¿Era accesible la serie con Bahía en la Sudamericana?, sí. ¿Era accesible la clasificación para la zona campeonato en la Copa Diego Maradona?, mucho más todavía. Si bien Unión puede darse el gusto de decir que en su segunda participación internacional se encargó de dejar en el camino a Atlético Mineiro (hoy segundo en el Brasileirao) y a Emelec (hoy puntero en el torneo ecuatoriano), este ida y vuelta con Bahía -máxime después de la aceptable actuación en Brasil- le dejaba abierta la chance de seguir en carrera.
Pero en 180 minutos no le pudo marcar un solo gol a un equipo que, después del Goiás (que está último en la tabla y le convirtieron 40 goles), es el segundo más goleado del fútbol brasileño. Y con algunas cuestiones que no cerraron, por parte del entrenador, en cuanto a la conformación del equipo y los cambios realizados.
Pero entiendo que lo injustificable, lo que más duele, lo que molesta e irrita al hincha tatengue, es lo que pasó el sábado. Con el empate, Unión estaba adentro de la zona campeonato. Le había ganado a Arsenal en Sarandí, dando allí un paso casi decisivo y aprovechando la hibridez de Racing -al principio candidato- en este torneo. Inclusive, se aprovechó también de otro resultado increíble que se produjo en el final del partido entre Atlético y Arsenal, en Tucumán, cuando el equipo de Zielinski lo dio vuelta en tiempo de descuento.
Pero lo del sábado no tiene explicación. Había dos resultados que lo favorecían y ante un equipo que aún perdiendo por goleada, tenía asegurado el primer lugar. Sin embargo, la muy mala actuación lo condenó a perder por goleada, a recibir cinco goles en su arco y a quedar eliminado de la zona en la que realmente se jugará por algo.
Tenés que leerUnión jugó a la bartolaAlgunos en Unión están viendo algunas cosas favorables en el análisis que se hace de Azconzábal. Por ejemplo la gran promoción de jugadores jóvenes, aunque en ese aspecto habrá que decir que la mayoría de los clubes -sin promedios ni descensos a la vista- lo hicieron. Inclusive los grandes, al punto tal que River terminó el sábado en Mendoza con seis juveniles en su formación. Pero bien vale el dato, porque son muchos los jugadores que debutaron o que tuvieron posibilidades de mostrarse.
Además, sin buscar excusas, hay un aspecto que se hace notar: los problemas que acarreó el Covid. Márquez y Leyes, dos titulares indiscutidos para Azconzábal, lo tuvieron y se vieron afectados. También le pasó a Nani y hasta cuentan a Cecchini, que era una alternativa de reemplazo para el momento en el que faltó Leyes.
El proceso es nuevo, el técnico también es nuevo, pero hubo desniveles futbolísticos muy profundos. Unión tuvo algunas actuaciones rescatables, como en Ecuador y en Bahía; pero hubo partidos muy flojos, como el que se jugó el sábado o el previo ante Bahía. La mitad de los partidos que se jugaron con Azconzábal, se perdieron. Y hubo razones para que apenas se haya cosechado algo más del 30 por ciento de los puntos.
Unión confiará en Azconzábal, de eso no hay ninguna duda. La cuestión es que el dolor de haber quedado afuera de la manera en que se perdió ante Atlético Tucumán, despilfarrando una oportunidad muy clarita y accesible de clasificar a la zona campeonato, acrecentó un malhumor que era relativo después de la caida ante Bahía (que fue empate, pero es lo mismo que se haya perdido).
En ese balance que estará haciendo Azconzábal, no sólo habrá que fijarse en las circunstancias ajenas o que entorpecieron su labor, sino en sí mismo. Insisto en algo que escribí en el comentario del partido con Atlético Tucumán: la idea futbolística no parece ser mala. Es ofensiva, agresiva, la intención de ir al frente está. Ocurre que eso lo llevó a convertirse en un equipo que defendió a campo abierto y de manera peligrosa, sin contar con un respaldo defensivo que sustente la búsqueda desesperada y casi suicida de la victoria, cuando sabía que el empate también lo dejaba adentro de la zona campeonato.
Estaba servida en bandeja la chance de continuar en carrera peleando por algo en la Copa Diego Maradona. Y el 3-5 fue suficientemente ultrajante y doloroso como para que aparezcan críticas y miradas de reojo centradas en un proceso futbolístico nuevo, pero sobre el que hay que retocar lo que sea necesario para volver a tomar envión.