El ex líder de Agustín y La Parranda se reinventó de la mano del productor Guillermo Beresñak: el resultado es “Esto está que Arree”, su nuevo álbum, que fusiona el color tropical con los sonidos electrónicos. El Litoral conversó con el artista de Barrancas, que volverá próximamente a tocar a su pago chico.
Gentileza producción Agustín Rivera se relanzó como Agustine para darle un color más inclusivo a su nueva identidad artística.
Agustín Rivera, artista nacido en Barrancas y ex referente de Agustín y La Parranda, se reinventó para editar bajo el nombre de Agustine “Esto está que Arree”, su nuevo álbum de nueve canciones inéditas con letras que reflejan sus vivencias en los últimos años. Publicado en noviembre del año pasado, salió de la mano de “La cabaña” como primer corte de difusión, que cuenta con un videoclip dirigido por Diego Salpurido.
Se realizó con la producción musical de Guillermo Beresñak (productor musical de “Gilda, la película” y discos de Miss Bolivia, Kumbia Queers y otras figuras) que le aportó a la cumbia una presencia de sonidos electrónicos y ritmos urbanos.
En vísperas a su regreso para presentarse en escenarios del centro y sur provincial, El Litoral dialogó con Agustine para conocer el presente de este “insistidor” de alma con dos décadas de música en las espaldas.
La decisión
-¿Cómo surgió este relanzamiento como solista? Siendo que tenés 20 años de ser músico y de estar participando en distintos proyectos?
-Hasta 2015 giré con una banda llamada Agustín y La Parranda, que me dio popularidad en el centro de Santa Fe fundamentalmente, y para el sur; a Santa Fe también he ido varias veces. Con esa banda grabé la mayor cantidad de discos; en 2015 yo estaba a cargo de toda la orquesta, y estaba en un momento de inflexión personal. Decidí poner un punto final a la orquesta y a todo, y me fui a vivir a Rosario.
Ahí, a través de la era digital, YouTube y todas estas plataformas y tiendas digitales empecé a conocer la música de Miss Bolivia, de Kumbia Queers y de varios artistas más, y veía que en todos los créditos aparecía el nombre de Guillermo Beresñak. Dije: “Algo tiene que ver este muchacho acá”. Decidí mandarle un mail en 2015, me acuerdo como si fuera hoy porque fue un antes y un después todo eso. Y como no lo tenía de amigo ni nada le llegó filtrado y me contestó un año después, en 2016: una cosa de locos.
Cuando me contestó concretamos una entrevista en Haedo: viajé desde Rosario hasta Buenos Aires, me encontré con Guille y ahí empezamos con toda esta nueva etapa: arrancó en 2016 y se concretó recién en 2020: mirá todo el tiempo que fue llevando. En principio armamos dos canciones, a él le gustaron mucho. Yo no tenía mucha plata, porque trabajaba en una heladería en Rosario, y la producción de él era mucho más cara de lo que estaba acostumbrado a producir en Santa Fe. Me dice: “Vamos a grabar seis canciones, y las otras cuatro te las banco, vos ves de qué manera me vas pagando”.
Empecé de nuevo a trabajar como solista, con un show unitario, y empecé a girar; por suerte como era tan popular me llamaban de todos lados y seguí trabajando de manera continua, desde 2016 a 2019. Me llamaba El Parrandero, porque era un lazo con Agustín y La Parranda; yo tenía un quiosco en la casa de mi familia que se llamaba Quiosco Parrandero, y la gente iba al quiosco desde San Genaro, Totoras, San Jorge, Las Rosas, que iban a pescar a Barrancas, a Puerto Aragón, y pasaban por el quiosco a saludarme. Decía: “Ya que está todo tan vigente, voy a arrancar con El Parrandero”, y empecé a trabajar muchísimo; pude pagar la producción.
Después de las seis canciones armamos un disco y después surgió ofrecérselo a un par de sellos: Universal, Warner y Sony; a la editorial de Sony le gustó el disco y me bancó para poder editarlo, recién en el 2020, en pandemia, que lo terminamos. Salió “Esto está que Arree”, y cambié el nombre artístico: me llamo Agustine, tiene mucho que ver con mi vida personal, fue a propósito como para ser más inclusivo. Y acá estoy presentando este nuevo disco que verdaderamente me está trayendo un montón de sorpresas inesperadas.
Conexión
-¿Qué fue lo que los conectó como para que Guille “compre” tu producto y apueste por vos? De hecho en algunos temas como “La cabaña” escribieron juntos. ¿Qué encendió la química?
-Hay una de las canciones que fue una de las primeras que le mostré, ese día cuando vine a Haedo. Me hizo pasar a unos estudios que tiene acá; casualmente estoy viviendo en su casa, desde 2019 me mudé a Buenos Aires. Tenía un piano Yamaha en uno de los estudios; me dijo: “¿Vos tocás el teclado y cantás? Bueno, cantá lo que querés hacer”. Y le canté una canción que se llama “Pasito”, que la escribí en agradecimiento a los pueblos de la zona de Santa Fe. En una parte dice: “Baila San Lorenzo, Serodino, Pueblo Andino / baila San Genaro, Carrizales y Esperanza / bailan Arocena, en San Fabián, en Oliveros / con la cumbia rica de Agustín El Parrandero / Pasito, pasito”.
Le encantó, y tuve esa suerte de que la canción que se me vino a la mente cantarle le gustó tanto; después le mostré otra más. “Me encanta cómo escribís, me encanta cómo tocás el piano, te sale re bien, vamos a hacer las dos canciones”.
En el proceso ese, que hacíamos a distancia, se copó tanto con las canciones que un día me invita a almorzar, me presenta a su actual esposa, Viviana Stallone, que también es una grosa de la música argentina: tiene su oficina Otro Planeta, trabaja con muchos artistas, como Nati Oreiro, Kumbia Queers, Miss Bolivia, Marilina Bertoldi (también de Santa Fe), Rayos Láser, varios artistas. Le muestro las canciones a ella y también le recoparon. Ahí me dice: “Vamos a preparar cuatro canciones más, vos me las pagás como podés”.
Cuando terminamos las seis canciones empezó a mostrárselas a sus vínculos, a sus contactos, y le empezaron a tirar buenas, fue la magia de que tenía que ser así. Nos hicimos tan amigos que terminé casándolos, haciendo de pastor: obviamente no soy un pastor, pero me transformé en uno el día del casamiento, en el patio de su casa, para 200 personas: estaban Ricardo Mollo, Natalia Oreiro, todos personalidades del ambiente.
Tenía unos nervios y un cagazo impresionantes, porque me habían transformado en pastor en 24 horas: me dijeron: Tenía que venir un pastor a casarnos, no viene, tenés que ser vos”. Terminamos vinculándonos de una manera tan profunda que el disco pasó prácticamente a ser algo secundario. Actualmente vivo en su casa en Haedo, y trabajo con Vivi en su oficina: nos enlazamos en muchos aspectos de la vida.
-En lo humano.
-Sí, fundamental. Compartimos un montón de cosas que fueron tremendas, muy fuertes. Algunas muy lindas y otras no tanto. Acá estamos, con proyectos para seguir trabajando: ya estamos grabando un disco nuevo que no sé si lo vamos a terminar para el 2021 pero estamos en esa. Estamos trabajando en un montón de cosas en conjunto, que para mí es un sueño hecho realidad: no sé si Guille tiene la notoriedad en Santa Fe, pero acá en Buenos Aires es súper prestigioso, y ha trabajado en películas, lo llama la producción de Roger Waters para producirle musicalmente a la banda telonera cuando viene a la Argentina. Trabaja en niveles que para mí son impensados.
Alma electrónica
-Hay una idea de fusionar lo que venías haciendo con ritmos urbanos, que tienen que ver con esto de Guille de la fusión de géneros. ¿Esto fue saliendo naturalmente o hubo decisiones de por dónde ir?
-Eso fue una idea mía desde el principio, por eso lo contacto a Guille: yo veía que la era digital había transformado el oído del público, ¿en qué sentido? Las percusiones electrónicas, y las bases electrónicas: el fenómeno del trap y las músicas urbanas tienen esas bases. Hoy en día la mayoría de los hits trabajan con ese tipo de percusión, y yo armaba las músicas con mi cultura tradicional santafesina, que era la percusión latina y las armonías de acordeón, que fue un instrumento que me acompañó durante todos estos 20 años.
Quería encontrar un productor que me ayude para poder fusionar esa raíz cumbiera con lo que logramos en este disco. Y escuché un montón de productores y el que más me llamaba la atención era él. Esta idea nació desde ese principio: de hecho lo primero que le transmití en el primer mail que le mandé fue eso, que lo había elegido como el productor que creía que iba a lograr el sonido que yo quería. Y bueno, lo supero ampliamente (risas).
-“La cabaña” es el primer corte de masividad, con videoclip. ¿Por qué lo eligieron como puerta de entrada al disco?
-Estaba el disco terminado, ya en pandemia, por suerte con Oscar Galván y la gente de Sony ATV, que me bancó esta producción y me está bancando actualmente, elegimos en conjunto con la familia que participa directa o directamente con esta producción elegimos “La cabaña”; porque hice un par de streamings durante el 2020 desde Haedo y fui tirando canciones nuevas de este disco, y “La cabaña” se volvió un hit antes de que salga: estaba en el streaming y me escribía la gente en el chat en vivo “Queremos escuchar ‘La cabaña’”. Cuando vimos todo eso con Oscar, Vivi, Guille y yo dijimos “Para qué vamos a hacer fuerza con otra canción si ‘La cabaña’ ya está”.
Así fue: cuando la subimos el 13 de noviembre lo hicimos a las 12 de la noche, me acuesto a dormir y a las 2 de la mañana tenía 200 escuchas. Y cuando me despierto a las 9, 9.30, me llaman de la oficina de Sony felicitándome porque tenía 1.500 escuchas durante la noche: se me pone la piel de gallina ahora, porque es la primera vez que había vivido en la era digital una cosa así. A lo mejor no es mucho para otro artista, pero para uno como yo, que arrancaba con un nombre nuevo, con un estilo nuevo, fue tremendo. Hoy lleva 30 y pico mil escuchas, prácticamente sin difusión: lo único que hacemos es subir a nuestras redes y compartir con nuestros amigos.
Bailar en casa
-El disco fue terminado en pandemia.
-Fueron las primeras salidas, se terminó en Parque Leloir, que es donde vive Guille. Estoy acá con mi manager viviendo en Haedo, y estábamos ya hartos de estar encerrados, la verdad. Entonces las únicas salidas eran a la casa de Guille a terminar el disco. Lo hicimos en esa etapa, con mucha felicidad, con mucho amor, con muchas ganas, porque eran nuestras primeras salidas en pandemia: más o menos durante julio, agosto, cuando nosotros ya terminamos todo; en septiembre grabé el videoclip con Diego Salpurido, que es otro fenómeno de las cámaras y lo audiovisual.
Él había hecho su último video con Andrés Calamaro y Julio Iglesias y después vino a rodar conmigo; le digo: “Mirá que no tengo experiencia en videos, es el primero que hago en toda mi vida”. Me respondió: “Sé vos, se libre, bailá, divertite, pasala bien”. Y bueno, terminé agarrando la escoba, porque me acuerdo que mi vieja en mi casa siempre bailaba con una escoba y era muy bizarro y muy alegre. Al final eso terminó siendo como lo más destacado del video: cuando bailo con la escoba, que la verdad se lo debo a mi mamá que se lo “chorié”.
-Eso y las naranjas.
-Todo vinculado con mis productores, porque Guille y Viviana son paciente de riesgo, y están muy asustados con el tema del Covid, hasta el día de hoy. En un momento, cuando se empezó a mover todo en septiembre, que estábamos por rodar el video, Viviana empieza a mandar un cajón de naranjas por semana para que consumamos y tengamos vitaminas. Entonces era tener un cajón de naranjas acá, tener jugo. Consumimos 18 cajones hasta noviembre en que la llamé en que le dije: “Vivi, por favor no me mandés más naranjas porque estoy hasta las manos”.
Era consumir naranjas todos el día, porque si no se ponían feas. Por ahí pasaban dos o tres semanas y llenábamos una heladera, que fue la que salió en el video. Cuando vino Diego miró la casa, abrió la heladera y la vio llena de naranjas: “¿Y esto? ¿Qué tienen, una cámara?”. Le contamos la anécdota y dijo: “Esto es lo más groso que tenemos para el video”. Y empezó a armar el tema de las naranjas, las había por doquier, y también llamaron mucho la atención.
Pasado y futuro
-Obviamente que todavía seguimos en incertidumbre, pero ¿qué planes hay para este año? Además de seguir trabajando en canciones, seguirán mostrando estas que hay que defenderlas todavía.
-Sí, en principio ahora el 19, 20 y 21 voy a estar girando por el centro de Santa Fe: Timbúes, Gálvez, San Genaro, tal vez puerto Aragón; después se viene Barrancas, que es mi pueblo. Hay una propuesta también para ir a Rosario, a Distrito 7. Y también nos invitaron en una de las entrevistas para una Fiesta de la Cumbia que se va a hacer en el otoño en Mar del Plata.
Así que bueno, esperando que aparezca esta vacuna bendita, nos podamos vacunar y volver a trabajar: la idea es una vez que se normalice todo empezar a girar, a presentar este disco, hacer una presentación oficial en Santa Fe (o varias) y en Buenos Aires también.
Y estoy ya grabando un disco nuevo: en ese aspecto seguimos trabajando. Vamos a trabajar un segundo videoclip, de alguna de las canciones de “Esto está que Arree”; estamos definiendo aún cuál.
-¿Qué le diría, o qué consejo le daría el Agustine de hoy a aquel pibe de Barrancas que arrancó como tecladista de Cumbia Dorada?
-Por ahí considero que ese Agustín ha acertado en su momento en muchas cosas, y en otras ha errado, producto de la edad. Lo que sí le diría es que siga adelante, que no le afloje, y lo mismo le digo al Agustine de hoy, 20 años después (risas).
Anoche escuchaba una entrevista a Alberto Olmedo, que hablaba de la carrera artística: es una elección importante; creo que en cualquier tiempo de la civilización, pero hoy en día muy en día muy importante. Tengo 36 años, y hasta el año pasado por familia podía entrar a trabajar a la EPE (Empresa Provincial de la Energía), y tendría un sueldazo, estaría en ese aspecto súper tranquilo. Pero le dije a mi hermana: “No, luché tantos años, ahora justo que estoy en un momento con muchas expectativas no le voy a aflojar”.
Tuve épocas muy buenas que por mi propia juventud despilfarré mucho, creía que era eterno; era el boom de la cumbia, entre 2000 y 2010, tuve la suerte de girar muchísimo. Después se me vino una bajante, había capitalizado muy poquito y vendí cuando me fui a Rosario y empecé de cero. Así que estoy reenmpezando, pero con la experiencia, y con las mismas ganas: creeme que estoy súper entusiasmado, feliz de poder desparramar este disco, y acá me vas a encontrar luchando siempre.
Creo que la vida se trata de eso: si tenés la suerte de despertarte un día más no le aflojes y continuá detrás de tus sueños. Eso le diría al Agustín de 20 años atrás y le digo todos los días al Agustine de hoy.