Ignacio Pellizzón | [email protected]
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Mientras se sigue lidiando con la pandemia del coronavirus y la llegada de las distintas vacunas para inocular a las personas que desarrollan actividades esenciales, durante este año también se desarrollarán las elecciones de medio término que, en el caso del Concejo de Rosario, se trata del final de mandato de 13 ediles.
Todavía no es seguro si se desarrollarán las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) este período, dado que la crisis económica está orientando las prioridades a necesidades sanitarias y de ayuda social más que a cuestiones proselitistas.
Sin embargo, hay un grupo de diputados de la UCR que presentaron un proyecto de ley para evitar la suspensión de las PASO -que impulsan al menos 22 gobernadores-, y, al mismo tiempo, aplicar modificaciones para reducir gastos de campaña y acercar la fecha de los comicios a la de las elecciones generales.
La propuesta prevé otra modificación para que los gastos totales autorizados por agrupación política para la campaña de las PASO no superen nunca el 50% del límite para las elecciones generales y, en el caso de alianzas que presenten lista única, el tope será del 25% -y ya no del 50, como rige actualmente-.
Más allá de la discusión sobre las Primarias, los comicios generales sí se llevarán a cabo, aunque seguramente bajo un protocolo estricto por el Covid-19, el cual aún ni siquiera se planificó. No obstante, en el Palacio Vasallo de Rosario serán 13 de los 28 concejales que culminarán su mandato y tendrán que evaluar si buscan renovar sus bancas o no.
Los 13 nombres propios que finalizan su ciclo son: Jesica Pellegrini (Ciudad Futura), quien reemplazó al exconcejal asesinado, Eduardo Trasante, por haber sido acusado de abuso dentro del mismo bloque; Ana Laura Martínez, Carlos Cardozo y Germana Figueroa Casas (Juntos por el Cambio); Roy López Molina y Agapito Blanco (Cambiemos); Renata Ghiloti (Propuesta Republicana); Lorena Carbajal y Verónica Irizar (Socialismo); Lichu Zeno (PDP); Andrés Giménez (Unidad Ciudadana); Normal López y María Alejandra Gómez Sáenz (Frente de Todos).
Los 15 restantes tienen mandato por dos años más, es decir que se tendrían que someter a la voluntad popular, en el caso de que quisieran renovar sus puestos, recién en el 2023, cuando, también, culmine el mandato del Intendente, Pablo Javkin, así como el del presidente de la Nación, Alberto Fernández.
Un dato particular que se dio a lo largo del 2020 en el Concejo es que se conformaron ocho monobloques de los 15 bloques que hay en total. Los que lograron juntar los avales necesarios para formalizar un monobloque tuvieron como principal beneficio acceder a un cargo extra, el del secretario de bloque.
Aunque hay razones mucho más históricas para explicar la atomización del órgano legislativo, muchos sindican que en la obtención del cargo extra se encuentra el principal argumento de la movida. De todas formas, las divisiones dentro de las divisiones también son moneda corriente en la Legislatura provincial, por caso.
Si bien las elecciones parecen lejanas, ya empiezan a darse algunos movimientos políticos que pretenden formalizar nuevas alianzas de cara a los comicios de medio término. Principalmente por parte del radicalismo se está intentando combinar fuerzas entre Juntos por el Cambio y el Frente Progresista para poder armar una suerte de coalición que les permita competir seriamente.
Hay que tener en cuenta que más de 30 años pasaron para que en Rosario tome el mando un dirigente que no es del riñón del socialismo como lo es actual intendente radical Pablo Javkin, al igual que pasaron más de 12 años para que el peronismo vuelva a asumir el poder provincial de la mano de Omar Perotti.
Pese a los intentos de un sector de la UCR por congeniar, desde distintas líneas del socialismo duro salieron a mostrar sus diferencias en pos de avanzar con una alianza electoral. Se algún modo, no ocultaron su visión de que la fuerza política que los invoca estuvo muy ligada a la conducción del país en los años del ex presidente Mauricio Macri.
“No tenemos ningún problema en aglutinar fuerzas para revitalizar el Frente Progresista, pero no nos sumaremos a un planteo que signifique un rejunte político. Hay que mejorar el espacio a través de un programa concreto de propuestas y gestión”, deslizaron ayer a medios rosarinos en el entorno del ex gobernador y actual presidente de la Cámara baja provincial, Miguel Lifschitz.
Si bien admitieron la posibilidad de que radicales enrolados en Juntos por el Cambio puedan retornar al FPCyS, fueron tajantes respecto de una eventual inserción del socialismo en las filas macristas: “Es un claro límite”. También hicieron hincapié en que el proyecto deberá encolumnarse detrás del “liderazgo de Lifschitz”.
Los radicales santafesinos apuestan a un frente amplio que constituya una alternativa a los gobiernos provincial y nacional, lo que implicaría actuar juntos en las próximas elecciones (mitad de mandato) y tender puentes con los partidos que conforman el FPCyS y el macrismo.