El film de Rob Reiner inspirado en la novela homónima de Stephen King se estrenó el 29 de noviembre de 1990, hace 30 años. Elevó el listón del terror psicológico en el cine y resultó un éxito comercial. Engendró una de las villanas más icónicas del cine norteamericano: Annie Wilkes, interpretada por Kathy Bates.
Castle Rock Entertainment, Nelson Entertainment Kathy Bates en el personaje de Annie Wilkes, una de las villanas más icónicas de la historia del cine.
Rob Reiner es conocido sobre todo por sus comedias y sus filmes de aventuras. Bajo sus órdenes se filmaron las eficaces “Cuenta conmigo” y “La princesa conocida”, dos referencias del cine de los ‘80, las románticas “Mi querido presidente” y “Nuestro amor” en los ‘90 y la edulcorada “Antes de partir” ya en 2007, cuyo único aliciente es ver juntos en pantalla a Morgan Freeman y Jack Nicholson. Sin embargo, en 1990 Reiner se puso al frente de un proyecto algo anómalo dentro de su filmografía: la adaptación cinematográfica de la novela “Misery”. El reto era grande: el autor Stephen King ponía más énfasis en la psicología de los personajes que en la acción. Reiner lo aceptó.
En “Psicosis” (1960), Alfred Hitchcock había demostrado que el terror más oscuro podía esconderse detrás de la escuálida figura del joven encargado de un motel. Es decir, no había ya que buscar a los contornos del monstruo en la mitología, sino a la vuelta de la esquina. Como luego ratificaría David Lynch en “Terciopelo azul”, un psicópata puede vivir en el mismo barrio suburbano donde sus habitantes se sienten seguros en sus patios llenos de flores. En esta línea se inscribe precisamente “Misery”, que se estrenó hace justo 30 años, el 29 de noviembre de 1990, se inscribe justamente en esa línea. Es la crónica de una obsesión que crece hasta llegar a límites insospechados.
Cabe recordar brevemente la trama: el escritor Paul Sheldon escribe desde hace años novelas románticas de gran éxito con una mujer llamada Misery como protagonista. Se siente atado a ese personaje y decide “matarlo” en una novela. Cuando la termina, tras un accidente, termina secuestrado por Annie Wilkes una admiradora suya que está obsesionada con Misery y quiere que Paul la resucite literariamente.
Reparto bien elegido
Además de una sobria dirección, que trata de no poner tanto el acento en los toques gore que tiene el film sino en el perfil de los personajes, el gran acierto de Reiner es la forma en que conduce a los actores. James Caan, el mismo que interpreta a Sonny en “El padrino”, resulta adecuado para el papel de Paul Sheldon, el escritor que desea redireccionar su obra y se topa con un horror inesperado. Pero es la actriz Kathy Bates en el papel de la psicópata Annie Wilkes la que domina cada fotograma. A través de su criatura (tan deudora de la enfermera Ratched de “Atrapado sin salida” como de Alex Forrest, la mujer que atormenta a Michael Douglas en “Atracción fatal”) Bates demuestra lo imprevisible e inescrutable que puede ser la mente. En un abrir y cerrar de ojos, es capaz de pasar de solícita cuidadora de un convaleciente a asesina despiadada.
Castle Rock Entertainment, Nelson Entertainment
Una villana de antología
De hecho, Anne Wilkes no sólo le valió a la actriz Kathy Bates el Oscar la Mejor Actriz, en un año en el cual también competían Anjelica Huston y Meryl Streep, sino que le aseguró un lugar destacado en la cultura popular. Cuando pronuncia la célebre frase “Señor Sheldon, soy su fan número uno”, con la que abre su participación en la trama, el espectador sabe que a Paul Sheldon no le espera nada bueno. Y el brutal grito “¡Misery está viva!. ¡Viva!” es el epílogo perfecto para su personaje, que permanece largamente en la memoria tras los créditos finales.
A tal punto Anne Wilkes impactó en la cultura cinéfila que el American Film Institute la incluyó en su lista de los mejores villanos de la historia del cine norteamericano. Anne-Kathy ocupa el puesto número 17. Un peldaño más arriba está Noah Cross (encarnado en la película “Barrio chino” por John Huston) y uno más abajo el tiburón de la película homónima dirigida por Steven Spielberg en 1975. La nómina está encabezada por alguien con quien seguramente Anne hubiera congeniado: el Dr. Hannibal Lecter interpretado por Anthony Hopkins, en “El silencio de los inocentes”.
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Matar a un personaje
Pero también “Misery” es una metáfora sobre cómo muchas veces los escritores (en especial los que quedan muy atados al éxito editorial) quedan presos de personajes, géneros o hasta modos de escribir. Así como el escritor Paul Sheldon se siente atado a Misery, Stephen King se sentía en los ‘80 agobiado por el hecho de que lo asocien siempre al terror. En efecto, una de las inspiraciones de King para “Misery” fue la reacción que sus fanáticos tuvieron frente a su novela de 1984 “Los ojos del Dragón”. Muchos se enojaron porque era un libro de fantasía épica, alejado del horror que hasta el momento había sido su marca principal.