Tal como lo anticipara días atrás El Litoral, el Concejo local logró el consenso en la última sesión del año para la aprobación del proyecto de resolución, en el que se le pide al Ejecutivo municipal que "proceda a realizar estudios de factibilidad técnica, económica y operativa, mediante el área pertinente", a los fines de crear el Programa Playas Libre de Humo".
Rosario ya se adelantó y declaró sus playas libres de humo. El objetivo es sumar- con esta medida- una acción más a la lucha contra el tabaquismo y la contaminación ambiental. Ahora, todo dependerá de los estudios que deberá hacer el Municipio local. La iniciativa legislativa fue impulsada por la concejala Jorgelina Mudallel (bloque PJ).
El análisis a llevar a cabo por el Ejecutivo deberá incluir: la factibilidad de colocar un cartel que indique "PLAYA LIBRE DE HUMO" en su ingreso; que dentro de la superficie de cada una de las playas se instalen recipientes acordes para depositar las colillas de cigarrillos, a una distancia no mayor de 50 metros, con la leyenda "Fumar es perjudicial para la salud". Los fumadores sólo podrán ejercitar ese hábito dentro de un radio de cinco metros de los recipientes mencionados. También, la implementación de una campaña de concientización sobre el impacto ambiental que ocasiona este tipo de residuos.
En los fundamentos del proyecto original de Mudallel, se expresa que las colillas de cigarrillos "son el principal residuo que contamina las playas a nivel mundial. El 97% de los cigarrillos que se consumen hoy en día a nivel mundial tienen filtros y más del 80% son de acetato de celulosa, plástico que tarda hasta 10 años en descomponerse". Los filtros y los cigarrillos contaminan el agua con sustancias tóxicas, como la nicotina y alquitrán. Asimismo, provocan enfermedades y muerte en animales acuáticos por confundir estos residuos con alimento", expresa.
El texto cita un estudio realizado por la Universidad de San Luis, en el que se demostró que "tanto los filtros de cigarrillos como el humo tienen altos contenidos de cadmio, una sustancia perjudicial para el ambiente y los seres humanos, por lo que las colillas deberían ser tratadas como residuos peligrosos asegurando su correcto tratamiento y destino final".
Con todo, el espíritu de la iniciativa "tiene como propósito establecer medidas tendientes a generar conciencia ambiental y promover hábitos de vida saludable. Es importante que las personas puedan depositar las colillas en ceniceros o recipientes destinados a tal fin, y conocer sobre el peligro de contaminación que implica arrojar una colilla de cigarrillo al agua", concluye Mudallel.