El Municipio de Rosario pagó de más para trabajos de bacheo

El 2 de noviembre de 2020, se realizó la apertura de sobres de la licitación Pública para “Mantenimiento de Pavimentos de Hormigón en calles de la ciudad de Rosario” que contaba con un presupuesto oficial de $ 152.033.169,49.

Afortunadamente fueron varias las empresas que se presentaron con lo cual se abrió un abanico de ofertas, algunas por debajo del presupuesto y ventajosas para las arcas municipales. Sin embargo, una serie de reparos administrativos menores impidieron que quedaran firmes tres ofertas, entre ellas, la que menor erogación representaba.

A resultas de la decisión administrativa la empresa ganadora resultó ser la misma que desde largo tiempo viene realizando este tipo de obras en la ciudad y que ha generado críticas debido a los pobres resultados obtenidos.

Oportunamente el titular de la Secretaría de Obras Públicas, José Luis Conde, explicó que todas las licitaciones en marcha en la ciudad de Rosario “apuntan a intensificar el plan que ya venimos desarrollando para dar mejoras y respuesta a uno de los principales reclamos de los vecinos de la ciudad”.

Sin embargo, un observador habitual que suele frecuentar los pasillos del Palacio de los Leones sostenía que “desde el área responsable de la gestión de mantenimiento de los pavimentos urbanos deberían alentar una renovación de los actores del servicio” porque, remarcaba, “hasta ahora gana el que ha demostrado mayor habilidad administrativa, que competencia técnica”.

Caras, en más de un sentido

A fines de 2020 la Secretaría de Obras Públicas de la Municipalidad de Rosario optó por una oferta más cara al contratar la misma empresa que desde hace tiempo que se encarga habitualmente de los trabajos de bacheo y que, sin embargo, acumula críticas por quienes transitan por calles que exhiben un notable deterioro pese a haber sido reparadas.

Para mucha gente que se maneja por la ciudad, queda claro que las tareas son necesarias y que sería bueno mejorar la calidad de los trabajos que se observan. Pero no. Esto no ocurrió. Por el contrario, se dejaron de lado otras ofertas, incluida una que estaba por debajo de la ganadora, alegando cuestiones formales menores, pero que, para los bolsillos de los contribuyentes rosarinos, representan más dinero.

En efecto, son diez millones de pesos que serán erogados desde las arcas municipales para mantener al contratista que ha participado de manera constante en las obras que se encuentran en franco deterioro pese a las constantes contrataciones que tenían el mismo sentido: recuperar la calidad de las calles.

En los hechos son dos elementos que llaman la atención: la primera de ellas es la insistencia. Para quienes conocen el paño, es obvio que debería cambiarse de proveedor para intentar lograr un resultado diferente, pero no ha sido el caso. Y el segundo, la inversión. Inicialmente se puede hablar de una diferencia de unos 10 millones de pesos en esta licitación puntual, pero el tema es la calidad de la obra y allí comienza a jugar la totalidad de la inversión.

Que “obras son amores”, nadie lo discute. En épocas en las que la necesidad de ajustar el presupuesto es una constante, la lupa debe estar puesta en todas las variables: en cuánto y cómo se gasta son dos de ellas. El vecino, agradecido.