Para evitar las fiestas clandestinas en bancos de arena
La embarcación casi se hunde en Isla Bonita, días atrás. Este fin de semana hubo un tráfico sostenido en los ríos de la zona.
En una situación epidemiológica, económica y social peor de la que se esperaba, el país atravesará este año las elecciones de medio término, cruciales para cualquier gobierno. Y una vez más, lo hará signada por los extremos.
Crédito: Manuel Fabatía
"Con tanto espanto había entrado esta tribulación en el pecho de los hombres y de las mujeres, que un hermano abandonaba al otro y el tío al sobrino y la hermana al hermano, y muchas veces la mujer a su marido, y lo que mayor cosa es y casi increíble, los padres y las madres evitaban visitar y atender a los hijos como si no fuesen suyos".
La descripción que hace Boccaccio en el Decamerón aplica a la peste negra, que irrumpió en Europa en 1347, arrasó con la vida de 48 millones de personas y, en el proceso, con el estilo de vida medieval.
A un altísimo costo, que en vidas humanas demandó dos siglos de recuperación, sepultó también muchas de las prácticas y concepciones vigentes hasta entonces, y alumbró maneras más eficientes y razonables de explotar los campos (ahora vaciados por el éxodo de supervivientes a las ciudades), abrió oportunidades para nuevas actividades y prácticamente obligó a depositar en el desarrollo de la técnica la búsqueda de soluciones al desastre.
En el mundo actual, y en nuestro país en particular, las tecnologías de la información permitieron hacer frente con mejores herramientas a la hecatombe, y también habilitan la puesta en marcha, la aceleración o el perfeccionamiento de posibilidades de desarrollos económicos, profesionales y laborales hasta ahora inexistentes, incipientes o precarios.
Pero ese abanico de alternativas (abarcables en la no por remanida menos certera sentencia de que cada crisis abre una oportunidad) choca en nuestro país con la necedad irreductible de muchos compatriotas, y la resiliencia de estructuras y vicios organizacionales que parece imposible vencer.
Así las cosas, el rebrote epidémico que vino a ocupar el lugar reservado para el alivio veraniego, se encontró con una sociedad tan hastiada como excesivamente relajada, y nos coloca en una situación todavía un poco peor que la de hace unos meses, durante el pico de contagios del que, suponíamos entonces, sólo restaba descender. La perspectiva de una salida a través de la vacunación todavía es más una expectativa alentada por el efecto simbólico del inicio del proceso, que una solución cercana por su concreción a nivel masivo.
En este escenario, el gobierno nacional enfrenta un desafiante año político, el siempre crucial proceso de elecciones intermedias, casi en las peores condiciones posibles, por factores externos pero también intrínsecos.
El primero de ellos es que no tendrá la posibilidad de encararlo en una comunidad aliviada por la salida de la pandemia (que todavía llevará mucho más tiempo del que se preveía), ni mucho menos por una recuperación económica que, si bien muestra algunos indicadores a nivel macro (la famosa metáfora de la patada desde el fondo de la pileta, que necesariamente implica un ascenso por rebote), está lejos de proyectarse sobre la vida cotidiana; más que a través de nuevas inyecciones de recursos de las exiguas y endeudadas arcas del Estado, si es que aún hubiera margen para ello.
El otro es el desafío para Alberto Fernández de volver a convencer a un electorado ya escaldado y seguramente renuente, de que su agenda se basa en el consenso, la moderación, el respeto por la división de poderes y por el accionar de la Justicia, y todo el espectro de derechos y garantías constitucionales. Máxime cuando hay sectores, con más peso en la estructura de poder que en el grueso de la sociedad, que presionan de manera ya completamente abierta por imponer otro menú de prioridades, que en la mayor parte de sus términos contradice al otro.
Y es que las crisis, en la mayoría de los casos, son oportunidades de cambio de la manera en que se concibe y se hacen las cosas. Pero a veces no.
La víctima fatal es un adolescente, de 17 años. El herido tiene 19 años. Ambos recibieron disparos de escopeta.
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La víctima tiene 39 años. El proyectil le quedó alojado en el rostro. No hay detenidos.
A los 75 años, está a las puertas de una nueva elección en Colón. Dice que su candidatura se definirá la semana previa. "Hay cabezas que no se van a despertar nunca y hay algunas cabezas que van a demorar en dormirse", dice en esta exclusiva con El Litoral.
De los contagios notificados este domingo, 114 corresponden a la ciudad capital y 82 a Rosario. Las víctimas fatales se registraron en Rosario y Villa Gobernador Gálvez.
El presidente, ante el inminente ingreso de mucho dinero que Unión tiene por cobrar, pidió actualizar el presupuesto de lo que falta para cerrar la bandeja en el 15 de Abril. "Es terminar la tribuna o asegurar el terreno para el futuro predio", aseguran desde el entorno de Spahn. A su vez, empieza la reforma de la fachada en López y Planes.
La embarcación casi se hunde en Isla Bonita, días atrás. Este fin de semana hubo un tráfico sostenido en los ríos de la zona.
Se relevaron a la fecha 140 cuidadores de vehículos. El municipio adelantó que hará propuestas modificatorias de la normativa para que su implementación en la práctica sea más factible. Actualmente hay muchas personas que realizan esta actividad informal en las calles de la capital.
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