Cánticos, muchas bombas de estruendo que explotan, muchas. Banderas, bengalas. La misma camiseta. La camisa celeste. Mayoría aplastante de varones. Encuentro en la sede del sindicato y movilización por las calles hasta la puerta del Palacio de los Leones. Es una movilización ruidosa de los choferes de colectivos. Que quieren mostrar su poder de fuego como gremio en el medio de una huelga que lleva ocho días consecutivos y 84 días en total en el año. En un 2020 con récord absoluto de jornadas de paro de este gremio.
Los cambios originados por el coronavirus dejaron al sistema de colectivos de Rosario en una crisis de la que no saldrá igual. La escasez de boletos cortados, que ya venía en bajada en los últimos años, es muy grande y plantea un déficit del que se hace muy difícil salir.
El reclamo actual de los colectiveros es por el 80% del sueldo de octubre y otros adicionales. A 18 días de noviembre, sólo han cobrado el 20% del décimo mes del año.
Al estilo de las hinchadas de fútbol, la movilización se asemeja a una parcialidad que apoya a un club. Tras llegar a la puerta de la municipalidad, el secretario general de la UTA Rosario, Sergio Copello, pronuncia un discurso que enciende aún más el ánimo de los trabajadores movilizados.
“Parece que aprovecharon a la pandemia para que los trabajadores nos pudiéramos expresar nuestra bronca, el ganar la calle, el luchar por nuestra dignidad”, dice Copello en su discurso en las escalinatas de la sede estatal local. “Salí Javkin”, se oye de un manifestante en el medio de la palabra del líder sindical. El discurso dura unos siete minutos.
“Esa responsabilidad que les cabe a los empresarios, testigos privilegiados de esta crisis. Trabajamos dos meses, ellos recaudaron. Y nosotros cobramos en peor modo que cuando vinimos en aquel mayo a protestar a esta plaza”, expresa Copello.
En el medio del discurso, votaron por extender la medida de fuerza que entonces no tiene una fecha límite y que continuará hasta tanto aparezca el dinero adeudado.
“Los que estamos al frente de la organización gremial no somos burócratas. Somos compañeros que caminamos y luchamos a la par de todos ustedes”, dice el sindicalista frente a la multitud. En el medio de la retórica, se escuchan los gritos de los manifestantes que piden por el cobro de los salarios.
“¡Fuerza, compañeros! ¡No perdamos la lucha!”. Con estas palabras cierra Sergio Copello un discurso encendido que brinda que envalentona más a los choferes. La marcha sigue hasta la sede de la Gobernación sobre calle Santa Fe. Allí termina la protesta, aunque el paro sigue de manera indefinida.
La protesta de los choferes no fue la única en la tarde del miércoles en Rosario. Un grupo de dueños de utilitarios cortó la calle San Lorenzo entre San Martín y Maipú, frente a la sede del PAMI en protesta por el gran atraso en el cobro por sus servicios.
El corte se comenzó a realizar el lunes y se extendió este miércoles hasta el mediodía. Los propietarios de los vehículos los estacionaron en esa cuadra. Una medida que generó embotellamiento en la zona.