La banda rosarina está presentando las canciones de “Parte de nuestras vidas”, su sexto álbum, gestado en pandemia en torno a una consigna: reversiones de rock en castellano que les sean memorables, con invitados nacionales y latinoamericanos colaborando a distancia. De todo eso habló el baterista e ingeniero de sonido Billie Gómez.
Gentileza producción Residentes: Matías Damato (bajo y coros), Lucas Moreno (voz y guitarra) Billie Gómez (batería y coros) y Nicolás Pagano (guitarra y coros).
El grupo rosarino All The Hats está comenzando a presentar las canciones de “Parte de nuestras vidas”, su sexto álbum, conformado por ocho reversiones de rock en castellano. El corte de difusión es “Mala vida”, canción de Mano Negra que revisitaron junto a Sr. Flavio (Cianciarulo), de Los Fabulosos Cadillacs (con percusión de Lisandro “Nano” Rosso).
La saga comenzó en septiembre con el video de “Caballo de madera”, justamente de los Cadillacs, pero con la voz de Walter “Mosca” Velázquez de 2 Minutos; y el año cierra con “Florecita rockera” de Aterciopelados junto a Lula Bertoldi de Eruca Sativa. Otras colaboraciones incluyen a Hernán “Mantu” Mantoani (Bulldog), Hernán “Tery” Langer (ex Carajo), Nicolás “Ríspico” Otavianelli (Coti/Turf), Rodrigo “Dizzy” Espeche (Fito Páez/Coti), Gonzalo Farfán (Inyectores de Perú) y Sebastián Mejía (Tr3s de corazón de Colombia).
Para adentrarse en el proyecto, El Litoral dialogó con el firmatense Juan Manuel “Billie” Gómez (batería y coros), responsable de la grabación, mezcla y mastering del álbum; parte de una formación que completan Lucas Moreno (voz y guitarra), Matías Damato (bajo y coros) y Nicolás Pagano (guitarra y coros).
Mirar para atrás
-¿Cómo salió la idea de un disco de covers o versiones con invitados?
-De alguna forma el germen apareció en la pandemia. Cuando se hizo muy fuerte el aislamiento, y que parecía incluso que no había mucha salida, más que quedarse confinado, empezamos con los pibes a cranear, obviamente siempre de manera virtual, a través de WhatsApp, de seguir haciendo música, no dejar. La intención fue siempre divertirnos, por eso elegimos el reversionar canciones; al principio habíamos pensado hacer covers de algunas bandas que son influencias fuertes del rock en general, internacional.
Después a Mati Damato, el bajista, se le ocurrió que sean canciones que nos hayan influenciado de alguna forma, del rock en castellano. Era todo un desafío, porque la banda siempre tuvo influencias de bandas de afuera, como por ejemplo Rancid o The Offspring. Empezamos a revisar canciones de nuestra adolescencia, que hayan marcado o significado algo en su momento (directa o indirecta).
-Por eso “Parte de nuestras vidas”.
-Por eso el nombre del disco. También la consigna que nos pusimos fue que sean súper hits, sino lados B o que hayan sido muy comentadas en su momento y después hayan quedado en el olvido. Por ejemplo, “Florecita rockera” de Aterciopelados (que hicimos con Lula Bertoldi) es un temazo que en los 90 MTV se cansó de pasarlo, pero quedó ahí: no se transformó en un tema emblemático de Aterciopelados, hay otras canciones que trascendieron.
Si bien la banda tiene un par de discos en inglés, la idea era cantar en nuestro idioma.
-Ya habrá un disco de versiones de temas internacionales.
-A este le pusimos “Volumen 1” porque la idea en el 2021 es hacer un “Volumen 2”, mientras terminamos de componer el disco nuevo, con canciones de rock internacional versionadas por nosotros.
Puntear agenda
-¿Cómo eligieron las canciones que querían versionar y cómo fueron sumando a cada uno de los participantes (tanto cantantes como instrumentistas)?
-Si hay algo que hemos cosechado a lo largo de nuestro recorrido son amigos: músicos, que están en la actividad. Se fue dando en el momento, no es que lo diseñamos. El primer invitado, que disparó todo, fue el Mosca de 2 Minutos, con el que hicimos “Caballo de madera” de los Cadillacs. Justo estaba en Rosario, porque está de novio con una chica de ahí; se nos ocurrió invitarlo para hacer una canción: todavía no estaba cerrado el tema del disco, pero él lo abrió.
A partir de su buena onda y su visto positivo de participar en la canción empezamos a tocar a otros también, como a Flavio Cianciarulo, en el caso de “Mala vida”: él vino un poco de la mano de “Caballo de madera”. Es un tema que compuso él, y antes de que salga a la luz se lo mandamos de manera privada para ver si nos daba su visto bueno de la versión. Le encantó, y propuso que contemos con él para cualquier otra versión.
Mati toca también con Coti Sorokin; el tecladista de Coti es Ríspico, que también es tecladista de Turf: fue el que se encargó de meter todas las teclas que están en el disco. Dizzy Espeche es el guitarrista líder de Coti: se prendió fuego y metió unos solos de guitarra en varias canciones. No estaba planeado, pero a su vez estaba todo dado para que sucediera.
-La única canción que originalmente tenía una voz femenina era “Florecita rockera”, Lula cayó perfecto.
-Fue medio la consigna: si vamos a hacer un cover con Lula tenía que ser de alguna compositora femenina. Con ella tenemos buena onda de hace muchísimo tiempo: siempre nos ha tirado la mejor. La invitamos a participar en unas fiestas que hacíamos en la primera mitad del 2000 haciendo covers también: producíamos unas fiestas para juntar algo de guita para poder bancarnos la gira que íbamos a hacer por Europa. Lula se vino de Córdoba para cantar con nosotros un par de veces. Y “Florecita rockera”, salió por la compositora (Andrea Echeverri), por la letra, y fue una idea de Lucas, el cantante.
Conexión
-Una cosa que está bien trabajada por lo que escuché es el balance entre la onda de la canción original y que suene a All The Hats. ¿Eso fue muy pensado o salió espontáneamente?
-Eso lo fuimos produciendo sobre el momento. Casi toda la producción artística de la música la hicimos entre Mati Damato y yo. La idea era agarrar una canción y no hacer un cover fiel, tratando de respetar la estructura original, la melodía y la armonía. Queríamos dejarle el sello de cómo lo interpretamos nosotros hoy, 2020.
Fue armado en la sala nuestra. Lo que (para mí al menos) fue genial es que nos juntábamos a producir la canción y la grabábamos al instante. La posibilidad de tener nuestra sala de ensayo, semiestudio, nos permitía tener todo microfoneado, armado. Nos juntábamos a ver qué tema podía ser y al toque lo grabábamos. Una cosa es que lo toques en la sala y otra que lo escuches grabado. Eso nos dio un poco de aire en todos los arreglos que tienen los temas: pensar el arreglo, grabarlo, escucharlo, y si estaba buenísimo quedaba y si no se hacía otra cosa. Es la versatilidad y velocidad que nos permite hoy la tecnología de grabar con una computadora y una placa de audio.
-Al Mosca lo engancharon para grabar, pero Flavio y muchos lo hicieron a distancia.
-Todos grabaron en sus casas, porque era un poco la consigna que nos habíamos puesto: estábamos confinados, y eso despertó la posibilidad en varios músicos de reforzar su home studio, su estudio de proyecto. La idea era que cada uno grabara en su casa, con comodidad, en el tiempo que les sea cómodo, no exigiendo velocidad.
Realmente funcionó: suena difícil imaginar recibir de todos lados y amalgamarlas, pero cada músicos que participó cazó bien la onda de hacia dónde queríamos llevar las canciones y fue muy fácil todo.
Encuentro virtual
-Como anticipo salió la versión de “Mala vida” de Mano Negra, junto a Flavio. ¿Por qué la eligieron?
-Primero porque ese tema nos gustó a todos, fue unánime la decisión; en otros covers por ahí a alguno le gustaba más o menos. Con este, cuando lo reversionamos todos dijimos “es un temazo”, a todos nos pegó en su momento cuando salió. Y también que esté Flavio, porque es un alto ícono para todos nosotros: básicamente el estereotipo de rockero con el cual nos sentimos identificados como argentinos. Para mí y para el resto es un placer y un honor haber tenido una canción y un video con él: por un momento volvimos a ser niños. Estábamos súper emocionados por eso. Como fue tan unánime el sentimiento, decidimos que él tenía que ser el corte de difusión.
-El video también lo hicieron a distancia, pero está bien unificado.
-Parece que estamos en el mismo lugar (risas). Una cosa que nos propusimos de hacer un disco grabado por nosotros mismos en nuestra sala, con amigos que participen, era que los videos también los hagamos nosotros. Por ahí el Mati y Lucas se han venido metiendo en el tema de la pre y postproducción de videos; la idea original fue hacer el video de cada canción: por ahora llevamos hechos cinco, nos falta poquito para terminarlos.
Lo de Flavio fue una idea de Matías, y lo hizo Flavio en su casa: hay un amigo nuestro que está viviendo en Chapadmalal y es camarógrafo. Flavio dijo “que venga, lo hacemos acá”. Nuestro amigo el “Colo” (Alejandro Ingrassia) fue con un telón negro, lo dirigió un poco con una idea que teníamos y el resto lo hicimos en nuestra sala: también con telones negros, y postproduciendo mucho. El alma máter de este disco es la computadora: en el audio y el video usamos nuestras máquinas para hacer todo.
Familia musical
-Hablabas del próximo disco, “Uno a uno” ya cumplió cuatro años.
-Tenemos como 30 canciones demeadas en un formato muy casero; algunas con música y letra, otras simplemente música y una melodía balbuceada. La idea ahora es tomarnos unos días para estar con nuestras familias y después empezar a darle forma a esas canciones. Como nos sorprendió mucho el resultado del audio de los covers, eso fue un puntapié de decir “podemos grabar en nuestra sala, no hace falta que vayamos a un estudio grande”.
Si la canción tiene una buena idea, la tecnología y las herramientas de grabación que utilices pasa a un segundo plano; lo que tiene que estar bien cerrado es el núcleo de la canción. Si eso está bueno, y todos nos sentimos identificados con eso, después las herramientas que uses para grabarlos, para mí pasan como a un segundo plano.
La idea es hacer un disquito, ya veremos cómo lo editamos: si de a singles o empaquetamos el disco entero. Ahora esto de la comercialización de la música va cambiando, y son muy pocos los que editan un disco larga duración; es más que nada una cuestión audiovisual de singles con un video representativo. Estamos descubriendo cómo hacerlo; pero sí o sí saldrá un próximo disco de diez canciones. Puede salir en varios EP y a fin de año lo empaquetamos, o puede salir todo de una. Ya es hora de que tengamos música nueva en el éter, dando vueltas.
-En 2021 van a estar cumpliendo 20 años de banda. Más allá de la incertidumbre, ¿tienen pensado algún tipo de festejo?
-La banda cumple 20 años de estar en funcionamiento, con las mismas ganas, que eso es algo para rescatar: que un mismo grupo humano se mantenga tanto tiempo junto haciendo cosas, hoy que es todo tan volátil.
-Todos soportándose...
-Aparte: es un matrimonio, loco (risas). Seguramente vamos a hacer algunos festejos; por eso la idea de tener un disco nuevo, para darle el contexto que necesita eso, festejar 20 años. Seguramente vamos a hacer algún show, pero tenemos que ver cómo evoluciona esto de la pandemia. Igual se empezaron a hacer shows presenciales. La utopía sería hacer un show en diferentes ciudades medio emblemáticas en la historia de la banda, llevando un recorrido por casi todas nuestras canciones.
Y también tenemos muchísimas ganas de tocar este disquito de covers: son 27 minutos, ocho canciones, que nos encantaría mostrarlo en vivo, siendo que fue hecho tan de laboratorio.