En la vida, que ya es líquida según Bauman, la sociedad se basa en el individualismo feroz, exacerbado y aguijoneado y se ha convertido –el individuo y el grupo- en un conjunto, en un sujeto temporal e inestable que carece de aspectos sólidos, firmes, "referenciables". Bauman no inventa. Observa y acomoda, reacomoda.
La pérdida de referencias es el alerta inatajable. Todo lo que tenemos es cambiante y con fecha de caducidad, en comparación con las estructuras fijas del pasado. El peronismo, en Argentina, se asume en tal vaivén.
La búsqueda del pasado, como objetivo de algunas sociedades, es un acto reflejo ante la ausencia parental; no tiene dónde esconder la espalda la sociedad. Inseguridad e incertidumbre acompañan el día por día. Aquí estamos.
El peronismo basal daba paredes y referencias estables, esas se están perdiendo por dos razones: tiempo y espacio de una parte, cada vez más volátiles y etéreos, cuasi un invento circunstancial; secundariamente contribuye el prolijo trabajo de destrucción del posmodernismo como existencialismo cerril. Al fin Discépolo.
Bauman refiere. Libertad (libertad es más claro que emancipación… y tan ideal e impracticable la una como la otra), individualidad (de tan fácil comprensión). Las coordenadas del raciocinio alterado: tiempo/espacio, la mentira constante: el trabajo como meta fraguada y la deficiencia contra la que intentaba operar el peronismo: la comunidad organizada. Allí anuncia y se desespera.
Esas claves del pensamiento de Bauman, que deberían atraer a los pensadores locales, se han omitido. El peronismo –hoy- se explica en su enunciado. Nos pasa. Estamos dentro del fenómeno que destapó la sábana caída: la pandemia. Desnudos ante el porvenir, al que queremos resolver volviéndolo pasado. Cronos no ayuda ni ayudará. Somos Líquidos.
La posmodernidad y la modernidad líquida pueden relacionarse con las características de la globalización, son ventanillas que atienden a patrones de comportamiento incidiendo en escala mundial, en tiempo real, a través de los medios de comunicación masivos (internet, televisión, redes sociales, entre otros…) que nos tienen de modo ineludible como protagonistas. Activos o pasivos, no hay diferenciales ostensibles. Participamos. Pertenecemos.
La postmodernidad o, en palabras del viejo Bauman, la "modernidad líquida", se caracteriza por ser una sociedad de consumidores individualizada y con escasas regulaciones. Su ambivalencia deriva de trastocar la regulación, la pureza, la disciplina y las instrucciones normativas del viejo orden en procesos de seducción constante. Encuentro al peronismo definido de un modo rampante.
Si alguien dijese que eso es lo que oferta hoy el peronismo no habría diferencias. De la transferencia del mensaje del grupo, como lo conocíamos, pasamos al mandato del Gran Hermano, como nos sucede y se sabe: es el riguroso método de demolición que nos atañe. Algoritmo mata ideologías irredentas o cerriles.
La sociedad consumista en la que vivimos, según el filósofo polaco, se caracteriza por inestable en los deseos y en las necesidades. Se acomoda. Es voluble. Es líquida. Se aleja de la seguridad que otorgaba aquel objeto social de cambios aparecido entre 1943/45 y 46.
"Zygmunt Bauman (Poznan, 19 de noviembre de 1925 – Leeds, 9 de enero de 2017) fue un sociólogo, filósofo y ensayista polaco-británico de origen judío. Su obra, que comenzó en la década de 1950, se ocupa, entre otras cosas, de cuestiones como las clases sociales, el socialismo, el Holocausto, la hermenéutica, la modernidad y la posmodernidad, el consumismo, la globalización y la nueva pobreza. Desarrolló el concepto de la «modernidad líquida», y acuñó el término correspondiente". (Wikipedia)
El peronismo oferta –ahora- razones para considerarlo líquido. Nada se adapta más a los tiempos, prolifera y se extiende, que el peronismo.
Una reciente nota de Chávez, otro Chávez, Claudio, proclive a dormir sobre el costado conservador recorre, con esa característica que no puede ocultar, el tiempo del peronismo.
Trabaja sobre su razón central: le atribuye el "todo mal" y por tanto el rezo consiguiente, "mas líbranos de todo mal…" y aferrado a ese catecismo lo recorre tornándolo culpable. El Peronismo es el pecado original en la religión de este comentarista. Son indómitos los conservadores en este sitio. La culpabilidad. Hay toda una corriente que tiene ese sentido. Indicativo. El índice acusador.
Omite un punto, no es febrero de 1946, es junio de 1943. Un Coronel, ya viejo para coronel, toma posesión de una secretaría de Estado de ignota existencia. Es allí donde reside la fuerza originante del peronismo. El sitio que Perón otorga a los trabajadores es la clave para el desarrollo posterior. El otro punto es el carácter del movimiento dinámico, hidrodinámico si fuese un río pariente del de Heráclito que, siguiendo leyes (de la dinámica) tiene un vértice, una "punta", un alto sitio en la Pirámide. Movimiento no es Partido. Lo explicita Perón tan claramente… "el partido es una herramienta electoral"…
El acusador adjudica procedencia, dentro del peronismo, a fuerzas muy diferenciadas. Coincidimos. El paraguas del peronismo pone a resguardo a los asesinos provenientes del montonerismo duro y eso, criminal sin vueltas, como también a los asesinos irrecuperables del "lopezreguismo" y sus alrededores. Somos eso.
No hay bien sí y mal no para Verbitsky, Firmenich, Osinde o quien quiera mencionarse como ejecutor o ideólogo. Peronista somos todos, muchachos… Asesinos son todos… los asesinos.
El peronismo es el que asesina a Rucci. No recuerda que Rucci muere pobre. Moyano o Alberto Ángel Fernández, el porteño… y abogado, no descienden de ese tronco. Claramente: son líquidos.
Quien acusa al peronismo olvida este sustento: …"salten las tranqueras, corten los alambrados, pero voten"… Es el voto quien impide el anatema a CFK. La votaron. Sí. Somos líquidos.
Volvamos a Bauman. El peronismo es un líquido que votó a Perón, Frondizi, Menem y Kirchner. Hay variantes. Aceptó economistas de todo tipo y calaña y no han logrado –los que se oponen al peronismo basal-- destripar a la Central Obrera como eje corporativo (remember: 1943/45/ 46).
Prohibido por decreto desde 1955 a 1973. Prohibido…. Fueron 18 años.
El peronismo, Peste mediante, se ha reformulado. El cuestionamiento, en todo caso, es a una sociedad que vota peronismo una y otra vez. La queja no tiene oficina de reclamos, electoralmente hablando. Sí, en cambio, tiene reclamo la visible advertencia que encierra la calificación del voto como herramienta viciosa. Molesta el voto. Cuidado. El voto se volvió líquido.
Las coordenadas del raciocinio alterado: tiempo/espacio, la mentira constante: el trabajo como meta fraguada y la deficiencia contra la que intentaba operar el peronismo: la comunidad organizada. Allí anuncia y se desespera.
Junio de 1943. Un Coronel, ya viejo para coronel, toma posesión de una secretaría de Estado de ignota existencia. Es allí donde reside la fuerza originante del peronismo. El sitio que Perón otorga a los trabajadores