Dos párrafos de una nota del colega Lucas Ameriso ponen en tema: "Con el propósito de contar con una herramienta local que monitoree, recopile datos y revise prácticas discursivas que circulan en los medios sobre las mujeres y para identificar los que resulten discriminatorios, el Concejo Municipal aprobó un Sistema Municipal de Seguimiento y Prevención de la Violencia Simbólica en la Comunicación de alcance local".
Sigue el texto del colega Ameriso. "El proyecto contó con 19 ediles a favor, pero 9 por la negativa. Juntos por el Cambio, que se opuso a la iniciativa solicitó que el intendente Pablo Javkin vete la ordenanza 'porque atenta contra la Libertad de Prensa'. 'Es una lupa y no una tijera', consideró la autora de la iniciativa, la concejala socialista Susana Rueda".
Aclaremos para que se oscurezca. La concejala Rueda no era socialista, ignoro si a esta fecha (diciembre 2020) se afilió, su presencia, con el valor mediático de su nombre encabezando una lista, era dentro de un frente (FPCyS) donde su "Jefa Partidaria", como titular del partido, era la Diputada Alicia Gutiérrez. La señora Alicia Gutiérrez, esto es necesario preservarlo como dato, nunca le dio órdenes partidarias a la Señora Rueda. Simple y honesta afinidad de pensamientos y sentimientos con la señora Gutiérrez y el total del FPCyS.
Parece necesario abundar, por si no se ha entendido el fondo del tema. La concejala que presentó el proyecto habla de lupa y no de tijera. Mi no entender… diría Tarzán. Lucas Ameriso, en dicho reportaje, explicita: "La ordenanza crea el Sistema Municipal de Seguimiento y Prevención de la Violencia Simbólica en la Comunicación con el fin de producir información estadística, detectar prácticas discursivas discriminatorias y estigmatizantes en los medios locales acerca de las mujeres y diversidades sexuales."
Resulta claro que recopilar datos (producir información estadística) y detectar "prácticas discursivas discriminatorias" es toda una tarea. Con personal, gente capacitada, material para recopilar y archivar, después procesar y finalmente, tras el estudio, emitir dictámenes. Es lo más obvio. Otra obviedad: ¿cuánto cuesta?
En muchos casos cuando aparece una desviación, consiste en que no observamos ni vigilamos a José, pero si a Roberto y se sabe, termina siendo el error más común de estos organismos. Al amigo "perdones" al no amigo "nada de perdones" o indulgencias. Hay antecedentes, podría suceder. Y en este punto una advertencia, un inmenso semáforo rojo. Recurramos nuevamente al colega y su nota: "La autoridad de aplicación será la Secretaría de Género de la Municipalidad y habrá un comité asesor ad honorem conformado por el Observatorio de Medios de la Facultad de Ciencia Política de la UNR y otras áreas universitarias. También podrán integrarlo organizaciones sociales y el Sindicato de Prensa de Rosario".
BUSQUEMOS LA CORTE SUPREMA
Hay una oscuridad conceptual porque el tema de la ordenanza es difuso. Ni bueno ni malo, simplemente poco claro. Discriminatorio. Estigmatizante.
Señoras y Señores, estamos hablando de cuanto se dice en los medios de comunicación. No estamos hablando de una pintada "discriminatoria" en una pared, ni un cartelito hecho a mano en una manifestación. Se refiere a dichos, textos, manifestaciones en Medios de Comunicación que, debo consignarlo, ya tienen leyes, tribunales, sitios que la Justicia ha dispuesto para denunciar –por quien se sienta ofendido– sin que se necesite un organismo municipal que lo suplante. Todos los periodistas lo sabemos.
Tengo "miedito". Aparece por lo siguiente: "La función del Sistema será realizar el seguimiento de manera periódica de los contenidos emitidos por los medios de comunicación locales, formular recomendaciones que sirvan como guía para una comunicación inclusiva y respetuosa, y ofrecer una instancia de capacitación para el tratamiento de los contenidos con perspectiva de género".
Tengo "miedito". Tal vez tenga que ir a una escuela de rehabilitación para aprender a expresarme. Lo tomo como una advertencia personal. En setiembre de 1959, siendo un mocoso, cobré mi primer peso (eso, un peso) cubriendo un partido de fútbol de la primera local en Santa Fe. Volví en colectivo (Línea S) hasta la vieja LT9, entregué el papel con las formaciones, los autores de los goles y cobré: un peso. Ha pasado tiempo. El tiempo no serviría de nada según lo que opine un comité muy lejano, desconocido, improvisado porque… ¿en qué articulado se basa para juzgar?
La ordenanza municipal propuesta –y aprobada, solo falta la reglamentación a cargo del Intendente y abogado Pablo Lautaro Javkin- por la empresaria periodística y colega avanza sobre los colegas y sobre los medios. Sobre todo lo dicho y por decir. Atención empresarios, esto es para Ustedes: "Se evaluará la cantidad de mujeres e identidades diversas ocupando puestos centrales en los programas de noticias y qué roles o tareas cumplen esas personas".
SEÑOR JUEZ… USTED ESTÁ TUERTO…
Hay un punto de no retorno. Si acusan a un colega, si "me acusan"… ¿cómo volvemos atrás de eso, precisamente, de la estigmatización pública? Es una ordenanza que, en rigor, es una amenaza. Una amenaza personal y al medio en el que trabajo.
Con qué articulado, quiénes, con cuáles fundamentos, con qué fuerza de ley alguien sería acusado… perseguido… condenado…
Qué tribunal y ante qué juez o jueces se defendería el acusado y haría un descargo pero ya se dijo: la sola denuncia vale por juicio final en temas de género. Quién repararía el daño, si hubiese sido injusta la acusación. Además del castigo de hacerlo público y lograr el escarnio, ¿qué sanción se prevé?
Las empresas periodísticas rosarinas están a merced de este tribunal. El costo de una empresa periodística –la concejala y Empresaria lo sabe– tiene difíciles relaciones con los libros contables, con el Debe y el Haber porque la plaza publicitaria no es un terreno sencillo. En muchas ocasiones los avisos del Estado (Municipal, Provincial, Nacional) han ayudado a resolver estos costos. Todos lo sabemos.
Este Tribunal, de tan extraño origen no tendrá, en ningún caso, los dos ojos cerrados para ignorar a quién juzga y hacerlo de modo similar con cualquiera. No puede cerrarlos porque le piden que los tenga abiertos y, por lo demás y básico: está formulado para perseguir. Con una lupa, dice la autora de la ordenanza. Soy periodista. Soy escéptico. No lo creo absolutamente. Habrá gruesas tijeras. Ahora, además, tengo miedo. Cierro la nota, me voy a repasar un texto: la abjuración de Galileo.
Hay una oscuridad conceptual porque el tema de la ordenanza es difuso. Ni bueno ni malo, simplemente poco claro. Discriminatorio. Estigmatizante.
Hay un punto de no retorno. Si acusan a un colega, si "me acusan"… ¿cómo volvemos atrás de eso, precisamente, de la estigmatización pública? Es una ordenanza que, en rigor, es una amenaza.