En 2008, cuando aceptó ser el candidato a vicepresidente de Barack Obama en las elecciones de noviembre de ese año, Joe Biden le contestó: "Tengo 65 años. No tendrás que preocuparte por mis ambiciones presidenciales". El miércoles 20, a los 78 años, jurará como el 46ª presidente de los Estados Unidos.
La anécdota la cuenta Evan Osnos en "Joe Biden: Su vida, su carrera y los temas relevantes" de reciente aparición, que revela además que la única condición que le puso a Obama para aceptar el cargo de vicepresidente – que según John Admas, el primer vicepresidente y segundo presidente de Estados Unidos es el "puesto más insignificante creado por el hombre" - fue el de ser "parte del proceso", tener voz y voto.
Biden llega a la presidencia en su cuarto intento. El primero fue en 1987, cuando sus declaraciones exageradas, altisonantes y no siempre verdaderas, hicieron que fuera acusado de plagio. Unos meses después sufrió un aneurisma tan severo que los médicos que lo atendieron llamaron a un cura para que le de la extremaunción aun antes de que su esposa llegara al hospital donde estaba internado.
El segundo fue en 2007, pero no consiguió reunir el dinero necesario y abandonó temprano. El tercero fue en 2016, cuando se vio como el sucesor de Obama, pero finalmente las encuestas y el establishment demócrata se inclinaron por Hillary Clinton.
Biden inició su carrera política en 1972. Tras un breve paso por el concejo del condado de New Castle, ganó la banca al senado de EEUU por 3 mil votos a J. Caleb Boggs, un veterano de la 2GM que hacia 25 años ocupaba un cargo pùblico.
Casi no asumió, porque días después de ganar la elección en un accidente automovilístico murió su esposa y su hija de dos años, Noemí. Juró desde el sanatorio, al lado de la cama donde estaba internado su hijo Beau, que en 2015 falleció de un tumor cerebral.
Biden es tartamudo, durante años fue uno de los senadores de menor patrimonio – ganó mucho dinero después de dejar la vicepresidencia por charlas y contratos editoriales–, no tiene ni una acción ni un bono, casi no usa redes sociales y su forma de hacer política es cuerpo a cuerpo con la gente, a la manera tradicional. Considera a la lealtad como el valor más importante de su vida, de hecho, ha dicho que "si no eres leal, no eres digno".
Desde 1984, Biden es el primer candidato presidencial del partido demócrata que no tiene un titulo en una universidad de la Ivy League. Su esposa, Jill Biden, se convertirá en la primera de un presidente de Estados Unidos con ingresos propios y trabajo fuera de la Casa Blanca, ya que es profesora de lenguas de una universidad pública, donde lo seguirá haciendo pese a su condición de primera dama.
En el Senado voto por la Ley de Defensa del Matrimonio, el Tratado de Libre Comercio, la Guerra con Irak y la ley penal de 1994 que establecio agravó las penas de los condenados y otorgó miles de millones de dólares para construir más cárceles. El unico voto del que se arrepiente es el de 1999 que derogó la ley Glass-Steagall, que separaba la banca comercial de la banca de inversión y que fue una de las causas de la crisis financiera de 2008.
Pese a ser un político conservador y del establishment, en una conversación telefónica le dijo a Bernie Sanders que quiere ser el presidente más progresista desde Franklin Delano Roosevelt. De hecho, a principios de la década, ya siendo vicepresidente, fue uno de los primeros demócratas que empezó a hablar de la necesidad de atender a los reclamos de los votantes de la clase obrera, frustrados por la economía, muchos de los cuales se fueron con Trump.
Está más que claro que su prioridad será atender el drama que la pandemia provocó en su país en la salud y la economía. En la semana anunció un plan de ayuda por 1,9 billones de dólares, la vacunación de 100 millones de personas en los primeros 100 días de su gestión y la creación de "millones" de empleos en la industria manufacturera.
La iniciativa postula aumentar de 600 a 2.000 dólares las ayudas a las familias afectadas, extender la vigencia del seguro de desempleo y ampliar su valor de 600 a 1.000 dólares semanales y ampliar las ayudas alimentarias a través de cupones del Estado porque -dijo- durante la pandemia una gran cantidad de familias no puede completar todas las comidas básicas cada día. También pedirá al Congreso la sanción de una ley que limite los desalojos.
Tenés que leerWashington se blinda antes de la toma de posesión de Joe BidenBiden deberá para afuera mostrarse más amable que su antecesor, en el marco de la polìtica exterior estadounidense para intentar recomponer la condición de "líder mundial" de su país. La relación con China, el plan nuclear de Irán, Irak, Siria, Turquía, el deshielo con Cuba, las relaciones con la UE, especialmente Francia y Alemania, dejando de lado el vinculo que Trump había establecido con los gobiernos autoritarios del este europeo, el retorno a algún tipo de multilateralismo y el vínculo con Rusia con alguno de los temas principales.
Respecto a América Latina, en un contexto global donde ha quedado en segundo plano entre las prioridades de las potencias, Biden tendrá la oportunidad de mejorar el vínculo con los países, al tiempo que deberá ayudar al continente a recuperarse de la devastadora crisis económica que está provcando la pandemia de coronavirus.
Una de las ventajas que tendrá nuestro país es que Biden lo conoce y probablemente lo entienda, porque integró durante más de 30 años la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado. Amigo del Papa Francisco (Biden es el segundo presidente católico después de John Kennedy) tendrá una influencia decisiva en arreglo de la deuda con el FMI, el tema más importante para el país en el primer cuatrimestre del año.
El próximo miércoles, finalmente Biden verá cumplido su sueño, tras 50 años de política. Una de las enseñanzas más importantes que deja la carrera de Biden, es que para ser, lo primero es querer ser. Poco despues de cumplir 20 años, la madre de su entonces novia (que seria su primera esposa, Nelia Hunter) le preguntó cuales eran sus aspiraciones profesionales y le respondió "ser presidente de Estados Unidos"
Y la otra es que no hay que bajar nunca los brazos. Como dijo en el discurso en la Convención Demócrata de 2008, cuando fue elegido candidato a vicepresidente de Obama: "El fracaso en algún punto de la vida es inevitable, pero darse por vencido es imperdonable".
Para la provincia de Santa Fe, las decisiones del nuevo presidente de los Estados Unidos no tendrán una incidencia en particular, independiente de las que se tomen para el país, el Mercosur y la región porque en términos de comercio exterior no es tan importante.
De acuerdo al último informe del Instituto Provincial de Estadísticas y Censos de octubre d 2020, Estados Unidos no figura entre los 10 primeros destinos de las exportaciones con origen en la provincia. India es el primero con una participación sobre el total de las ventas externas de 10,1%, China se situó en el segundo lugar, con el 9,7% de los envíos y le siguen Vietnam, Brasil, Países Bajos, Indonesia, Chile, Malasia, Argelia y Perú.
Donde tiene una participación es en el origen de las importaciones que ingresan por las aduanas de la provincia, ubicadas en San Lorenzo, Villa Constitución, Rosario, Santa Fe y Rafaela. Después de Paraguay que representa el 50 % del total y Brasil con el 17,7 %, sigue Estados Unidos con el 8,4 % del total. Los primeros cinco puestos se completan con China y Corea
Las compras a Estados Unidos entre enero y octubre de este año fueron por un total de 281 millones de dólares, con una caída del 55,6% respecto al mismo período de 2019.