Julio Ferrer nació en La Plata en 1976. Periodista y escritor. Colaboró en los diarios Pagina12, Tiempo Argentino y El Día; en las revistas La Pulseada, Contraeditorial, entre otras. Algunos de sus libros son: Osvaldo Bayer Íntimo; Conversaciones con el Eterno Libertario (2012); Stella Calloni Íntima; Una cronista de la Historia; Con prólogo de Fidel Castro (2013), Gregorio Selser; Una leyenda del periodismo latinoamericano (2018). Ahora, su pluma se volcó al "10".
-¿Por qué hacer un libro sobre Maradona?
-Tengo 43 años y crecí amando a Maradona porque su vida deportiva me transporta a los mejores recuerdos de mi existencia que compartí, disfruté y sufrí con mi viejo Bocha y mis amigos. Los Mundiales de México 86, Italia 90, EE.UU 94, Nápoli, el Sevilla de España, Newell's Old Boys o el Boca Juniors de Silvio Marzolini, Bilardo y el Bambino Veira y rendido de emoción cuando se despidió en la Bombonera con otra de sus frases memorables: "La pelota no se mancha". Además de mi deslumbramiento deportivo por Diego, se sumo mi admiración por sus batallas contra los magnates y burócratas del fútbol mundial que no toleraban que ese niño surgido de las zonas más pobres de Buenos Aires, ahora convertido en un D10S deportivo, les desafiara el poder corrupto en defensa de los intereses de los futbolistas. Y también por su crecimiento y madurez política en defensa de grandes líderes latinoamericanos que devolvieron la dignidad y esperanza por un mañana mejor como el Che Guevara, Fidel Castro, Hugo Chávez, Néstor Kirchner, Cristina Fernández, Evo Morales, Lula Da Silva, Nicolás Maduro, entre otros. En síntesis, Diego es un personaje fascinante tanto en lo deportivo, humano y político.
-¿Cuándo y cómo fue el trabajo de este libro?
-En septiembre del 2019 gracias a Fernando Signorini (preparador físico histórico del Diez y una de las personas más importantes en su vida) tuve la oportunidad de conocer a Maradona, durante un entrenamiento de su nuevo club, Gimnasia Esgrima de La Plata. Fueron minutos inolvidables. Luego de ese encuentro, me reuní con Signorini y le propuse hacer un libro distinto sobre Maradona, pero que no fuera biografía ni ensayo (que hay muy buenos escritos) y que su pluma pudiera acompañar este trabajo. Quise abordar este trabajo de una manera distinta mostrando el talento inigualable de su zurda mágica y su calidez humana pero por medio de voces de personajes que fueron parte de la vida del Diez. De esta manera, conviven en el libro periodistas como Víctor Hugo Morales, Guillermo Blanco, Ernesto Cherquis Bialo, Horacio Pagani, Adrian Paenza, Alejandro Dolina, Alejandro Apo, el italiano Gianni Mina, futbolistas y dirigentes argentinos como Claudio Paul Caniggia, Héctor Enrique, Miguel Brindisi, César Luis Menotti, Miguel Angel López o extranjeros como El Pibe Valderrama, Careca, Alemao, Gianfranco Zola, Bernard Schuster, Ottavio Bianchi y Rino Marchesi o dirigentes de derechos humanos como Estela de Carlotto y Hebe de Bonafini entre otros entre otros.
-¿Por qué pensás que la figura de Maradona sigue trascendiendo?
-Maradona es un ídolo popular planetario de altísimo vuelo y creo que se lo considera un Dios que conmueve tanto a creyentes, ateos, agnósticos y otros. Quizás ese amor reverencial que sienten por él esta fuera de toda lógica y no exista teólogo del absurdo o hipócritas que lo entiendan. Sigue siendo retratado en distintas disciplinas como la literatura, las ciencias sociales, el cine, el teatro, la pintura, la música, entre otras (algo que no ocurre en la misma dimensión con otros ídolos populares). Maradona sigue despertando devoción en el país que lo vio nacer, Argentina como en distintas partes del mundo porque su esencia y su espíritu vive en el sentir popular. Razones que lo convierten en un mito viviente.
-Anticipá una de esas anécdotas...
-Es de Guillermo Blanco (periodista y ex jefe de Prensa de Maradona). Y la paso textual: "Uno de los momentos históricos para el fútbol mundial que me tocó vivir fue cuando pude concretar el primer encuentro entre Maradona y Pelé. En aquel verano en Uruguay, a principios del 79, Diego me dijo que uno de sus sueños era conocer a Pelé. Trabajamos mucho en El Gráfico para conseguirlo y, en abril de 1979 –después de un partido entre Argentinos Juniors y Huracán en Parque Patricios–, lo pude subir a un avión para volar a Río de Janeiro, donde al mediodía siguiente se produjo el encuentro. Fuimos con su padre, don Chitoro, y su amigo y representante Jorge Cyterszpiler.
-¿Cuánto duró ese encuentro Maradona-Pelé?
-Fue una hora memorable, junto al legendario fotógrafo don Ricardo Alfieri, conocido y respetado por Pelé, que había viajado conmigo para la nota. Lo bueno fue que el encuentro no fue protocolar. Pelé tenía experiencia, tanta que apenas apareció se ganó a todos abrazando a don Chitoro antes que a Diego. Fue una cosa muy pura y, en determinado momento, Pelé agarró la guitarra y empezó a cantar. La parte más emotiva fue cuando le tomó las manos a Diego y le empezó a dar consejos, algunos de ellos premonitorios. Diego se volvió con una pelota y una camiseta de Brasil firmadas por Pelé, y con un reloj que le regaló el dueño de casa. La nota, publicada en El Gráfico, quedó para la historia.