Cómo es hacer teatro en "La Feliz" en tiempos de pandemia
El actor santafesino Matías Ramírez está en Mar del Plata, donde participa de un espectáculo de humor. Contó detalles de una temporada atípica, signada por los protocolos para evitar el Covid19. Distanciamiento social, aforos reducidos y burbujas sanitarias, son algunas de las medidas.
Gentileza del artista El actor con otros integrantes del espectáculo que presentan por estos días en el Teatro del Ángel de la ciudad de Mar del Plata.
El actor, cómico y transformista santafesino Matías Ramírez se encuentra por estos días en la ciudad de Mar del Plata, donde el show humorístico en el que participa empezó a trazar su camino. Hace años que el artista pasa sus veranos en “La Feliz”, donde desarrolló diversas propuestas. Sin embargo, esta es una de las temporadas más atípicas que le tocó vivir debido a los profundos cambios de hábito que impuso la pandemia de Covid19. “Es muy positivo que se pueda estar haciendo ya que hasta hace poco no se sabía si se iban a aceptar los protocolos”, explicó. Y contó pormenores de cómo es hacer teatro en este contexto.
El cambio más sustancial respecto a tiempos de normalidad es que se trabaja con aforos reducidos. Se puede ocupar únicamente el 30 por ciento de la capacidad de la sala, lo que en el caso de la propuesta en la que participa Ramírez equivale a unas 80 personas. Asimismo, las butacas están distanciadas una de otra, todo se sanitiza, la gente ingresa por grupos bajo la modalidad de burbujas sanitarias y se utiliza siempre alcohol en gel. La interacción entre los actores y el staff del teatro es diferente a otros años y todos los artistas utilizan camarines separados. “Realmente está todo muy bien cuidado gracias a los protocolos que se han elaborado”, sintetizó Matías.
D.R.
Se modificaron a su vez algunas costumbres, por ejemplo, el hecho de que los actores bajen a saludar al público y a sacarse fotos. Tampoco se realizan muchas volanteadas para promocionar los espectáculos. Más allá de todo, Ramírez asegura que se tomó con naturalidad la opción de actuar ante menos gente que otras veces. “Cuando las luces nos dan en el escenario no vemos la cantidad de público. En el teatro tenemos una capacidad para 80 personas, pero están bien distribuidas. De todos modos, uno está acostumbrado. No siempre tenés éxitos, hay veces en que hubo que trabajar para diez o veinte personas. Cuando subís a escena y te gusta lo que hacés, no importa la cantidad de gente”, remarcó.
Una particularidad que, según el actor santafesino, tuvo este año la cartelera cultural marplatense es que disminuyó bastante la cantidad de espectáculos y la presencia de grandes figuras. “Hay gente conocida, pero no tenés esas grandes carteleras que había antes con Antonio Gasalla o Carmen Barbieri”, explicó.
Cuidados y perspectivas
El hecho de tener varias temporadas a cuestas, le permite a Ramírez hacer algunas comparaciones y desde su punto de vista en Mar del Plata en estos primeros días de enero hay bastante gente. “Hay muchos turistas. Lo vemos en la playa, más allá de que hay distanciamiento y la gente anda con barbijo”, contó. “Está todo bien cuidado, con los protocolos correspondientes. Por ahí no es lo que dicen muchas veces en la televisión, donde parece que asustan a la gente. Se cuida mucho, aunque es obvio que no es el mismo espíritu que había antes de la pandemia, cuando estaba todo normal. A la 1 de la mañana no hay más movimiento”, añadió.
D.R.
Hasta el momento, las perspectivas son buenas para lo que viene. “Pero tampoco se sabe, porque la gente está con miedo y bastante gasolera. El 2020 fue un año difícil y si bien los precios son módicos y accesibles, por ahí se opta por salir a comer afuera y no ir al teatro. Nosotros arrancamos el show con 50 personas y en la segunda función ya fueron 75, es decir que va subiendo”, relató.
El humor, en el centro
Matías Ramírez forma parte, este año, del elenco de “Rejuntados”. Se trata de un show cómico-musical encabezado por la “Tota” Santillán y que cuenta además con la participación de Alfredo Iacono y Maxi Nolasco. “Se armó un buen espectáculo. Incluye algunos sketches en los cuales interactuamos los cuatro y después cada uno con sus propios monólogos y personajes. Es, de principio a fin, todo comicidad”, explicó Ramírez.