Murió Héctor Algosino, el "Pocho". Jugó en Unión, pero fue uno de esos tipos que se hizo querer por todos a partir de algo esencial: sus virtudes como ser humano. Mi amigo Hugo Tredici asegura sin dudarlo que debutó en el viejo Gasómetro de avenida La Plata, la primera vez que Unión enfrentó a San Lorenzo, en 1967. Ese día, Unión perdió 2 a 1 frente a un equipo que tenía una delantera extraordinaria: jugaban el Loco Doval, el Toscano Rendo, el Lobo Fischer, el Bambino Veira y Miguel Angel Tojo, que ocho años después vino a Santa Fe. Unión empezaba a dar sus primeros pasos por el fútbol grande. Tremonti, el Nene Gómez, Luis Sauco, Posenatto, Figueroa, Victorio Cocco, el Fantasma Ruiz y Nogara, entre otros, formaban parte de ese grupo de jugadores que hacía equilibrio en la máxima categoría.
Le tocó descender y ascender de inmediato al "Pocho", fue encontrándose con otros compañeros como César Toyé, los dos Zanabria (Ramón y Mario), el "Patón" Rossi, Juan Pablo Garzón, el Chavo Anzarda, Lapalma, Néstor Scotta, Pulcini, el Loco Mendoza. Y después, junto con Mario Nicasio Zanabria se fueron a jugar a Newell's para recalar, posteriormente, en Gimnasia y Esgrima de Mendoza que contaba, por ese entonces, con notables jugadores como Víctor Legrotaglie, Patire, Fornari y Guayama.
César Toyé contaba que "Pocho era un marcador de punta que era firme para la marca pero que nos daba buena salida. Pero sobre todo, era un tipazo con todas las letras. Para todos nosotros, es una pérdida irreparable. Hoy es un día muy triste para mí, entablamos una amistad muy linda, teníamos una peña con él, con mi hijo, con Ramón Ríos, con Quinteros, entre otros. Nos juntábamos cada quince días, sobre todo en mi casa. Por intermedio del hijo, recibía noticias de su enfermedad, pero nunca pensé que iba a tener este desenlace".
Sobre sus condiciones futbolísticas, dijo que "él vino a Unión cuando era muy jovencito, de Atlético Gimnasia y Esgrima de Ciudadela. Le tocó en ese entonces marcar a wines que eran buenísimos, como Bernao o Cubilla. Era muy bueno en el mano a mano, se los bancó a todos ellos y muy bien", recuerda Toyé.
Trabajó en OSDE, llevado en su momento por Angel Malvicino. El Covid, agravado por una neumonía, se lo llevó de esta vida pero dejando una imagen de desconsuelo e imborrable en quiénes lo conocieron desde aquéllos primeros tiempos en Unión y luego, cuando supo ganarse el respeto y el afecto de quiénes lo conocieron. Es, sin dudas, el mejor legado que le dejó a su familia.