El misionero fue la gran figura del ascenso a Primera de Platense, ya que atajó el penal definitivo que le permitió al "Calamar" volver a la máxima categoría del fútbol argentino después de 22 años. Néstor Gorosito, el "Coco" Basile, Caruso Lombardi, Patricio Hernández, Leonardo Madelón y Juan Manuel Llop, entre otros, fueron los técnicos que le dieron la posibilidad de mostrar todo lo bueno que podía dar como arquero.
Archivo El posadeño De Olivera fue el héroe en el regreso de Platense a Primera. El 1 tapó el último penal con el que el Calamar venció 4 a 2 a Estudiantes (RC) tras el 1 a 1 de los 90 minutos y regresó a máxima categoría, luego de 22 años en el ascenso.
Jorge De Olivera viene de familia futbolera. Su padre es el ex arquero Héctor "Kiko" De Olivera que atajó en Mitre, Huracán y Almirante Brown. El arquero, nacido en Posadas, Misiones, se inició deportivamente en el básquetbol en el Club Mitre de su ciudad; sin embargo, tendría sus mejores resultados jugando para el Itapúa Tenis Club, lo que lo llevaría a integrar la selección misionera de básquetbol.
Un día, convencido de que todo era posible y con sólo 14 años, fue a probar suerte a Buenos Aires, más precisamente a Vélez donde jugó hasta la cuarta división. Luego volvió a Misiones para de ahí emigrar a Paraguay y demostrar su categoría en el 12 de Octubre Football Club, a préstamo por seis meses. Es el tercero de seis hermanos; Juan, también misionero, prefirió hacer su carrera como futbolista en Santa Fe y si bien su carrera no tuvo el éxito de Jorge, pasó por todas las canchas de Santa Fe rompiendo redes como uno de los grandes goleadores que dio, por ejemplo la Liga Santafesina. Hoy es DT en las inferiores de AFA de Unión, pasó por varios clubes y espera el día de mañana para trabajar junto a Jorge en un cuerpo técnico que ya tiene nombres y apellidos: "Me pone muy feliz el momento que atraviesa Jorge porque se lo merece. Todo lo que consiguió fue en base a la perseverancia, al trabajo y a la humildad que demostró a lo largo de su carrera. Alcanza con hacer un recorrido por su trayectoria para saber de quien se trata", decía Juan, uno de los seis hermanos del misionero que jugará la próxima temporada en la Primera de Platense.
Gentileza Juan y Jorge, futboleros como papá Kiko . Ambos sueñan con trabajar juntos; mientras tanto, el cuerpo técnico para el futuro ya tiene nombres y apellidos.
Juan y Jorge, futboleros como papá "Kiko". Ambos sueñan con trabajar juntos; mientras tanto, el cuerpo técnico para el futuro ya tiene nombres y apellidos.Foto: Gentileza
"Este ascenso con Platense, sin dudas, es lo más grande que me pasó en mi carrera deportiva. Es lo que más felicidad me generó desde el día en que me fui de Posadas", dijo el arquero "Calamar".
"Fue un campeonato durísimo. En realidad, lo que hicimos en los últimos tres años -subir dos veces-, no es muy común y eso tiene que ver con el trabajo de todo un plantel, incluido el cuerpo técnico. Además hay que tener muy presente el trabajo de la comisión directiva".
"Dida", como lo conocen en el ambiente futbolístico por su desempeño bajo los tres palos y atajando penales importantes, llegó a Vicente López a principios de 2017, cuando el equipo estaba en la Primera B Metropolitana. Desde esa categoría, el arquero fue aportando su cuota (estuvo 726 minutos con la valla invicta e instauró un récord de imbatibilidad en el club) y llegó a esta instancia decisiva para arribar a Primera, devenido en uno de los referentes y emblemas del equipo del DT Juan Manuel Llop.
De Olivera debutó en Nueva Chicago de la mano de Néstor Gorosito y más adelante también lo dirigieron Patricio Hernández y Leonardo Madelón. Luego pasó a Colón, donde fue dirigido por el "Coco" Basile y peleó la titularidad con un histórico como Laureano Tombolini. En 2009 tuvo su mejor año en el profesionalismo, llegando a ser figura de Racing en el equipo dirigido por Caruso Lombardi. A tal punto que la "Academia" le renovó contrato por tres años y fue titular hasta la llegada de Sebastián Saja. Tras un paso por Rubio Ñú de Paraguay, volvió a su Misiones natal para jugar en Guaraní Antonio Franco. A mediados de 2015 arribó a Chile para ser refuerzo de Cobreloa, debutó con la camiseta del club el 18 de julio del mismo año, cuando Cobreloa ganó por 3-0 a San Marcos de Arica válido por Copa Chile. Gracias a sus buenas actuaciones fue elegido como capitán del equipo chileno.
En el 2017 regresó a la Argentina para llegar a Platense, equipo que militaba en la Primera B Metropolitana. El misionero se adueñó rápidamente del arco "Calamar" y fue titular en todos los partidos de la espectacular campaña del equipo que terminó siendo campeón al derrotar 1-0 a Estudiantes de Buenos Aires, en el desempate jugado en cancha de Lanús.
-¿Es difícil elegir el mejor momento de una carrera profesional tan extensa?
-No, está bueno y volvería a elegir ser futbolista. Pasé momentos muy buenos, desde Chicago, Colón, Racing, Cobreloa y en cada club donde pasé. En estos días lo dije varias veces que éste fue el logro más importante de mi carrera pero tiene que ver con el contexto y por cómo se dio todo. Primero la B Metropolitana y después la Primera Nacional, son torneos duros donde nunca hay que relajarse. También tiene que ver con el año durísimo que significó el tema pandemia. Bueno, todo eso hizo que el desahogo fuera muy importante.
"Me tocó salir en la foto por atajar el penal pero este logro es de todos. Habíamos llegado los dos mejores y fue un gran partido. Nos merecíamos esto", dijo Jorge De Olivera, arquero de Platense.
-Llevar a un club a Primera después de 22 años no es cosa sencilla de resolver...
-No, para nada sencillo. En el caso mío, el de Facundo Curuchet y otros jugadores, éste logro quedará en la memoria de cada hincha como un día de gloria, histórico.
-Colón, el "Coco" Basile y los hinchas sabaleros, ¿qué representan en tu vida profesional?
-Muchísimo. El "Coco" es así como lo ven, un gran profesional y buena gente, y de los hinchas ya nada me sorprende después del viaje a Paraguay.
-Y de tu llegada a Racing, ¿qué tenés para decir?
-La llegada a un club grande del fútbol argentino te permite abrir puertas por todo el mundo y con Caruso como DT crecí un montón. Fueron cuatro años inolvidables que después me permitieron ir a Paraguay, Chile y Colombia. De todos estos lugares me traje grandes recuerdos pero fundamentalmente de Cobreloa donde tuvo una destacada actuación y las cosas salieron como si las hubiera planificado de antemano.
-¿El presente y el futuro?
-Felicidad y descanso. La verdad que la movida en Buenos Aires no nos da respiro. Los medios de comunicación le dieron el lugar que Platense se merece y esos son momentos únicos. Desde el día que ascendimos, que por otra parte fue muy raro por la ausencia de público, no paramos de recibir elogios y saludos por parte de todos. Es increíble, la gente de Platense te saluda, te felicita todo el tiempo y los teléfonos no paran de sonar. Por eso comentaba esto de vivir un momento único, irrepetible.
Con respecto al futuro, todavía no hay nada cerrado. Es muy pronto para hablar de esto pero tenemos ganas de quedarnos en Platense para poder vivir lo que significa jugar con esta camiseta en Primera División y contra grandes equipos.
De Primera
En la definición por penales ante Estudiantes de Río Cuarto, la última palabra la tuvo el misionero Jorge De Olivera. El arquero posadeño le tapó el penal a Gastón Benavídez y desató el festejo del pueblo "Calamar".