"Es misterioso saber qué es lo que motiva para escribir"
El rosarino Eugenio Previgliano obtuvo el premio de narrativa Alcides Greca en la categoría Obras Éditas. Fue por su libro “La chica”, que se sumerge en los tiempos de la última dictadura militar en Argentina. “Traté de hacer un llamdo a la reflexión para que no pase nunca más”, explicó.
Gentileza del autor Eugenio Previgliano es agrimensor y docente. También es músico y, desde su faceta de escritor, se relaciona desde hace más de treinta años con distintos géneros, como la poesía y la narrativa.
Entre los ganadores de la edición 2020 del premio provincial de narrativa “Alcides Greca”, figura el rosarino Eugenio Previgliano. El autor se impuso en la categoría “obras éditas” por “La chica”, volumen publicado en el año 2019. Previgliano, quien ejerce como agrimensor y docente, es reconocido por su labor como músico (toca el piano y el saxo) y escribe desde hace mucho: además de cuentos y poemas en varias antologías, publicó los libros de narrativa “Los territorios de Bibiana y otros lugares”, “La pelea”, “La tierra perdurable” y los de poesía “Alcohol para las heridas” y “La cuerda”.
Consultado sobre las sensaciones ante el galardón, manifestó que a pesar de que hace mucho tiempo que escribe, es la primera vez que gana un premio. “En dos ocasiones recibí menciones por mi trabajo. Así que cuando me enteré de este premio, que es tan importante, y el primero en mi vasta carrera, me emocioné mucho. Creo que es un reconocimiento a un trabajo de muchísimos años, porque realmente esta obra demoró mucho en madurar. Estoy muy agradecido. Si uno trabaja tanto, alguna vez algo se le reconoce”.
Gentileza Virginia Molinari
Foto: Gentileza Virginia Molinari
-En “La chica”, te adentrás en los años de la dictadura militar ¿Por qué elegiste ese contexto histórico?
-El tema es siempre conmovedor. Uno no alcanza a entender como se puede llegar a tanta crueldad gratuita. Hay mucho publicado sobre la dictadura, pero no desde el perfil que a mí me interesa. Es imposible representar la realidad, en orden a la riqueza que tienen la cantidad de parámetros, perfiles y horizontes que presenta un tema. En este caso, la dictadura. He tratado de correr el eje de la mayor parte de las cosas que leí. Y de volcar en este trabajo lo que ha sido producto de charlas, entrevistas, lecturas. Lo que me ha llegado de testimonios de los juicios. De mi propia experiencia también, que fue bastante difícil. Tratando de darle un encuadre nuevo, que no sea solamente una crónica o un registro de hechos. Una historia personal o una autobiografía, como suele decirse. Traté de buscar algo que fuera más representativo de la subjetividad de lo que pasamos en esa época como una forma de llamar a la reflexión para que esto no pase nunca más.
Un universo para pensar
-¿Qué temas te motivan, en general, para escribir?
-Es una buena pregunta. Creo que debería llevarla a mi sesión de psicoanálisis, respecto a qué temas me motivan. Es bastante misterioso saber qué es lo que te motiva para escribir. Puede ser una cosa sencilla y abstracta, una luz, un reflejo, un sonido, alguna música, un suceso, una idea suelta. Hay como un instante de iluminación, donde mi sensibilidad me hace entender que hay algo interesante. Pero la cuestión central está en eso, en que haya una explosión, un chispazo de lo poético. Y lo poético puede encontrarse en cualquier cosa: en la mirada de un niño, en el atardecer, en una forma. Lo poético es lo central. Pensando en todas las cosas que he publicado, son muy variadas. Van desde anécdotas familiares hasta sensaciones frente a un paisaje, una luz, un sonido, una textura. Todo aquello que impresiona los sentidos más allá de lo corriente. Y abre las puertas a un universo distinto, con otras reglas, donde uno puede expandirse y, sobre todo, pensar.
Cuestión de límites
-Escribiste poemas, cuentos y novelas. ¿Cuál es el género en el que te movés con mayor comodidad?
-Es cierto que he publicado novelas, poesías, cuentos, trabajos de investigación, informes técnicos. Escribo muchas cosas. No solo he publicado textos escritos, sino que también anduve por ahí en muchos lugares, como una especie de juglar, leyendo mis poemas. En cierta medida dramatizando. Escribí algo de teatro también. Pero donde realmente me siento cómodo es en la poesía, porque la poesía se cuela en cualquier parte. Es difícil discriminar donde empieza la poesía, dónde termina, cuál es el límite entre lo narrativo y lo poético. Y si esa cuestión del límite en cualquiera es difícil, es crucial para mí que soy agrimensor. La profesión nuestra es exactamente eso. La administración de los límites, fronteras, bordes. Pero en este caso es muy difícil. Ya lo dice Saer en un poema que está en “El arte de narrar”, que es un libro de poesía a pesar del nombre. “Bienaventurados los que están en la realidad y no confunden sus fronteras”.
Gentileza del autor
Foto: Gentileza del autor
Proyectos
-¿Qué proyectos tenés a futuro en relación a lo literario?
-Tengo siempre un proyecto entre manos. Escribo poesía. Este año he publicado un libro, una novela, que se llama “Pueblo Arroyo Bustos”, que está disponible. Estoy tratando de escribir otra novela y espero poder seguir como poeta, haciendo muchas cosas. Desde este punto de vista, este premio es un gran aliciente. Y me posiciona para intentar cosas más grandes y, quizás, más interesantes.