"Si uno es observador, tiene personajes por todos lados"
La escritora porteña Francisca Mauas publicó su libro “En París son las 11”. Allí reúne 13 relatos que tienen como eje a personajes heridos por ausencias. “Hay una frase que dice que ‘el que no llena su vida con fantasmas, se queda solo’. Eso aparece en todos los cuentos”, afirmó en una entrevista.
Gentileza Pablo Scavino El arte salva vidas, tanto en el que lo produce como en el que lo consume. En su caso, Francisca Mauas eligió la literatura.
Francisca Mauas es mucho más que escritora. Es que, a lo largo de su carrera, la artista porteña experimentó también en el teatro, particularmente en la dramaturgia, la actuación y la dirección. Sin embargo, su fuerte ahora parece estar en la poesía y la narrativa. Hace un tiempo creó “Una sombra entre nosotros”, de narrativa en verso y ahora hizo lo propio en su reciente libro “En París son las once”, que incluye 13 relatos breves que se vinculan entre sí por sus personajes atravesados por la confusión y el desencuentro. Este volumen fue publicado a través de Azul Francia, el sello editorial que ella misma lleva adelante y para hablar sobre el mismo mantuvo una entrevista con este medio.
D.R.
-¿Por qué decidiste esta estructura de relatos cortos? ¿Tiene que ver con estos tiempos, donde se tiende a la brevedad?
-No fue una decisión consciente. Hay algunos cuentos que son un poco más largos, ninguno demasiado. Pero fue porque salieron así. Es más, me gustaría escribir cuentos más largos, pero tiendo a economizar y a ir directamente al grano. Entonces no podría decirte que es una decisión. Si en todo caso, a nivel inconsciente, son breves, quizás si tenga que ver con algo de los tiempos modernos. Pero, en realidad, no pienso ni decido hacer cuentos breves. Más bien al contrario, a veces quiero escribir más largo y no me sale. Empiezo y ya quiero ir directo a lo que quiero contar.
-Tu tendencia a la hora de escribir es ir lo más rápido posible al grano.
-Cuando empiezo a dar vueltas, creo que no va a quedar bien. Siento que, por lo menos a mí, no me sale irme por las ramas o contar detalles que no tienen nada que ver. Quizás hay autores que saben hacerlo y, cuenten lo que cuenten, siempre les sale bien. A mí no. Entonces, voy directo. Por ahí peco de apurada para llegar, pero me gusta el relato breve. Son formas. Igual, no es que pretendo escribir siempre así. Me gusta probar distintas cosas y el día de mañana, si puedo escribir cosas más extensas lo haré. Bienvenido sea.
Están a mano
-¿Cómo aparecen los personajes y las situaciones que reflejás en tus relatos?
-Supongo que esto le pasará a todo el mundo, no lo sé. Son personajes que uno va conociendo por ahí. O que imagina, pero viene de algo que vio. Y ese personaje, por ahí, lo sacás de ese contexto, lo llevás a otro y tenés un cuento o una situación. Por ahí los personajes, en mi caso, no están trabajados en profundidad porque son cuentos y son muy breves. Son como pinceladas gruesas y no hay tiempo de desarrollar en sí el personaje. Pero creo que son personajes de la vida de uno, no necesariamente cercanos. A lo mejor te cuentan sobre alguien y si uno está atento, lo toma y se da cuenta del interés que tiene, lo coloca al lado de otro que no tiene nada que ver. Creo que todo está muy a mano. Si uno es un poco observador tiene personajes por todos lados.
-Planteaste, en una entrevista, que al lector “hay que darle las cosas lo menos deglutidas posible” y es como una premisa que seguís en los relatos que están incluidos en tu último libro ¿Por qué tomás esta decisión?
-Me parece que está bueno y a mí me gusta también como lectora, cuando no te explican las cosas, sino que te dan una idea para que uno las continúe. Las interpretaciones sobre los cuentos son muy diferentes según cada uno y eso es lo interesante. Me han hecho devoluciones sobre un cuento diciéndome cosas completamente diferentes. Cada uno tiene su propia subjetividad, su experiencia y su forma de ser. Le gusta un personaje y no otro. Pero creo que tiene que ver con ese intento de no explicar todo. Si uno de los personajes tiene miedo, no decirlo directamente, sino que pueda leerse el miedo de ese personaje mientras ese personaje hace otras cosas. Según sus acciones o según lo que dice. Incluso, un personaje puede decir “no tengo miedo” y el lector pensar “tiene más miedo que nadie”. No caer en la trampa de querer explicarlo todo.
Fantasmas para llenar la vida
-¿Cuál considerás que es el hilo conductor de los relatos que componen el libro, si es que lo hay? Porque en cada uno de los cuentos abordás un montón de temas y los personajes tienen diferentes características.
-Podría decir, pero eso lo fui armando después, que son personajes heridos por ausencias. Y cómo construyen fantasmas a partir de esas ausencias. Hay una frase que dice que el que no llena su vida con fantasmas, se queda solo. Me parece que esto aparece en todos los cuentos. Hay algún personaje fantasma del que se depende. El planteo es “si no tengo alguien al lado, lo invento para pasarla mejor, para pasarla peor o para pasar la vida. Simplemente para seguir vivo”.
-No sé si te salió así o si fue un efecto buscando, pero es algo muy propio de esta época.
-Si. Creo que se acentúa un poco en este tiempo. Pero insisto en que, por lo menos en la literatura, si agarrás cualquier texto de hace un siglo, la búsqueda del ser humano siempre es la misma. En general es el amor. Y el sufrimiento siempre es el mismo. Ahora se ve mucho por el “exceso de comunicación”, entonces pareciera que uno llena su mundo de fantasmas porque está solo frente a una computadora y todas las personas que lo rodean no son de verdad. Pero creo que antes pasaba lo mismo en otros niveles. Me da esa sensación siempre. Por ahí me equivoco, pero quizás el síntoma es el mismo, es la persona en busca del otro.
-En lo esencial, el ser humano no ha cambiado demasiado.
-Me parece que no. Que la búsqueda siempre es la misma. Hay una sensación de soledad que nunca se repara del todo. Uno está solo por más que esté con alguien, porque uno en su cuerpo y en su mente está solo. Siempre busca la comunicación, el encuentro con el otro, entenderse con el otro. Uno puede estar años con una persona, siempre tratando de encontrar un punto en común. Me parece que eso siempre pasó. Pero no soy una analista de la sociedad, lo pienso de una manera muy personal y desde el proceso creativo. Cada uno estudia a la sociedad desde su lugar. Eso es lo que creo y lo que reflejo en mis textos.
Liberación
-Dijiste una vez que la escritura es, en cierto modo, liberadora. ¿Creés que ese sentimiento se transmite al lector?
-Creo que sí. También hay una liberación al leer. Cuando uno accede a un libro, a una obra de teatro, a una película o a una obra de arte, hay una sensación de alivio y bienestar. Por eso creo que es importante que todo el mundo aprenda para disfrutar. También es un aprendizaje mirar arte. Lo más lindo en el día de cualquiera es cuando se relaja, mira una película o lee un libro. Es un momento liberador. El arte salva vidas, tanto en el que lo produce como en el que lo consume.
Búsquedas
-Este es tu primer libro de relatos. ¿Tu idea es seguir trabajando en este formato?
-No lo sé. Me gusta cambiar, investigar cosas nuevas. El anterior fue un libro de narrativa en verso. Y eso fue una novedad en su momento y me encantó hacerlo porque me di la chance de jugar con el lenguaje. Después vinieron estos cuentos más convencionales y ahora no se bien que voy a tener ganas de hacer. Siempre me gusta aprender cosas nuevas.