El número de nuevas personas infectadas de COViD-19 empezó a disminuir considerablemente a comienzos de este mes luego de haber hecho pico en la última semana de octubre pasado con un promedio de 105 casos positivos diarios. En la semana siguiente se produjo una media por jornada de 90 y en las dos siguientes se redujo a la mitad. En los últimos siete días del mes la estadística está indicando que la cantidad de nuevos infectados apenas superará de los 30.
Otra dato sumamente auspicio es que las camas críticas ocupadas en la terapia intensiva del hospital Jaime Ferré, convertido en monovalente (solo atiende casos de coronavirus) cuando la curva de contagios se disparó, actualmente tiene más de la mitad de su capacidad disponible.
Para contextualizar la situación en Rafaela hay que decir que ayer se informó de otras 40 personas infectadas y el total de casos positivos actuales asciende a 278. A su vez, desde que empezó la emergencia sanitaria el total de contagiados fue de 4.824, los recuperados suman 4.447, mientras que se produjeron 99 fallecimientos.
Con estos indicadores, la pandemia da señales de alivio en la ciudad del oeste santafesino y la tendencia proyectada es optimista siempre y cuando la conducta preventiva que los rafaelinos tengan hacia el CoViD siga siendo de cuidado y responsabilidad como viene ocurriendo. El temor es que las altas temperaturas que ya se registran empuje a una mayor movilidad de personas como también que la concurrencia a los ríos, lagunas y playas cercanas, una las pasiones de los rafaelinos, tal como ocurrió el fin de semana anterior en la costa santafesina o Mar Chiquita (Córdoba), revierta en el futuro inmediato la calma que impera.
Este jueves, en conferencia de prensa virtual, Sandra Capello y Martín Racca, Coordinadora de Epidemiología de la Provincia y subsecretario municipal de Salud respectivamente, analizaron la situación sanitaria en la Perla del Oeste.
“Las estimaciones que teníamos con la gente del Conicet nos decían que después de la semana 12 a 13 del comienzo de la segunda oleada, íbamos a tener un descenso de casos, pero tuvimos que tomar algunas restricciones porque las camas en terapia intensiva ocupadas así lo imponían. Tuvieron mucho que ver las medidas, pero más tuvo que ver el cuidado personal o la responsabilidad de la sociedad rafaelina. Con un 20% de la gente que cuidaba sus protocolos, baja considerablemente. Si a eso le agregamos un 30% o un 40% menos de circulación y de cuidados, todo hace que la curva no sea tan empinada.”, apuntó el funcionario.
A su vez, alertó que a pesar de “estar en una meseta con un número no tan alto como lo hemos tenido en los meses anteriores, ello no implica que esto haya terminado. Hay que recalcar que, fundamentalmente, como nos comportemos esta semana y la que viene, va a impactar directamente en las semanas de Navidad y de Año Nuevo. Por supuesto que esto nos preocupa mucho, porque no es lo mismo transitar las fiestas con un sistema de salud tranquilo, que transitar las fiestas con un sistema de salud cerca del colapso como tuvimos”.