Un grupo de hinchas homenajeó a Diego Maradona en la esquina que el astro convirtió en referencia en 1995: Segurola y Habana, en el barrio porteño de Villa Devoto. Este sábado por la mañana, el cartel que indica el cruce de ambas calles fue intervenido y pasó a indicar la intersección de las calles Diego y Maradona, a la altura de 1960 (fecha de su nacimiento) e Infinito (colocaron el símbolo ∞).
La esquina en la que ambas calles se cruzan al 4300 fue uno de los puntos de homenaje apenas se supo la noticia del fallecimiento del mayor futbolista de la historia. Ofrendas florales se depositaron junto al cartel desde el miércoles, e incluso en el video subido hoy se ven flores allí mismo.
La historia del Diez y Segurola y Habana, que en el imaginario maradoniano remite a un lugar de encuentro para saldar una disputa a los golpes, se remonta al 7 de octubre de 1995. Ese día, Maradona volvió al fútbol argentino de manera oficial tras la suspensión por doping en el mundial de Estados Unidos. Más aun, era su regreso a Boca. En la Bombonera, Boca le ganó 2 a 1 al recién ascendido Colón de Santa Fe.
El partido tuvo su momento de polémica con la expulsión de Julio César Toresani, jugador del conjunto sabalero. El volante vio la tarjeta roja y responsabilizó a Maradona de haber incidido en la decisión del árbitro Francisco Lamolina. En el vestuario visitante, no ocultó su bronca antes los periodistas y dijo que "lo iría a buscar hasta la casa".
Maradona recogió el guante cuando la prensa le dijo en el vestuario de Boca lo que acababa de decir Toresani respecto de que iría hasta su casa. "Segurola y Habana 4310, séptimo piso", lanzó Maradona. "Vamos a ver si me dura treinta segundos", completó. La cosa no pasó de ahí, pero la expresión "Segurola y Habana" se convirtió en una forma escueta de proponer, en chanza, otra forma de saldar una discusión.