Enfrentarse a desafíos, asumirlos y superarlos es parte del proceso de aprendizaje de cualquier persona. Entre pliegue y pliegue de papel, Stella Ricotti, docente santafesina, descubrió una herramienta didáctica ideal para aproximarse a los retos que exige el ámbito educativo en cualquier nivel: el Origami.
Stella sostiene que, en sus más de 40 años como educadora, halló en la papiroflexia (arte del plegado del papel) un poderoso recurso, por medio del que cualquier persona puede ser capaz de concentrarse, seguir una secuencia y enfrentarse a problemas conceptuales con fundamentos matemáticos. "Cuando se enseña, por ejemplo, bisectrices de un triángulo, el trazado con regla y compás es tan dificultoso que distrae centrarse en el resultado y las propiedades. En cambio, con el Origami, bastan tres pliegues para que se pueda comprender todo lo necesario. Después es más fácil usar los instrumentos; ya que sabremos por qué los usamos", sostuvo en uno de los tantos ejemplos que mencionó en distendida charla telefónica con El Litoral.
De su experiencia docente, entre la que se desempeñó tareas de capacitación y perfeccionamiento docente en la provincia, cuenta también con reconocimientos y premios por uno de sus libros: "Geometría y origami". Al respecto, destaca que hasta el día de hoy mantiene viva la misma pasión: la educación matemática. Sin embargo, la fusión con el Origami terminó por darle una nueva forma a ese entusiasmo: "Fue amor a primera vista, me fascinó encontrar tanta matemática en algo tan simple y bello", dice sobre unos poliedros de papel que descubrió hace algunos años atrás, en el stand japonés de una Fiesta de las Colectividades; y que luego, al ser una práctica poco común en nuestra región (en ese momento, hoy hay son muchos los entusiastas en este arte), tomó clases con la Origamista María José Yasukawa.
El origami -término japonés que significa "doblar papel"- define tanto al objeto resultante como a la acción de plegar. La técnica para obtener un origami consiste en el empleo de una hoja de papel que no se corta ni se pega, y tampoco se decora, sino que se dobla en función de una serie de pliegues geométricos precisos.
"El arte del plegado del papel tiene multiplicidad de aplicaciones en distintas ramas de conocimiento y en especial en la tecnología, donde surge naturalmente su geometría subyacente. Trabajando con los alumnos, plegando una simple hoja se pueden construir -por ejemplo- ángulos de 60°, de 120°, 108° ¡perfectos!... polígonos y poliedros regulares ¡y tantas figuras! La virtud es que los dobleces se hacen fácilmente, porque detrás existe el argumento geométrico que lo sostiene".
A través de la práctica del Origami, Stella encuentra que es posible trazar un camino a lo esencial debido a su elaboración artesanal. "El papel tiene una gran nobleza y también una gran simpleza: permite hacer y equivocarse. Siempre finaliza con un resultado concreto y bello", agrega.
Al considerar que "vivimos una época donde lo visual tiene una entrada diferente de lo conceptual", la docente observa que "los alumnos llegan a las aulas con mejor manejo y destreza sobre las nuevas tecnologías". Pero resalta que la función docente debe seguir ligada a "enseñar a buscar, seleccionar, tener criterio y a que los jóvenes sean capaces de aprender a discernir, a cuestionar, o sea a pensar".
"Los países más desarrollados son aquellos que tienen una sólida educación matemática", comenta la educadora, ante la consulta sobre la actualidad de la enseñanza de las ciencias formales.
"Me genera preocupación ver el nivel de las matemáticas escolares. Es frecuente encontrar chicos y también jóvenes que carecen de criterios para aplicar a cuestiones cotidianas conceptos que supuestamente fueron tratados en el aula", dice e inmediatamente agrega: "¿Sabés lo que pasa? A las matemáticas hay que hacerlas entrar por la puerta grande, la del placer por pensar".
Ahondando en los motivos de su intranquilidad, observa que en la adultez se pueden apreciar las consecuencias resultantes de la privación de estos conocimientos en la juventud. "Por ejemplo: Las distribuciones ineficientes que se hacen de los espacios, las construcciones que dificultan la funcionalidad de los ámbitos públicos o del hogar, son muestras de la insuficiencia que existe en aspectos básicos del pensamiento geométrico; esta formación es la que se requiere para formar ciudadanos críticos y pensantes que sean capaces de elaborar y llevar a la práctica de la mejor forma posible sus propias ideas o de evaluar las ideas que otros proponen".
Hacia el final, Stella deja un mensaje alentador para los docentes y su propósito: "Si queremos que los jóvenes vean el mundo desde nuevas perspectivas, tenemos que enseñarles a mirar, analizar, discernir y sacar conclusiones; en definitiva, a pensar. Creo que de ello trata la tarea de los maestros: dar a conocer conceptos que desafíen el sentido común, poniendo en juego la inteligencia".
Con la pandemia, también llegaron las oportunidades. A partir de un Taller donde mostró su manera de enseñar y en el que participaron docentes de distintos países de América Latina, Stella Ricotti fue contactada por Laura Rozenberg, directora del Museo del Origami de Colonia, Uruguay. Así surgió el curso online "Origami y geometría", cuya finalidad es seguir compartiendo esta poderosa herramienta y hacerla llegar a otros rincones antes insospechados, con el auspicio del Museo.
Se trata de un curso de nivel accesible, distribuido en 47 lecciones, dadas en seis horas y media de videos "on demand", en donde se brindan explicaciones detalladas para comprender y poder aplicar los conocimientos matemáticos en general y geométricos en particular que brinda el plegado del papel.
Para saber más sobre el Curso o modo de inscripción, se puede contactar al sitio web del Museo: www.museodelorigami.org