"Integrar Santa Fe" en aislamiento, la utopía del 2020 en pandemia
Fue el plan rector que propuso el intendente Emilio Jatón a la ciudadanía a principios de marzo: transformar los barrios más relegados. Luego, la crisis sanitaria por el coronavirus lo obligó a recalcular. Terminó el año sin inaugurar ninguna obra de envergadura, pero avanzó en proyectos para 2021.
Flavio Raina. El intendente Emilio Jatón espera fondos de otras jurisdicciones para concretar sus proyectos para la ciudad.
La naturaleza le dio una lección en el arranque, a solo dos días de asumir el cargo de intendente de la ciudad: en Santa Fe hay que gobernar con el riesgo hídrico como bandera permanente. Emilio Jatón tomó las riendas el 12 de diciembre de 2019; y el 14 cayeron 250 milímetros en solo 18 horas.
Sorteada esta dificultad climática inicial -de la que salió airoso porque evidentemente la anterior gestión había dejado en orden la infraestructura de desagües- tenía dos escollos graves por resolver: renegociar la deuda heredada con las empresas a cargo de la recolección y tratamiento de las 460 toneladas de residuos diarios que se generan en la ciudad, y evitar el colapso del transporte público de colectivos, producto del recorte de subsidios del gobierno nacional y de la caída estrepitosa de pasajeros transportados. El primero se logró en el mes de agosto; el segundo dista de encontrar una salida sostenible y lo está obligando a repensar, junto a especialistas, una nueva modalidad de servicio.
Febrero fue un mes clave para asegurarse más recursos que le permitan bajar a territorio sus proyectos de gestión: el Concejo aprobó su reforma tributaria con aumentos sustanciales de TGI y DReI. El objetivo: hacerse de más fondos propios para poner en marcha su plan rector, el "Integrar Santa Fe", un programa transversal a casi todas las secretarías, que acompañado de la mayor parte del presupuesto pretende lograr una "transformación positiva de los barrios que históricamente fueron relegados y estigmatizados", dijo al inaugurar la sesiones ordinarias del Concejo. Hablaba de todo el cordón oeste, de norte a sur.
Pero en marzo llegó la pandemia. Y lo dejó recalculando por varios meses. Las aspiraciones de mayores recursos se desmoronaron junto a los bolsillos de los santafesinos que se vieron impedidos de trabajar durante meses, obligados a estar encerrados cuando aún no había casos de Covid-19. Su rol de Jefe de la ciudad quedó doblegado a las decisiones del gobierno central y de la Casa Gris. Eran meses de mucha confusión, temor e incertidumbre. Y nadie se animaba a contradecir a los epidemiólogos: había que fortalecer el endeble sistema de salud argentino para cuando llegue el pico de contagios.
Jatón fue periodista. Y entre todas las aptitudes que requiere esta profesión, la escucha es una muy valiosa. Escuchar para construir un mensaje. Y en su rol actual, escuchar para construir políticas públicas. En agosto, con las cuentas municipales y ciudadanas en rojo, el intendente empezó a conversar con los sectores productivos. Y todos clamaban flexibilización para poder retomar sus actividades. Poco a poco, fue consiguiendo y otorgando esos permisos, que permitieron retomar cierta normalidad. Sabía que sin apertura, no tendría recursos para financiar sus programas de gobierno. Fue así que, para ayudarlos a ponerse de pie, condonó deudas de tributos municipales y ofreció aportes no reintegrables a quienes nunca pudieron trabajar.
Guillermo Di Salvatore Durante el período de cuarentena estricta, pocas decisiones quedaron en sus manos. Fueron meses para acatar las decisiones que acordaba el gobierno central con epidemiólogos y gobernadores.
Durante el período de cuarentena estricta, pocas decisiones quedaron en sus manos. Fueron meses para acatar las decisiones que acordaba el gobierno central con epidemiólogos y gobernadores.Foto: Guillermo Di Salvatore
Integrar Santa Fe, en medio del aislamiento al que obligó la pandemia se volvió una utopía, al menos durante este primer año de gobierno. Casi no pudo, o no supo, concretar ningún proyecto. De hecho, no inauguró ninguna obra importante. Sí cumplió con las formalidades: entregó la proyección presupuestaria en tiempo y forma; llevó adelante las licitaciones de rutina para desobstruir desagües; inauguró las playas en muy buen estado y mejor que en temporadas pasadas, con servicios y concesiones licitadas a cambio de obras que queden para la ciudad.
Ya sobre el último cuatrimestre del año, proyectó para 2021. Y activó un poco su imagen pública, con más conferencias de prensa y anuncios de proyectos. El oeste seguía siendo su norte. Y quedó claro en los pedidos de financiamiento que le hizo al gobierno nacional para 10 obras de distinta jerarquía y complejidad, todas distribuidas en ese sector de la ciudad: desagües, iluminación, pavimento, veredas, plazas y agua potable, entre otras. En total, se estimó la inversión en más de mil millones de pesos. La más emblemática es la de Camino Viejo a Esperanza. También presentó un plan a largo plazo para recuperar el edificio de la ex estación Mitre y su entorno, aunque aún no aclaró la fuente de financiamiento; mostró que apostará a ganar presencia en el territorio, con el Programa 20 Estaciones; y prometió la obra para llevar agua potable a Colastiné Sur, para lo cual el Concejo ya lo autorizó a tomar crédito.
Repasar la gestión de quien conduce la ciudad, implica repensarnos como comunidad; el norte que traza el mandatario de turno y el camino que elige para concretarlo impacta en la calidad de vida de todos sus habitantes. "Integrar (a) Santa Fe" debe ser la prioridad N° 1. Porque ser parte de una sociedad en la cual todos vivan en condiciones dignas y encuentren oportunidades de progreso, sin dudas, mejorará la convivencia ciudadana y ayudará a disminuir la violencia. Los planes presentados y plasmados en el presupuesto, con casi todos los recursos volcados hacia el cordón oeste, indican que esa es la meta. Se perdió un año. Como en diciembre pasado, la expectativa está puesta en el que está a punto de comenzar. Y en que los gobiernos nacional y provincial hagan los aportes financieros para comenzar las obras. Que no se convierta en otra utopía.