Por Ignacio Pellizzón
Desde hace por lo menos una década, Rosario se convirtió en un polo muy atractivo para la construcción a nivel nacional. Los excedentes de la industria como del agro se volcaron al ladrillo y esto impulsó fuertemente la obra privada. También, la obra pública –con más reticencia- estuvo en el centro de la escena en los últimos años con obras de magnitud, justamente, para acompañar los emprendimientos privados.
Por Ignacio Pellizzón
Exactamente un año atrás, este era el panorama de la Obra Pública en la Provincia: "Entre enero y abril (del 2019), se destinaron a la obra pública 10 mil millones de pesos de fondos provinciales, lo que reflejó un aumento del 3,9% en la cantidad de trabajadores registrados en la construcción, en contraposición a la media nacional, que cayó un 1,6%", se reflejaba en los medios. "De diciembre de 2015 a marzo 2019, de los 33 mil empleos a nivel nacional unos 7.600 corresponden a la provincia; es decir, un 23% del total".
Y el ex ministro de Economía del gobierno de Lifschitz, Gonzalo Saglione, afirmaba por entonces: "En el primer cuatrimestre de 2019, Santa Fe lleva invertidos unos 10 mil millones de pesos en obra pública provincial con aportes propios, contra menos de 900 millones del gobierno nacional en todo el territorio santafesino".
Pero, el 2020 trajo bajo el brazo una pandemia que sigue generando una crisis económica mundial sin precedentes. La Construcción es uno de los sectores más golpeados al igual que el gastronómico, que sufrieron de manera directa los embates del coronavirus.
A pocas semanas de culminar el fatídico año para el sector, los pronósticos son positivos. Producto de una caída tan estrepitosa, la Construcción en Rosario empieza a mostrar signos de recuperación con un aumento de obras menores en casas particulares, como el repunte de la obra privada que recomenzó su actividad con hasta 30 obreros.
La obra pública, por su parte, está expectante de fondos que lleguen de Nación como del gobierno provincial para poder continuar con los trabajos empezados y para poder proyectar nuevos desarrollos en la ciudad.
El balance de la Construcción en Rosario, "la vemos desde el punto de vista de obra privada -como edificios y casas- y la obra pública; respecto a esta última, ya veníamos muy trabados con el gobierno anterior y este nuevo gobierno no nos dio soluciones, por ende, la obra pública a pesar de ser una de las actividades esenciales en todo el país, en la provincia de Santa Fe se mantuvo paralizada virtualmente hasta hace algunos meses que se retomaron algunas obras", admitió a Mirador el Gerente en Cámara Argentina de la Construcción, Rubén Llenas y añadió: "No todas las que se estaban ejecutando se retomaron, pero se está trabajando a buen ritmo".
La obra privada, por su parte, nunca fue considerada esencial –en el marco de la pandemia-, con lo cual el 18 de marzo se frenó completamente este rubro y se retomó con una primera apertura recién en julio, pero en agosto se paró nuevamente y volvió a recomenzar en septiembre con cinco obreros, luego con 10 y desde noviembre con hasta 30 obreros.
"Como cualquier actividad económica sufrió muchísimo, pero vemos signos de recuperación", afirmó Llena y siguió: "Respecto a la caída del sector, según las mediciones locales de agosto, es decir, el interanual tiene una caída del 48, 25% con respecto al mismo mes del 2019. Y, el acumulado de enero a agosto 2020, en comparación con mismo período del año anterior, presenta una caída del 53, 04%. Se trata de la actividad que más cayó en Rosario, independientemente de la pandemia".
"La Cámara considera que Rosario sigue siendo una ciudad muy interesante para la construcción privada fundamentalmente y sigue siendo atractiva para la industria y el agro, que valoran mucho la inversión en construcción. Más allá de este contexto, la ciudad sigue siendo muy competitiva a nivel nacional", detalló el gerente.
El empleo formal en la provincia de Santa Fe está entre 26 y 27 mil obreros. El informal es muy difícil de medir, pero se estima que ronda un 30% más que el formal. La obra privada, en este sentido, abarca un 75% de los trabajadores estables aproximadamente. En Rosario, particularmente, de ese 75% hay casi un 60% que lo emplea la ciudad y el Gran Rosario, lo cual es muy significativo.
"Se dio un fenómeno en los últimos años en que la construcción tendió a expandirse a localidades como Funes, Roldán, Ibarlucea, Pueblo Esther, un radio que podemos determinar de la ruta AO12 hacia Rosario, una suerte de segunda Circunvalación. Si bien en los últimos dos o tres periodos cayó un poco, la tendencia se mantiene latente y se ven nuevos emprendimientos urbanísticos rurales", comentó Rubén Llenas.
También detectaron que la construcción en Rosario se corrió del centro o microcentro a los barrios. El Código Urbano tiene limitaciones para todo lo que implica el primer anillo, entonces se busca expansión en corredores como avenida Alberdi, calle Mendoza, San Juan, entre otros, argumentó el gerente.
Para poder darle oxígeno a las empresas constructoras que tienen deudas y poder reimpulsar la construcción pública y privada, desde el Concejo aprobaron una herramienta financiera que les permite avanzar con los emprendimientos, sorteando obstáculos económicos producto de la pandemia.
De esta manera, el municipio local emitirá un bono a 3 años para pagar deudas con contratistas y proveedores consolidadas al 31 de diciembre pasado. La intendencia emitirá títulos por 200 millones de pesos para acomodar sus cuentas con un lote de unas 200 empresas, entre las que se resaltan las 16 principales constructoras de la ciudad. Los bonos no tienen quita del pasivo adeudado por las arcas locales.
Según dispuso la Secretaría de Hacienda que preside Diego Gómez, las deudas que se pagarán con el llamado "bono de consolidación para pagos a proveedores" son aquellas superiores al millón de pesos. De esta manera, las empresas proveedoras y contratistas que reciban los bonos podrán oxigenar sus cuentas ya que dejarán de tener una deuda sin cobrar para poseer en la mano un instrumento financiero.
Según sinceró el secretario de Producción de la Municipalidad de Rosario, Sebastián Chale, "la Construcción en la ciudad es el sector que más cayó en la comparación interanual; la caída es más de un 50%. Esto empuja a la obra pública como a la obra privada. Esto se nota fuerte al comprarlo con 2019 que hubo muchas obras".
Además, hay que tener en cuenta que este año la actividad privada estuvo muy restringida "hasta ahora", inclusive, porque "las obras más grandes tienen un límite de hasta 30 obreros. También hay dificultad para el abastecimiento de algunas materias primas y materiales. La verdad que como sector fue un año muy malo", agregó.
Sin embargo, teniendo en cuenta lo difícil de este 2020, las expectativas son de reactivación. "Hay demanda, inclusive. De todas maneras, tenemos grandes obras –como públicas y privadas- que están avanzando a un ritmo lento, pero hay muchos trabajos más pequeños como reparaciones, refacciones, aplicaciones, es decir, obras en viviendas particulares que están creciendo mucho. La perspectiva es muy positiva en cuanto a la construcción de la ciudad", puntualizó Chale.