional del Litoral (FICH UNL) se vienen realizando estudios al respecto sobre el ejido urbano de la ciudad de Santa Fe, mediante una red de monitoreo de la profundidad y la calidad del agua. Las especialistas Marta Paris, Mónica D'Elía y Marcela Pérez desarrollaron además un modelo matemático que les permite realizar predicciones tanto en circunstancias de bajantes como en inundaciones. Pero no existen al momento estudios similares en la zona de la Costa.
"Con la bajante del río Paraná, los pozos de agua en la Costa están quedando sin capacidad de extracción de agua subterránea del acuífero -advirtió Paris-, literalmente están quedando secos", explicó luego. Esto se debe a que "el nivel de agua está por debajo del tramo filtrante de la perforación". Y más adelante dijo la especialista de la FICH UNL que "el río Paraná y, en consecuencia, la laguna Setúbal, interactúan con el acuífero que, a su vez, no recibe recarga por falta de lluvias".
Para graficar el fenómeno, Paris acudió a la metáfora del mate, que en forma figurada y con algunas simplificaciones nos permite entender que pasa con el acuífero. "Si no lo recargás con agua del termo (que sería como las lluvias) por más que se succione la bombilla (sería la perforación) no se absorberá agua. A su vez, ese mate no tiene paredes sólidas sino que tiene pequeños agujeros que lo vinculan con el río, y como el mismo está bajo, tampoco pueden adquirir el agua de allí. Eso es lo que está pasando hoy en toda la zona de la Costa".
Gentileza AV Perforaciones. Agua. Algo tan necesario para la subsistencia, que hay disponible bajo tierra en el territorio santafesino.
Agua. Algo tan necesario para la subsistencia, que hay disponible bajo tierra en el territorio santafesino.Foto: Gentileza AV Perforaciones.
Alta demanda de perforaciones
En consecuencia, muchos domicilios particulares de la zona de Colastiné Norte, donde no llega el agua de red de San José del Rincón ni de Santa Fe, tienen hoy problemas para abastecerse con agua de pozo. Ante esta situación buscan una solución mediante nuevas perforaciones. "No damos abasto, estamos dando turnos a una semana", dijo Agustín Vallejo, a cargo de la empresa local AV Perforaciones, que realiza este tipo de obras en toda la provincia. "Nos llaman de las quintas, de casas particulares y de los tambos e industrias", contó el perforador, que con su experiencia profesional tiene un vasto conocimiento de los niveles de napas de la región.
"Hay casos que demandan una solución inmediata, como los molinos que abastecen de agua a gallineros y tambos, y se pone en peligro la subsistencia de los animales", dijo Vallejo. "Pero también debemos atender las urgencias de las perforaciones domiciliarias en los sectores donde no cuentan con otro recurso alternativo".
El nivel freático, vulgarmente conocido como "pelo de agua" o "la napa" varía según el período de sequía o de lluvias, y del nivel del río. "Como venimos en un período complicado en ese sentido, hoy necesitamos realizar perforaciones en Santa Fe a unos 18 metros de profundidad, y en Colastiné, a 16", explicó el perforador en diálogo con El Litoral, mientras realizaba una obra en un campo en Santa Rosa de Calchines.
"El problema es que para extraer agua a ese nivel de profundidad se necesita la potencia necesaria para levantarla. La bomba que más se utiliza es centrífuga. Tira un chorro potente con un promedio de 4 a 5 mil litros por hora. Pero cuando el 'pelo de agua' está por debajo de los 4 o 5 metros no tiene la potencia suficiente". Entonces es necesario instalar una bomba autoaspirante "que chupa agua hasta a unos 8 metros", continuó la explicación el perforador. "Este tipo de bombas garantizan hoy el abastecimiento en la zona de la Costa".
Pero como en el panorama actual en general es complicado, "hay lugares como Sauce Viejo o alguna zona de Santo Tomé, en las que las bombas autoaspirantes tampoco son suficiente, por lo que es necesario instalar bombas sumergibles, que sirven a más de 10 metros de profundidad" pero tienen un alto costo en el mercado local. Las primeras se pueden llegar a conseguir con una inversión que ronda los $ 20 mil mientras que las sumergibles cuestan hasta $ 100 mil.
"En realidad, acá en la zona estamos mal acostumbrados, porque normalmente tenemos buena calidad y cantidad de agua, pero si te vas a un campo de Entre Ríos, por ejemplo, necesitás una inversión que ronda los $ 400 mil, entre el pozo y la bomba", graficó el perforador.
"Pero aquí aparece otro problema", advierte Paris, "porque la calidad del agua no es constante en todo el perfil geológico del suelo" y cuando el pozo es más profundo "es posible encontrarse con una calidad que no es buena, porque es muy salada", dijo.
"Y cuando el río está alto, en la creciente, ocurre otro problema", aportó Paris. "Porque cuando en esas circunstancias llueve mucho, el ascenso de nivel freático hace que los pozos negros se vinculen con los pozos de abastecimiento de agua que es utilizada para el consumo humano, y se genera una contaminación, sobre todo con la presencia de coliformes fecales".
"Por todo ello, hay que entender que antes de utilizar este tipo de agua es necesario tener ciertos cuidados, y realizar estudios permanentes de calidad. A su vez, es conveniente planificar en la infraestructura sanitaria en algunos casos primero las cloacas y luego el agua potable, y en otros casos ambos sistemas", finalizó Paris.