Vale una aclaración previa, que considero justa y necesaria: esta versión del Colón de Domínguez me parece mejorada a la del otro Colón del mismo DT, incluso considerando que metió dos veces en Copa Sudamericana al equipo y ese fue su mérito. Llena más éste que aquél. Al menos desde mi óptica.
Vayamos a lo otro. Si hay una parte del libreto que Colón maneja con Domínguez, es que sabe cómo incomodar al rival; sobre todo, lo consigue con aquéllos equipos que salen a atacarlo y que le dan espacios para el contragolpe. Lo demostró y pudo articular pasajes de buen fútbol, inteligentes y eficaces, en varios partidos.
El problema es cuando se encuentra con equipos que lo imitan en el libreto, que buscan incomodarlo y ahí, cuando debe jugar en la incomodidad, es cuando sufre y le pasan cosas que a Domínguez no le debe gustar. Como por ejemplo, que le den vuelta un resultado jugando de local, como ocurrió con Banfield.
Tenés que leerDomínguez defendió a sus jugadores: "No hay que tirarlos así nomás a esta carnicería"A partir de este concepto, se podrían buscar los motivos. Quizás sea la falta de un creativo, de alguien que realmente conduzca al equipo desde lo futbolístico en un rol que a veces termina cayendo en Aliendro o en el Pulga. Se le complica cuando ese achique de espacios que Colón hace bien, armando línea de cinco atrás y apretando en el medio para robar la pelota y salir de contragolpe, se lo termina haciendo el rival. O cuando no encuentra los espacios necesarios.
Es cierto que hubo fallas puntuales en los goles ante Gimnasia y Banfield, pero también es verdad que entre medio de esos partidos hubo otro, ante San Lorenzo, donde Colón se sobrepuso a la adversidad del rival, del pésimo arbitraje de Merlos y de un resultado negativo que supo dar vuelta.
Forma parte del aprendizaje del que habla Domínguez, que en definitiva lleva nueve meses en su retorno a Santa Fe pero sólamente dirigió al equipo en 10 partidos. Las tres derrotas como local son el preaviso de que ahí está el problema. Y que es netamente futbolístico, porque en estos tiempos de soledad en las canchas, no se puede hablar de presiones o factores externos.