El comediante, actor, mago y músico llega junto a su banda para presentar su último EP “Álbum de cicatrices”. Será este viernes desde las 20, en el Complejo Piedras Blancas, con Fulanas y Paseando el Perro como bandas invitadas. En la previa, El Litoral contactó al artista para conocer más sobre este material y su presente creativo.
Gentileza producción ¡La música es un flash! Es la conexión y coexistencia de algo que nos trasciende y que toma muchas formas en el compartir , afirma Rada sobre este camino.
Este viernes desde las 20, en el Complejo Piedras Blancas (Costanera Este) se presentará multifacético artista Soy Rada (Agustín Aristarán) junto a su banda The Colibriquis, en la que además del frontman y comediante en voz y ukelele revistan Charly Palermo en bajo y coros, Martín Rosas, en guitarra y coros, Diego Macgarva en guitarra y Pablo Vignati en batería.
Llegan para presentar en vivo su último EP “Álbum de cicatrices”, integrado por cuatro canciones: la que le da el nombre a la placa, una reversión de “Un Globo” (parte del álbum “Capucá”) junto al Bahiano, “Niño” (con Kahil Ferraris como guitarrista invitado) y “Amándome” (con la voz de Silvina Moreno).
En la ocasión estarán acompañados por las agrupaciones locales Fulanas y Paseando el Perro. Las anticipadas se consiguen en Santa Fe Rock Tienda (San Martín 2347, Galería Florida, local 14) o ingresando a www.entradasclandestinas.com con tarjeta de débito o crédito.
Para conocer más sobre el material y su presente, El Litoral se contactó con este artista que lleva acumuladas en Spotify más de 10.000.000 reproducciones desde su irrupción en agosto de 2018.
En libertad
-Venías de editar dos álbumes de ocho temas, y ahora sale un EP con tres canciones nuevas y una reversión. ¿Hubo una idea de querer salir pronto con material nuevo?
-Más que la urgencia de salir con algo, fue algo bien natural del proceso creativo. Entendimos que en estas cuatro canciones había algo para compartir, y eso hicimos. Si bien éste fue diferente al formato de “Dadá” y “Capucá”, lo que fue idéntico en los tres fue esa sensación de necesidad de compartir el lugar al que habíamos llegado. Y es un permiso que nos damos también gracias a elegir el camino independiente: trabajamos con mucha libertad, entendiendo que no existen fórmulas, y lo que incluso pudo haber resultado exitoso en el pasado, no tiene porqué necesariamente serlo en el futuro (y a la inversa).
-¿Cómo fue componer el EP y grabarlo, en el marco de la pandemia?
-Fue muy lindo el proceso. Un desafío enorme no contar con esa gran fuente de trabajo que es la reunión presencial, el compartir tiempo muerto, la prueba y error, el mate lavado. Nos obligó a desarrollar un procedimiento que necesariamente fue más ordenado, pero nos dimos el lujo de la pausa, de la iteración y de habitar el tiempo de creación intentando no dejarnos llevar por la imposibilidad, más bien adoptándola como parte del proceso creativo.
Sumar voces
-¿Cómo salió la idea de reinterpretar “Un Globo”, y cómo se acopló el Bahiano?
-Me gusta ver mis canciones explorar géneros diferentes. A veces siento que el género de una canción responde al momento en que la escribí, y luego esa misma canción toma un nuevo significado para mí, y ya su género original no le hace homenaje. Las canciones son compañeras de ciertos estados, y suelo preguntarle a la canción que hice ayer, si puede con su misma esencia cantarle al yo de ahora. Algunas veces pasan cosas maravillosas como con “Un Globo” y otras veces hay canciones que simplemente se resisten la versatilidad.
Al momento de empezar a poner las piezas juntas para armar “Álbum de cicatrices” teníamos muy claro que queríamos sumar voces nuevas, potentes, que le sumaran matices diferentes a las canciones. Al Bahiano lo invité a participar y aceptó gustoso y fue muy generoso. Fue un tremendo honor escucharlo cantar las estrofas de “Un Globo”.
-¿Cómo surgieron las colaboraciones con Kahil Ferraris y Silvina Moreno en “Niño” y “Amándome”, respectivamente?
-Un poco siguiendo el camino de lo anterior: sumar voces de artistas que admiro, que me transmiten algo muy potentey que logran agarrarme de la mano y llevarme a un nuevo lugar de la canción.
En equipo
-Durante años fuiste un artista solitario, hasta que armaste Los Colibriquis, con los que compartiste mucho en estos años. ¿Cómo vivís el estar en un contexto de grupo?
-Estar en un proyecto artístico en grupo es un flash. ¡La música es un flash! Es la conexión y coexistencia de algo que nos trasciende y que toma muchas formas en el compartir. En mi caso la creación colectiva demanda un estado de conexión conmigo diferente porque no puede prescindir del compromiso de comunicar estos paisajes -a veces inaccesibles- internos. Es un acto de intimidad y de amor.
-El 2019 lo terminaste a full girando con “Serendipia”, y decías que querías descansar un poco. ¿Cómo viviste el 2020 pandémico?
-El 2020 pandémico me sirvió mucho para descansar pero también para ordenar nuestro equipo de trabajo. Para acomodar prioridades, para armar estrategias que salgan del cortoplacismo que impone la urgencia. Para mí fue un gran tiempo también de introspección. Esto siempre entendiendo que el haber podido sacarle este provecho a un tiempo tan complicado para mucha gente, refleja mis privilegios (de los que soy muy consciente) y no infiere en lo absoluto una celebración de un episodio tan trágico para la humanidad como lo fue y lo sigue siendo esta pandemia.
-Ahora empiezan a abrirse la posibilidad de los shows presenciales, y seguramente se te van a abrir las posibilidades tanto en la comedia como con los Colibriquis. ¿La banda va a ser prioridad en estos meses?
-No sé si ponerlo en términos de prioridad, pero sí puedo afirmar que -hoy por hoy- lo que más disfruto hacer es salir a tocar (siempre que podamos garantizar la seguridad y salud de quienes giramos y quienes nos viene a ver), girar, componer, crecer y que la música sea fin y sea también propósito. Definitivamente va por ahí.
De a retazos
-Comenzaste como mago, triunfaste como comediante y luego abriste este camino musical. ¿Qué pensás que encuentra el público en vos como para “comprar” cada nueva faceta?
-Vivimos en un tiempo de altísima exposición a contenidos de todo tipo, todo el tiempo que llevamos con nosotros como perfiles de consumidores de cultura, en nuestras computadoras personales inteligentes y panópticas (nuestros celulares) y a los que accedemos de manera fragmentaria.
La audiencia se renueva, cambia de gustos, consume retazos y los combina acorde a su día adía. No puedo afirmar que mi audiencia “compra” todo lo que yo hago. Y si lograra dilucidar cómo interactúa mi audiencia con mis universos de manera fehaciente, siempre lo consideraría una postal de un determinado momento que -por definición- está en permanente cambio.
Todo se está moviendo. Y en ese moverse, yo también me voy moviendo. Y exploro cosas, con el camino ya recorrido pero siempre con espíritu de aprendiz. En tiempos de tanta pose, creo que intentar la autenticidad es el camino que garpa.
-¿Qué podés prever a nivel proyectos para este año? Más allá de la incertidumbre que nos seguirá acompañando por varios meses.
-Se viene algo muy grande, de lo que todavía no puedo dar detalles pero que sé va a preparar las naves para nuevas cosas, nuevos puertos, y nuevos y lindos desafíos. Con la banda seguiremos tocando y creando. Estaré trabajando en mi próximo material para teatro. quizá me permita seguir explorando el mundo de la radio.
Así todo vuelva a ser lo más parecido a lo que era la vida antes de la pandemia, mi gran aprendizaje es lograr “estar estando”, por lo que mi propósito será habitar lo que estoy haciendo, momento a momento.