"No hablamos de reinserción en la sociedad, porque muchas de las personas que atravesaron contextos de encierro nunca tuvieron la oportunidad de estar insertos. Por eso hablamos de inclusión social".
La funcionaria del área de mutualismo y economía social alienta la posibilidad de formar cooperativas de trabajo que involucren a internos carcelarios, liberados y sus familiares.
"No hablamos de reinserción en la sociedad, porque muchas de las personas que atravesaron contextos de encierro nunca tuvieron la oportunidad de estar insertos. Por eso hablamos de inclusión social".
Ese es el marco conceptual con el que Zaida Chmaruk, integrante del directorio del Inaes (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social) sitúa la iniciativa de promover la creación de cooperativas en las instituciones carcelarias del país, que abarquen tanto a los internos como a los liberados, y a sus familiares. Y que la trajo a Santa Fe a realizar una recorrida por los institutos penales y organismos vinculados, y a una serie de reuniones para impulsar la iniciativa en nuestra provincia, acompañada por el subsecretario del Servicio Penitenciario, Héctor Acuña.
La funcionaria mencionó como, en base a vinculaciones previas, se comenzó a conversar con autoridades provinciales y dirigentes históricos de mutuales y cooperativas, la posibilidad de avanzar en el plano carcelario. "La idea es formar cooperativas de trabajo de internos, hombres y mujeres que estén atravesando contextos de encierro, y que incluyan a los presos, a liberados y también a familiares", sintetizó.
Chmaruk consignó, en diálogo con El Litoral, que este tipo de iniciativas se vienen trabajando desde Inaes, donde existe una comisión técnica de cooperativas de liberados, que ella preside, y que ya hay asociaciones de este tipo funcionando en distintas provincias. "La particularidad en este caso es que el Servicio Penitenciario sería parte también del armado del programa. Lo cual es una gran ventaja, porque no suele ser así".
En cuanto a la visita a Santa Fe, apuntó que "lo que hicimos fue recorrer penales, los talleres de trabajo, como están armados, los internos que están trabajando ahí, la posibilidad de tener instancias de formación tanto en oficios como en cooperativismo, para ir constituyendo estas cooperativas. También se sumaron el ministerio de Derechos Humanos, la secretaría de Género, el Iapip, y otras instituciones, con la idea de armar un programa integral, donde participen distintas intancias del gobierno de la provincia, y con el aporte del gobierno nacional, con una mirada integradora.
- ¿Cuál es el aporte fundamental de estas iniciativas? ¿Qué tanto les cambia la vida a los internos?.
- Algo básico y princial de estas experiencias es que resuelven el problema del trabajo. Una persona que atraviesa un contexto de encierro, una vez que recupera la libertad, a no ser que tenga algún familiar o amigo que le pueda brindar un empleo, es muy difícil que el mercado laboral lo incorpore. Tanto el privado como el estatal: una vez que tenés una condena, es muy difícil conseguir empleo. Lo que hace que, de los que salen, la mayoría vuelva a caer, por delitos vinculados a la subsistencia.
- ¿Y por qué cooperativas?
- La cooperativa es una empresa de gestión social, participativa, solidaria, democrática, donde si bien todos tienen distintas responsabilidades, tienen los mismos derechos y obligaciones y la misma participación. Entonces, además de generar un empleo, genera una forma de organización social con otros, de participación y de puesta en valor del ser humano en sí mismo.
Eso es una herramienta de inclusión social muy grande. Y hablo de inclusión y no de reinserción, porque lo que vemos es que muchas personas que atravesaron situaciones de encierro, nunca tuvieron inclusión social, nunca tuvieron oportunidad. Que es una forma también de llevarlos al delito, y ésto da una salida. De modo que se generan empleo, autoestima, espacios de contención, de discusión y de inserción.
- ¿Y cómo continúa el proceso?
- Bueno, por ejemplo se está armando la primera mutual de liberados, que dé un acompañamiento a las cooperativas, con asistencia sicológica, en salud, farmacia, proveduría, turismo. La idea es ir pensando, desde la economía social y el encadenamiento de estas formas asociativas, núcleos grandes de contención y de incorporación de todas esas personas a la sociedad.
- Esto tiene un efecto expansivo, porque abarca también a los familiares.
- Esto incluye al núcleo familiar, y además se expande dentro de las cárceles. Porque cuando quienes están en contexto de encierro ven que el que trabaja tiene ingresos, su familia recibe ayuda, que cuando salga va a tener una ocupación, también empiezan a incorporarse y a ser parte de estas experiencias.
En los próximos días, el Servicio Penitenciario provincial, a través de Walter Gálvez y Héctor Acuña, llevará adelante una presentación para mostrar en sociedad garitas de colectivos y juegos infantiles fabricados por los internos.
Acuña adelantó además a El Litoral que en los proximos 30 días se van a poner en funcionamiento dos lavaderos industriales, que fueron montados en la pandemia.
"La pandemia fue un tiempo que se utilizó para producir, y se van a fabricar distintos elementos en todos los talleres", añadió el funcionario, que puso como ejemplo también la puesta en marcha de la carpintería industrial de la cárcel de Piñero, donde se están haciendo puertas placa.
En tanto, dio cuenta de la expectativa despertada por la posibilidad de que se avance desde la provincia con la iniciativa de las cooperativas de trabajo.