"Solito, allá arriba, supo armar un par de jugadas hasta que consiguió el remate al arco. Pocos minutos para sacar mayores conclusiones", fue el comentario de El Litoral al día siguiente de aquél 13 de abril de 2019, cuando los suplentes de Unión empataron con San Martín de Tucumán en la Ciudadela. Gastón González tenía apenas 17 años, cumplía los 18 en julio y en el invierno de ese 2019 firmó el primer contrato con cuatro años de duración (vence en 2023). Ya le veían condiciones, venía de cumplir grandes desempeños en la reserva (había marcado 8 goles en 10 partidos) que dirigía, por ese entonces, Eduardo Magnín y Leonardo Madelón lo hizo debutar en aquél partido en el que hubo mayoría de suplentes. Y a los pocos días recibió una segunda gran noticia: la citación para ser sparring de la selección en la Copa América que se disputó en Brasil y donde se dio el gusto de entrenar junto a Messi y compañía.
Quizás, la gran satisfacción es que se trata de un producto absolutamente genuino de la escuelita de fútbol de Unión, siguiendo el camino que alguna vez transitó, por ejemplo, Diego Barisone. Criado en el máximo nivel de pertenencia, este flaco, zurdo, de buen manejo, que para muchos es centrodelantero pero al que el Vasco Azconzábal ubicó de entrada por el costado izquierdo y allí lo hizo jugar casi siempre.
Al principio se le notó la falta de ubicación. Hubo partidos en los que daba la impresión de habitar por sectores desconocidos, inexplorados o cuánto menos incómodos. Sin embargo, ante Rosario Central cambió totalmente la ecuación. Desde el mismo inicio del partido se convirtió en figura y no encontró mejor incentivo que el golazo que convirtió a los 5 minutos, arrancando desde pocos metros pasada la mitad de la cancha, llevándose la pelota con rapidez y potencia, dejando al menos dos o tres jugadores en el camino y definiendo con un disparo de zurda que vulneró a Romero. Un golazo con todas las letras, inyección vital para lo que vino después.
Tenés que leerUnión rescató un empate ante Central en RosarioUnión inclinó muy bien la cancha por izquierda y hubo encuentros de Gastón González con Troyansky y con Cañete que enloquecieron a un Sangiovani que no sabía cómo ni a quién marcar. Al menos fueron seis o siete los desbordes por ese sector, en algunos casos convertidos en jugadas de serio riesgo para Rosario Central. Uno de ellos no fue gol de casualidad, aunque a la jugada la armó Gastón, siguió en el Cuqui Márquez y terminó con un cabezazo fallido (le faltó un centímetro más de salto) de Troyansky.
Es cierto que mostró algunos signos de cansancio en el complemento, pero cuando le llegó la pelota, nunca dejó de intentar el desborde ni le sacó el pecho a la lucha. Dicen que es un jugador que no se "borra", que entrega siempre un plus y esto es lo que deja muy satisfecho a los entrenadores. Sus virtudes y su capacidad goleadora se viene observando desde hace tiempo y por ello le ha llegado esta nueva convocatoria a la selección sub 20.
Su padre, "Picotón", también supo lo que es estar adentro de una cancha. Viven en barrio Tránsito, en el norte de la ciudad, cerca de la Iglesia. Son cuatro hermanos (tres varones y una mujer) y Gastón ha tomado una decisión que le va a servir no sólo para el fútbol -si su carrera es ascendente- sino también para la vida: estudia inglés.
Por el momento, va dando los primeros pasos sabiendo que la carrera se construye peldaño por peldaño. Y que desde la escuelita de Unión viene aprendiendo a jugar por la camiseta y a convertir goles. En el Gigante hizo el primero. Y fue un golazo. ¿Será un presagio de lo que el futuro le tiene deparado?
Tenés que leerSuma desde lo anímico, no desde lo matemático"Gastón siempre va a dar un plus"
Por Aldo Spagnol (Ex jugador de Unión en la década del 90, fue DT de Gastón González en séptima división en Unión)
Gastón venía jugando de volante por izquierda cuando yo lo recibí en séptima división con 15 años. Viendo sus características y sus condiciones, conmigo jugó de delantero, consideré que hacía falta gol en el equipo y anduvo realmente muy bien. Ese año, en séptima, en 24 partidos hizo 17 goles y allí fue que Magnín lo subió a reserva. El pasó de séptima a reserva en forma directa y Eduardo, con 16 años, lo hizo debutar allí y convirtió 8 goles en 10 partidos. Fue ahí que, con esa cantidad de partidos, lo llevan a jugar contra San Martín de Tucumán y debuta con Madelón en Primera.
La gran virtud es la velocidad y la potencia física. Además, es un pibe que siempre va a entregar un plus. A los técnicos nos gustan los jugadores que te hacen dudar cuando los querés sacar. Y Gastón es así. Yo me dí cuenta en el segundo tiempo de que estaba cansado, pero aún en ese contexto siguió metiendo y en la jugada del segundo gol, la pierde y la recupera de inmediato antes de que vaya para el otro sector para que le pegue Cabrera. Además, cuando decide encarar, tiene chances de ganar. Yo le inculqué mucho eso, siempre le pedía que encare y el gol de ayer fue pura decisión. Eso es buenísimo, porque la toma de decisiones es clave en el jugador.
Tiene que mejorar el cabezazo y es muy zurdo, va a tener que provocar el engaño porque los defensores lo van a estudiar y se le puede complicar en el futuro, cuando empiecen a conocerlo más. A mí me dio un resultado bárbaro jugando de 9. Fue goleador en toda su carrera de inferiores. Al puesto donde lo pone Azconzábal, lo conoce muy bien. No lo inventó en ese lugar. Gastón ha jugado mucho ahí, inclusive volanteando. Espero que le vaya muy bien en la selección porque es un chico que se merece todo, es muy aplicado y viene creciendo y con mucho camino por recorrer todavía.