La banda rosarina regresa a la ciudad de Santa Fe para ofrecer un show presencial, con novedades y clásicos que atraviesan sus más de 25 años en la escena.
Gentileza producción Con el paso del tiempo, fui teniendo un poco más de conciencia de mi voz , afirma el vocalista Pablo Pino.
Este sábado desde las 21, Cielo Razzo se presentará en Tribus Club de Arte (República de Siria 3572). La particularidad es que será el primer show en vivo con público que dará la banda luego de muchos meses, respetando los protocolos vigentes por la pandemia Covid-19. Pablo Pino, cantante del grupo, dialogó con El Litoral para expresar las emociones de este reencuentro con su gente y los proyectos que depara 2021.
Desnublar el camino
-¿Qué sensaciones aparecen al volver a realizar un show presencial y en Santa Fe?
-Santa Fe fue la primera ciudad grande a la que salimos como banda. Poder volver, aunque sea de esta forma y empezar a desnublar el camino, para nosotros es un placer. Va a ser nuestro primer show presencial, estamos muy felices, y sabemos que va a haber gente que nos sigue hace años. Así que esperamos que sea lo mismo de siempre y distinto, a la vez.
-¿Cómo se prepara un show que significa el reencuentro con el público después de tanto tiempo?
-Va a haber tres canciones que tocamos solamente en el último streaming que hicimos (Argentina Show Live). Dos nuevas y un cover de Los Piojos que hicimos para un programa especial; nos gustó y se acopló al resto. Como hace un rato largo que no tocamos, intentamos armar una lista que tenga un poco de todo. Pero, más allá del repertorio, lo principal es volver a encontrarnos con el público cara a cara. Nos motiva eso: que esté empezando de vuelta y que sea el primer viaje para tocar con público.
Nueva experiencia
-Los dos últimos sencillos, “El punto” y “Cualquier luz” son registros distintos, pero que conviven en el universo artístico de Cielo Razzo. ¿Qué creés que representa cada una de ellas en la historia del grupo?
-“El punto” es de esos temas que el público está acostumbrado a escuchar en la banda: con alma de canción y un estribillo bien Cielo. “Cualquier luz” fue compuesta en modo pandemia y tiene algunos otros elementos, una festividad distinta, arreglos vocales que normalmente no solemos hacer, un solo que no es solo (es un vocoder). Creo que hay una canción que es clásica y la otra se despega un poquito, más allá de que está dentro de nuestra fauna, tiene un distintivo. Están en las puntas de Cielo Razzo, pero al mismo tiempo, pertenecen a una gran familia de canciones.
-¿Proyectan un álbum a partir de estos simples?
-Hay un disco que nos mentalizamos que va a formarse cuando termine de salir el último tema. Va a salir por partes, en forma de sencillos. Para mediados de 2021 (o antes), cuando se publique el último, creo que va a haber gente que verá si lo convertimos en un álbum con un formato físico.
Nosotros estamos muy felices. Sacar sencillos, poner la atención en cada uno de ellos, es otro camino. Hace unos días estuvimos grabando la próxima canción. Hay una conciencia de que estamos haciendo sencillos porque es lo que hay ahora. En el momento, todo apunta a que salgan cuando vaya pidiendo el tiempo. Ahí veremos si lo pasamos a un disco o si queda así como una nueva experiencia.
Otros lugares
-En el plano personal, ¿cómo ves tu modo de cantar a lo largo de los años?
-Cuando uno empieza, tiene un color, un espíritu que está cantando a través de esa voz, con un andar y una cotidianidad de aquel momento. Al principio, todos tenemos una influencia muy marcada. Cuando me escucho en “Buenas” (2001) y ahora, pienso que a lo mejor he perdido potencia, pero ahora me siento mucho más cómodo. Me siento distinto. Creo que la música es un camino, una búsqueda constante, que cada uno la lleva donde quiere.
Con el paso del tiempo, fui teniendo más conciencia de mi voz. Me daba cuenta de que a veces tenía que exagerar un poco para llegar adonde yo quería. la famosa modulación. Me bajé un poco del caballo ese de “tipo jetón”. El rock siempre me pidió potencia, y empecé a indagar por otros lugares. Me gusta jugar: si puedo ser un poco más sutil y aprender a callarme, lo hago. Todos los músicos podemos tener un pequeño clic o cambio. Hay gente a la que no le gusta y otra que sí.
-¿Ubicás en algún momento específico ese quiebre? Pienso, por ejemplo, en “Sideral” (2013).
-Tiene que ver con eso. Porque ese disco, particularmente, fue craneado con la idea de que sea en vivo, buscando transmitir toda esa energía. Me recuerdo en ese momento tratando de poner la voz y expresarme de otra forma. Creo que no me frené tanto. Quizá, en los otros discos estaba buscando la afinación perfecta. En “Sideral”, me empecé a mover y acomodar en otros lugares.
Latiendo ahí
-En perspectiva, ¿qué sacás en limpio, positivo y negativo, de este tiempo que estamos atravesando?
-Lo negativo es lo que nos pasó a todos. Fue como un cachetazo, de golpe, no lo esperábamos. Se confirmó en esta pandemia que las cosas, lamentablemente, no están bien. Siempre estuvimos en un borde o con una fragilidad muy invisible para muchos y muy visible para otros. Y se vio mucho egoísmo. El que celebró la pandemia porque estaba bien, y no pudo ver lo que pasaba afuera. Eso chocó, se notó mucho la diferencia que hay en el mundo. Seguimos esperando un cambio, que cierta gente y ciertos sectores aprendan a ver distinto para que las cosas funcionen distinto. No podemos estar en una situación así.
Algo positivo, real ahora, no veo. Salvo en lo personal, porque nos tocó encerrarnos, y para los músicos encerrarnos es hacer canciones. Pero lo positivo es lo que estamos esperando, me parece. Eso que hablamos de rever el mundo. Desde el momento en que nos levantamos, cómo entendemos el mundo. Hay gente que lo habla mucho, otra que exagera con eso, y otra que lo toma como un nuevo movimiento. Yo creo que son cosas que estaban latiendo ahí y que la pandemia nos vino a mostrar. Montones de gente perdieron el trabajo. Este mundo es así: no trabajás, no morfás, te cagás de hambre, tus hijos sufren, sufrís porque sufren tus hijos, tus viejos quedan encerrados. Para la próxima, si hay y si estamos, deberíamos estar más preparados y que haya menos dolor.